Sola no eres nadie


Sensible descripción de un mundo inquietante

El texto de Natalia Villamil fue premiado en el Concurso de Dramaturgia Nuestro Teatro, proyecto que anualmente realiza el Ministerio de Cultura de la Nación y la sala El Picadero, en homenaje a Teatro Abierto. Sola no eres nadie expone una pequeña pero intensa historia. Un joven decide asumir su verdadera condición sexual. Con apenas colocarse un vestido potencia su mundo femenino y comienza a tratar de insertarse en la sociedad, sin miedos y con la esperanza de fortalecerse como persona.

Su derrotero no es sencillo. El relato de Villamil es sumamente delicado y potente. La protagonista se emplea en diferentes casas y genera intensos vínculos con sus habitantes, sobre todo con las señoras. Esas relaciones le van posibilitando desarrollar una nueva conducta y también sus afectos, que hasta entonces parecían muy escondidos. Cada casa es un mundo a develar y también un conflictivo espacio en el que, tímidamente, espera respeto. No es fácil obtenerlo y una y otra vez será doloroso descubrir que ciertos territorios son difíciles de atravesar bajo determinadas circunstancias.

Es muy precisa la dirección de Ana Alvarado a la hora de guiar a Mariano Mazzei por ese sinuoso camino que debe recorrer el personaje. Con mucha seguridad el intérprete va, lentamente, construyendo un universo complejo en el que se ponen en juego sensaciones muy opuestas. En apenas treinta y cinco minutos debe apropiarse de esa criatura trans, describir su compleja realidad y provocar cierta conmoción en un espectador que sigue su relato de manera muy atenta.

Mariano Mazzei utiliza recursos muy genuinos a la hora de su recreación. El protagonista de unipersonales tan destacados como Quien lo probó lo sabe y Jesucristo, entre otros, se mete aquí en la piel de este personaje de manera muy profunda y logra trabajar sobre una línea muy sensible en la que demuestra que cada gesto, cada actitud están sumamente analizados y, por eso, logra hacer trascender con fuerza esa historia que puede asombrar a muchos y ante la que otros pueden verse magníficamente reflejados.

Fuente: La Nación

Sala: La Carpintería (Jean Jaurès 858) / Funciones: sábados, a las 20,30

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