Juan Pablo Geretto: Maestra normal


El guardapolvo blanco de Geretto

Su unipersonal Maestra normal recorre la costa atlántica bonaerense

Cuando iba a la escuela era un "alumno pero", aseguraban los docentes: "amoroso, pero..", "inteligente, pero..". Juan Pablo Geretto, el artista debajo del famoso personaje anónimo -símbolo del sistema educativo argentino- de la maestra normal, recuerda sus años de la primaria como un pozo de aburrimiento. La época del secundario no fue mejor y se hundió en otro pozo, esta vez, de enojo. "No pude terminar el colegio. No resistí. Creo que hice bien. Me hubiera hecho mucho daño seguir ahí. No es algo que aconseje a nadie, pero es lo que a mí me salvó." Esa energía la canalizó a través de la actuación y se convirtió en uno de los intérpretes más talentosos de su generación, un experto en unipersonales. Maestra normal recorre estos días la costa atlántica (Necochea, Pinamar, San Bernardo, Miramar y Monte Hermoso), y los lunes y martes se la puede ver en el Güemes, de Mar del Plata.

Hace algunos meses Juan Pablo estuvo en Nueva York, interpretando esta criatura en el consulado argentino. Le resta glamour al evento y le dedica más interés a hablar de la gente de aquellas ciudades donde "sólo existe el viento", en lugar de encandilarse con Manhattan. A esas ciudades las conoce bien porque le recuerdan al Gálvez, en la provincia de Santa Fe, de su infancia. A los 17 años se mudó a Rosario y luego partió a la ciudad de Buenos Aires. El público masivo, el de la TV, lo conocería hace poco, por su trabajo en Vecinos en guerra, donde compuso a Reina ("un ángel"), pero Juan siempre atesoró y movilizó su propio público. Fueron ellos los que lo empujaron de las salas grandes del circuito independiente a las comerciales y céntricas.

-¿Cuánto tenés de la maestra?

-Un montón, supongo. Soy iracundo, imperativo?

-¿Metódico, ordenado??

-Sí, y todo lo demás también. No soy de una sola manera. Ella es bastante contradictoria. Es "facha", es de izquierda. Tiene mucho del ser nacional y del ser humano. Nunca somos de una sola manera y eso se ve en el escenario. Quiero que las cosas estén exacerbadas, que haya menos grises, no tengo por qué ser demagogo.

-¿Qué dice esta voz de la educación argentina?

-Que es militarizada, que está fuera de moda, que es imperativa. Los pibes están más adelante, están demandando otras cosas y el sistema no se las ofrece. Los maestros también demandan cosas. Creo que todo lo que tiene de ternura le pertenece a la maestra; y lo que no, lo áspero, le pertenece al sistema.

Hace cuatro años apareció por primera vez en el espectáculo Solo como una perra el personaje de esta maestra tan cálida como autoritaria. Y desde hace varias temporadas protagoniza una obra que le brinda a esta mujer desde el título el lugar que merece (y exige batiendo el dedito índice).

-¿Cuánto improvisás en tus espectáculos?

-Menos de lo que parece. Son estructuras armadas muy concretas. No hay mucho azar. Lo divertido es ver qué te contesta la gente. Me cuesta mucho salir del esquema.

-Sin dejar el humor, hay un clima de amabilidad que está siempre presente en tus obras.

-Es una decisión tomada. No creo que los míos sean espectáculos light con respecto a lo que se dice. Pero trato bien al público, no me sale hacerlo de otro modo. No la paso bien. Me da culpa. ¿Por qué tratarlo mal? Esta persona hizo mucho esfuerzo para venir hasta acá. Se vistió, se tomó un colectivo, pagó una entrada, no me da agredirlo.

Hay una idea que aparece y arrulla las palabras de Juan Pablo: ternura. Cada detalle y rincón de su departamento habla de su personalidad: colorida, luminosa y moderna. Prepara el mate y ofrece un chocolate. Catedrático en el difícil arte del unipersonal, además de Solo como una perra y Maestra normal, en Como quien oye llover (que regresa al Paseo La Plaza en abril) enamoró a los espectadores del país. Luego vino una gran interpretación en la versión teatral de Rain Man, donde componía el mismo personaje que había realizado Dustin Hoffman en cine: "Fue uno de los laburos más lindos que hice. Lo llevo conmigo todo el tiempo. Lo habito".

Con años de asistencia perfecta en los escenarios, y a medida que fue pasando de grado, Juan Pablo habla de una lección bien aprendida en sus espectáculos, donde antes se desempeñaba en todos los roles: "No se puede estar pendiente de todos los aspectos. La gente no es talentosa en todo, no sabe de todo..No hay mayor felicidad que el trabajo en equipo y cada vez me dedico sólo a lo que sé hacer: actuar".

MAESTRA NORMAL

De Juan Pablo Geretto.

Lunes y martes, a las 21.

Teatro Güemes, Güemes 2955, Mar del Plata.

Fuente: La Nación

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