Nicolás Pauls


"Si me ordeno, puedo hacer lo que me hace feliz"

–¿A qué lugar querés volver siempre?
–A Jujuy. Vuelvo una y otra vez. Es uno de los lugares del mundo que más amo y me emocionan. Creo que la primera vez que fui fue para tocar con algunos de los tantos grupos que tuve. Hace unos años empecé a viajar al Carnaval, a las ceremonias de la Pacha Mama y al festival de cine Ventana Andina. Y con eso terminé de enamorarme. Hace poco estuve grabando un programa de música para la Secretaría de Cultura de Jujuy. Y vuelvo la semana que viene a tocar un disco mío que saldrá en febrero. Siempre busco excusas para volver a Jujuy. Me gustan muchos lugares del mundo y de la Argentina, pero Jujuy saca una gran diferencia: toca una fibra emocional muy profunda.

–¿A qué lugar querés volver siempre?
–A Jujuy. Vuelvo una y otra vez. Es uno de los lugares del mundo que más amo y me emocionan. Creo que la primera vez que fui fue para tocar con algunos de los tantos grupos que tuve. Hace unos años empecé a viajar al Carnaval, a las ceremonias de la Pacha Mama y al festival de cine Ventana Andina. Y con eso terminé de enamorarme. Hace poco estuve grabando un programa de música para la Secretaría de Cultura de Jujuy. Y vuelvo la semana que viene a tocar un disco mío que saldrá en febrero. Siempre busco excusas para volver a Jujuy. Me gustan muchos lugares del mundo y de la Argentina, pero Jujuy saca una gran diferencia: toca una fibra emocional muy profunda.
–Qué es lo que más te atrae de Jujuy, ¿la cultura o la geografía?
–Todo. El respeto de la gente, la música, la comida, la manera de celebrar y honrar de una forma tan profunda y verdadera a la Pacha Mama. Conozco a un montón de músicos extraordinarios que viven allá y trato de trabajar con ellos lo más que puedo.
–¿Qué lugares te quedan pendientes de conocer?
–Me gustaría ir al sur, a la zona de Puerto Madryn y ver las ballenas, por ejemplo. También conocer Ushuaia, que dicen que es hermoso. Y del exterior tengo muchas ganas de conocer la India. Es un pendiente que espero poder desactivar lo más pronto posible.
–¿Cuál fue la primera película que te conmovió?
–La película del rey (1986), de Carlos Sorín. Creo que la vi como 30 veces. De chico y de grande. La produjo mi viejo y en ese entonces yo tenía 12 años. Incluso pude ir al rodaje varias veces. Hasta el día de hoy te puedo recitar de memoria una primera escena larguísima de Julio Chávez. Es una historia de soledad conmovedora. De una persona que se autoproclama rey y queda totalmente solo. La fotografía de la película también es genial. Y ni hablar de la capacidad para conmover de la música de Carlos Franzetti.
–¿Y el primer disco que te emocionó?
–No te puedo decir uno. Pero ahora agarro Yo vivo en esta ciudad (Pedro y Pablo) y me veo a mí mismo escuchándolo cuando era chico. O escucho Sólo se trata de vivir (Litto Nebbia) y me pasa lo mismo. También siento algo similar con los discos de Sui Generis. En mi casa escuchábamos muchas cosas diferentes gracias a mi viejo. Mucho jazz, mucho (Egberto) Gismonti. Como mi viejo viajaba nos traía vinilos que en su momento acá eran difíciles de conseguir. Me acuerdo de Duke (1979) de Genesis, Face Value (1981) de Phil Collins, So (1986) de Peter Gabriel. También era muy fan de The Cure. Tengo casi toda la discografía.
–¿Y cuál fue el último disco que te sorprendió?
–Mundo Anfibio de Lisandro Aristimuño. Es un disco hermoso y fascinante. También estoy escuchando mucho a un músico de Medio Oriente que toca el laúd y se llama Naseer Shamma. Los discos del Chango Spasiuk me fascinan. Pynandi - Los Descalzos (2008) no es nuevo, pero es uno de mis favoritos y siempre vuelvo a escucharlo.
–Los viajes también son oportunidades para probar nuevas comidas.
–Totalmente. Soy vegetariano hace 23 años. Entonces antes de viajar hago una pesquisa para ver qué puedo comer y dónde. Y siempre encuentro matices y sorpresas. Una gran solución cuando no sabes dónde podés comer en una ciudad que no conocés es averiguar dónde hay un templo Hare Krishna. Ellos siempre tienen una excelente comida, económica y vas a salir muy satisfecho. Algunas veces hasta termino entrando a las cocinas de algún lugar para prepararme lo que quiero. Me pasó en más de un hotel. Claro que con diplomacia y buena onda. Soy vegetariano porque en un momento entendí que no había ninguna necesidad de matar animales para alimentarse. Es una cuestión ideológica y de respeto.
–Hacés cine, teatro, música, TV… ¿Alguna actividad te gusta más que las otras?
–No me gusta hacer una evaluación de que me gusta más. Teatro, cine, tocar, treparme a un árbol o jugar a la pelota: son cosas que disfruto y voy a seguir haciendo en la medida de lo posible. Me hacen feliz. Si me ordeno puedo hacer todo.
–¿Nunca sentiste que alguna de esas actividades le quitaba tiempo a otra más trascendente?
–Sí. Cuando se superponen muchas. Ahí decido parar y hacer una cosa a la vez. Pero también soy bastante inquieto, así que mientras hago una sola cosa voy pensando en los próximos proyectos. Por otro lado, la vida cuesta mucho dinero. Tengo hijos y una casa que sostener. Así que ser inquieto me ayuda a bancar todo eso y seguir moviéndome en los espacios que me interesan.
S.F.

Nicolás Pauls integra el elenco de El secreto de la vida, la obra dirigida por José María Muscari y que se presenta de jueves a domingos en el Teatro Metropolitan Citi. Av. Corrientes 1343.

Fuente: Tiempo Argentino

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