Día Mundial del Teatro

Día Mundial del Teatro, en el Cervantes

El miércoles pasado, el Teatro Nacional Cervantes ofreció un acto de esos que no suelen ocurrir muy a menudo en la escena porteña. Gratis, para conmemorar el Día Mundial del Teatro, ofreció escenas de cinco obras muy diferentes, para un público que muy probablemente se acerque en algún momento a ver sus versiones completas. Todo eso, conducido por Juan Gil Navarro y Laura Novoa, con una siempre emotiva Leonor Manso leyendo un mensaje internacional del director polaco Krzysztof Warlikowski, un simpatiquísimo mensaje anecdótico teatral de Ricardo Halac y una breve pero instructiva presentación a cargo del investigador Ricardo Sassone. Todo eso lo organizó el Cervantes, con la batuta de Ana Seoane (crítica, periodista, docente) y del Centro Argentino del Instituto Internacional del Teatro. Fue fantástico ver en una sola función fragmentos de Así es la vida, de Malfatti y De las Llanderas; de La bestia rubia, de Andrés Gallina; de Café irlandés, de Eva Halac; de El topo, de Luis Cano, y Rats, casi un musical, de Sebastián Kirszner. Lástima que el Cervantes no estuvo repleto, como se merecía.

Acá es donde cabe una reflexión. Todos los teatristas, teatreros, artistas, directores, productores que solemos inflar el pecho alardeando que Buenos Aires es una de las ciudades más amantes del arte escénico en el mundo deberíamos haber estado allí apoyando al teatro nacional y celebrando el día de la escena mundial. Claro, no había cámaras, ni alfombra roja, ni una gran producción con luces de colores, ni nada de eso que el incontrolable ego de algunos busca. Pero hubo emoción, sensibilidad, ovaciones, aplausos, lágrimas y risas. Todo eso que vamos a buscar al teatro.

Fuente: La Nación

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