Marcelo Mazzarello: Mazzarello no chilla


Mazzarello, el hombre al que le gusta hacer reír

El actor de Viudas e hijos del rock &roll estrenó una obra de autogestión en la que hace lo que más le gusta: divertir

Antes de dedicarse a la actuación, Marcelo Mazzarello hizo un poco de todo. Dio clases de manejo, fue paseador de perros, estudiante de veterinaria, despachante de aduana en el puerto y asistente de fotografía en la revista Playboy. "Fue fantástico rememora con la mirada en lontananza. Era el crédito del barrio. Mis amigos me decían «sos un fenómeno, contame cómo es ese mundo». Yo bajaba fondos, ponía luces, asistía al fotógrafo, cambiaba los rollos. Fue hermoso, era Gardel", recuerda con ojos soñadores.

En cualquier caso, la constante era escaparles a los trabajos convencionales, de oficina, con distintos rebusques. Luego se fue a vivir una temporada a El Bolsón, en medio de la montaña, con su hermana. "Hicimos una experiencia comunitaria y estuvimos una buena temporada autoabasteciéndonos con una huerta y trabajos compartidos." Descubrió su vocación de comediante a los 17 años, cuando hizo su primera obra de teatro en el colegio secundario. Se ofreció como actor porque le permitían salir de las horas de literatura. Ahí cayó en la cuenta de que era gracioso, al menos el público se reía. A los veinte terminó haciendo unos cursos con Norman Briski. "Me gustaba hacer reír, aunque no entendía muy bien de qué se reían. Tampoco me veía estudiando actuación, me parecía raro todo eso del arte dramático. Hasta que hice ese curso de comicidad con Norman y descubrí que era eso lo que quería hacer. Es que el comediante es una especie diferente al actor convencional. Es una cosa rara. Nosotros estábamos tratando de entendernos a nosotros mismos y experimentar con el mundo", sigue Mazzarello con los ojos abiertos como platos, la nariz prominente y dos hoyuelos en las mejillas que conforman esa suerte de caricatura gestual que lo catapultó como un gran comediante.

Hoy, con una amplia trayectoria en cine, teatro y televisión, se lo puede ver en Viudas e hijos del rock & roll, la exitosa tira de Underground por la pantalla de Telefé. Allí se pone en la piel de El Polaco, un profesor de gimnasia que vino de Rusia, fanático del culto del cuerpo y la buena alimentación. Pero además, acaba de estrenar Mazzarello no chilla, unipersonal creado y dirigido por él mismo en el emblemático Teatro El Picadero. "El unipersonal tiene mucho de trabajo artesanal. Como cuando vivía en El Bolsón, creo que hay algo de nobleza en esa artesanía. Me gustan esas raíces, las del oficio más que de la profesión. Eso sí: cuando te metés detrás del telón antes de cada función, te quedás solo como Bonavena arriba del ring. Es una experiencia inigualable", asegura Mazzarello.

Y concluye: "Como actor, siempre trato de correr mis límites y los que impone la mirada del otro. Elijo el humor porque me parece una manera de reflexionar que apela a la inteligencia. La risa invita a encontrarle una vuelta más a la realidad, a aquello que nos está sucediendo. Pero el humor no es algo que manejás del todo. A veces la gente se ríe y no entiendo qué le causa tanta gracia Es como si me hubiesen regalado una nave espacial y nunca sé bien qué botones tengo que apretar para salir volando".

MAZZARELLO NO CHILLA

De Marcelo Mazzarello

Viernes, a las 23.

El Picadero, Pje. E. S. Discépolo 1847.

EN EL DIVÁN

De muy pequeño, le hicieron un psicodiagnóstico de hipersensibilidad y, con el paso del tiempo, descubrió que es un componente de su personalidad. "Creo que en nuestra sociedad hay demasiado de psicoanálisis y psicología. Pero a mí no me agarran más."

Fuente: La Nación

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