Los Opas


Los viejos, la familia y la intolerancia

En esta pieza de Dalmaroni, el conflicto se anuncia al principio y tiene que ver con una situación doméstica común en estos tiempos, donde los progenitores ancianos pasan a convertirse en una molestia para la familia, que no encuentra una solución conveniente para la rutina diaria.

No es producto del desamor o de la indiferencia, sino de una relación casi enfermiza que se prolonga a costa del bienestar anímico y afectivo del grupo familiar.

Tres hijos deben enfrentar el drama de una madre de 80 años, un poco despistada y residente de un geriátrico, lo que les demanda un desgaste emocional, físico y económico que los afecta en sus vidas personales y los obliga a privaciones vitales.

La solución es encarar el asesinato de la mujer. Para planear esta situación se reúnen los hermanos, que aceptan con ciertos reparos esta medida, aunque finalmente prevalece el interés propio por encima del amor filial.

Éste es el comienzo de esta propuesta. A partir de la toma de decisión, todo el desarrollo de la acción está dirigido a elegir la mejor forma de llevar a cabo tan siniestro plan y salir impunes. Y en este punto, donde se plantean los diferentes modos para asesinarla que se podrían adoptar, es donde la tensión se va dilatando al sumar propuesta tras propuesta sin definirse por ninguna, hasta las instancias finales, en que se produce un desenlace, imprevisto, que no conviene develar.

Lo más interesante de esta puesta es la actuación de Amancay Espíndola, Luciana Carullo, Segundo Pinto y Matías Durini, totalmente convincentes y verosímiles, especialmente por la composición que delinea caracteres diferentes.

La puesta de Sebastián Bauzá, dinámica, obedece a las exigencias de las acciones y se atiene a un estilo realista, marcado por la escenografía.

Fuente: La Nación

Sala: Auditorio Losada, Corrientes 1551. / Funciones: viernes, a las 20.30.

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