Ignacio Huang: Rey Mono vs. Madame Esqueleto


Los cuentos chinos de Ignacio Huang

El coprotagonista del film de Sebastián Borensztein habla de su nuevo rol como director de una pieza de títeres orientales y de las complicaciones de vivir en un país lejano

De niño, Ignacio Huang jugaba entre telas, hilos y botones en la inmensa fábrica textil de su padre en Taiwán. Hasta que un día, mientras hacía ropa para muñecos junto con su hermana, se enteró de que el negocio familiar había ido a la quiebra y que tendrían que abandonar el país.

Llegó a la Argentina con tan sólo 11 años y sin saber nada de español. Poco entendía de lo que estaba pasando a su alrededor y mucho menos se imaginaba el futuro que le esperaba. Tuvo que adaptarse a una nueva cultura. Una que le brindaba otras posibilidades.

Estudió diseño gráfico y posteriormente una profesión que a su familia no le parecía un trabajo digno: la actuación. Luchó contra ese prejuicio por diez años, hasta demostrarles a todos que su idea no era tan descabellada.

De pronto, su nombre aparecía por toda la ciudad. Ignacio pasó a ser el chino al que le cayó una vaca del cielo en la película Un cuento chino, dirigida por Sebastián Borensztein, que coprotagonizó con Ricardo Darín.

Hoy en día sigue actuando, pero también ha decidido arriesgarse a escribir, producir y a dirigir sus propias obras inspiradas en cuentos chinos. Los mismos que solía escuchar en Taiwán cuando era chico.

La semana pasada, "Nacho", como le suelen decir los más cercanos, estrenó su primer espectáculo de títeres tradicionales chinos en la Argentina.

la nacion conversó con él, sobre su carrera y su reciente papel como director del grupo Hua Guo Shan, donde lo acompañan Julieta Viveros, Florencia Ardió, Ricardo Lista y Fernando Suárez. "Ahora entiendo lo que siente el director. El rol que yo cumplo es el de ser un puente, después todo queda en manos de los actores. En la Argentina, no había una persona idónea para hacer una obra de títeres orientales y yo siento que tengo los conocimientos necesarios para transmitir la esencia de esta tradición", anticipa.

-¿Trabajar con títeres tradicionales chinos te ayuda a reconciliarte con tus raíces?

-Sí, es como una reconciliación con mi identidad. Antes yo soñaba con ser argentino, pero con el tiempo uno empieza a aceptar que eso no va a pasar. Me tocó darme cuenta de quién soy yo para esta sociedad. Esta sociedad me dio un lugar a partir de Un cuento chino y ahora me toca ser en intermediario entre las dos culturas.

-¿Tuviste algún inconveniente para traducir la novela original al español?

-Ésta es la primera vez que alguien traduce este cuento chino [Peregrinación al Oeste] al español y la verdad la traducción se hizo de la manera más fiel posible. Esta historia salió de una de las novelas más importantes de China y ha sido traducida en diferentes géneros, pero siempre siguiendo la tradición.

- Además de dirigir hiciste TV... ¿Estás cansado de que te ofrezcan personajes de chino?

-Siempre está el deseo de encarnar papeles argentinos. Pero generalmente los protagonistas son los habitantes nativos del país. Siempre predomina el estereotipo.

-¿Cómo hacés para no caer en el estereotipo y no interpretar siempre al mismo chino?

-Cuando no quiero caer en el cliché total, empiezo a pensar en cómo hacer un personaje diferente, y si me toca hacer un estereotipo hago que sea súper gracioso. Lo llevo a la máxima potencia porque creo que, incluso, a esos personajes se les puede dar una vuelta de rosca y crear cosas interesantes.

-¿Creés que es muy difícil que a un extranjero le den un protagónico?

-Creo que a partir de Un cuento chino se dieron cuenta de que hay otros personajes que también pueden tener aceptación. Con esa película se demostró que al público le gusta nuestro trabajo más allá de los rasgos físicos.

-¿Te sentiste discriminado como actor por esos rasgos físicos?

-La discriminación está en todas partes, pero no solamente para mi comunidad, sino para todos los que somos diferentes. Muchas veces me tocó mandar mi currículum a castings donde no piden un actor oriental. A mí nada me llegó fácil, tuve que aprender a luchar, a no esperar que me llegue el trabajo.

-¿Sentís que perdiste tu identidad al estar entre dos culturas?

-Siento que me tocó construir una nueva identidad. Aceptar que soy las dos cosas, la unión de dos culturas. Soy argentino por naturalización y tengo un pasado taiwanés. No tuve la suerte de ser puro. Suerte la de quienes pueden vivir en su país siendo puros.

Ignacio no ha dejado de ser el niño taiwanés que llegó a la Argentina para protagonizar su propia historia. Aquel que hacía ropa para muñecos en la fábrica de su padre y que ahora, tras mucho desear ser argentino, intenta reencontrarse con sus raíces.ß Gabriel Ramírez Borges

REY MONO VS. MADAME ESQUELETO

Del grupo Hua Guo Shan

Funciones, domingos, a las 20.30 (febrero), y sábados y domingos, a las 19.30 (marzo).

Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543.

Fuente: La Nación

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