Dalma Maradona: Hija de Dios


"La obra es un regalo para mi papá"

La actriz protagoniza en el C.C. San Martín Hija de Dios, sobre el linaje maradoneano.

Como tantos cuando terminan el secundario o están por arrancar la facultad, Dalma Maradona organizó un viaje iniciático hace unos años. Pero en lugar de recorrer Latinoamérica o el continente europeo, la hija mayor del Diez decidió instalarse en una sola ciudad: Nápoles. ¿La idea? Volver a reencontrarse con los lugares, los olores y los colores con los que había convivido de chica, cuando su padre lograba el primer scudetto (y varios títulos más) en la historia del Napoli y se convertía –sin más– en el ídolo máximo de esa ciudad. Diego se transformaba en el hombre-héroe que los reivindicaba frente al norte italiano, mucho más rico y poderoso, y les daba todo. Con esa historia frente a sus espaldas, Dalma Maradona viajó hasta la península italiana, se alojó en la casa de un conocido, y se dispuso a recorrer la ciudad. Pero algo no salió como lo planeó.
"Me empezaron a pasar cosas bizarrísimas. Por ejemplo, cada vez que salía la gente se me arrodillaba en la calle y yo tenía que estar levantándolos todo el tiempo. Y pese a que yo les decía: 'Pero miren que yo no hice nada, eh! No había caso, se seguían arrodillando a mi paso para agradecerme", recuerda ahora entre risas. A su regreso, entonces, y estimulada por esta y otras situaciones similares, su amiga directora y dramaturga Érica Halvorsen le advirtió sobre el potencial dramático que tenía su particularísima historia como hija del Diez y le hizo prometer que cuando terminara sus estudios en el Iuna (Instituto Universitario Nacional de Arte) encararían una obra que retratase todo aquello.
"Dicho y hecho", cuenta Dalma, que como buena obsesiva que se reconoce que es, se recibió en tiempo y forma, y no le quedó otra que cumplir con su amiga. "Empezamos a ensayar y terminar la obra. Y desde el día uno fue mágico el proceso", sostiene Dalma. "Hubo días que me ponía a llorar y otros que no podíamos terminar el ensayo de lo tentadas que estábamos." Así, de la mano de material audiovisual que marcó las memorias emotivas de millones de argentinos (y no argentinos) en todo el mundo, pero también con fotos y videos caseros que hasta ese momento no habían salido a la luz (y que Claudia Villafañe, la ex mujer del Diez) había guardado celosamente, Dalma consiguió una obra que por primera vez, y con mucho humor y autocrítica, retrata cómo es crecer y abrirse paso en el mundo siendo la hija de uno de los hombres más endiosados del planeta... y no sucumbir en el vínculo.
"Una de las cosas que apareció preparando la obra fue una vieja carta que me escribió Mario Mactas cuando nací y que fue premonitoria de muchas cosas que pasaron después", cuenta Dalma. La carta hablaba de un hecho hoy olvidado pero que en aquel momento generó cierta polémica: la negativa de Maradona de vender las fotos de su hija recién nacida. "Mactas escribió: sabé Dalma que tu vida va ser esto porque tenés un padre que no negocia con vos."
Hija de Dios, en su primera etapa en cartel, tuvo buena respuesta de público y crítica. Pero les dejó ganas de más. "Nos fue muy bien. Pero sentimos que había pasado muy rápido, teniendo en cuenta la buena recepción que había tenido. Por eso, aprovechamos el envión y empezamos a buscar una nueva sala donde estrenarla." La sorpresa llegó casi en seguida: cuando recibieron una llamada del Centro Cultural San Martín. "Fue mágico. Porque son cosas que pasan con esta obra. Que pensás ojalá pase esto o lo otro, y sucede", celebra.

–¿Qué significa, entonces, llegar a un lugar de mucho prestigio como es el CC San Martín?
–Para mí es un privilegio. Como actriz es genial, no lo puedo creer. Y estoy muy agradecida y contenta porque la sala es justa para la obra y todos ahí nos recibieron muy bien. Estamos súper contentos de poder reestrenar Hija de Dios ahí.
–A la distancia, ¿qué enseñanzas y qué experiencias te dejó el anterior estreno de la obra?
–La verdad que al principio no sabíamos que iba a pasar. Porque podía estar buenísima y que a la gente igual no le guste. O que muchos pensaran: "No, pero qué va poder hablar esta piba de fútbol." Que no se entendiera o que hubiera rechazo. Pero no fue para nada así. Desde el primer día la recepción fue increíble. Enseguida tuvimos que agregar más funciones. Y recibimos muy lindas palabras de la crítica.
–¿Qué tipo de gente la fue a ver hasta ahora y qué comentarios te hicieron?
–El público es muy variado por suerte. Hay gente que me dice: "Mirá no soy maradoniano pero la obra me pareció muy linda", otros que vienen con cero expectativas y luego se quedan hasta el final para felicitarme o decirme que no se esperaban algo así. Por eso cuando me preguntan de qué va la obra yo les digo: "Vengan a verla". Porque estoy convencida de que le puede interesar tanto a un habitué del teatro como a un fanático que se levanta la manga y te muestra el tatuaje que tiene hecho de mi papá mientras estoy con el monólogo.

En ese sentido, Hija de Dios es una obra en donde, al revés de lo que dicta el lugar común, "los hombres lloran y las minas los consuelan". "Por el tema de los Mundiales", explica Dalma, "los varones saben muy bien qué estaban haciendo y qué les estaba pasando cuando sucedía México '86, Italia '90, Estados Unidos '94 o Sudáfrica 2010. Y eso despierta muchas emociones."

–Plantear una mirada cómplice en tu vínculo con Diego ¿te ayudó también en tu relación con él?
––Yo no le diría cómplice sino crítica. Porque como soy la hija tengo la licencia en la obra de criticarlo desde el cariño en cosas que otros no se animarían. No me da pudor. Y eso genera los momentos más divertidos y ricos. De hecho, en la obra aparece Mariano Bicain en el rol de un maradoniano que un poco me cuestiona situaciones como la de que mi papá vuelva a casa después de Italia 90 con la medalla. Y yo se la tiré por la cabeza porque me había prometido la Copa y no la medalla (risas). Por eso aparecen comentarios "Eh, Dalma, ¡estás loca!". (más risas).

–¿Qué te dijo Diego cuando vio la obra?
– El sabía que iba a hacer algo pero no tenía ni idea de qué trataba la obra ni de su enfoque. Sólo sabía el nombre. Y pasó que en el estreno se sentó, pobrecito, a un costado y estaba re nervioso, accediendo a todo lo que le pedía al pie de la letra. Durante la función lo escuché reirse y llorar a la vez, y después decirle a la prensa y a mí que no tenía ni idea de que toda esta historia había sido así para mí, que era la primera vez en 25 años que había escuchado todas esas cosas de mi boca. Por eso, para mí, esta obra es también mi regalo para él.
–¿ Por qué pensás que Maradona a tantos años de haber dejado de jugar al fútbol sigue generando tanto magnetismo en todo el mundo?
–Creo que tiene que ver con que en lo futbolístico fue el mejor del mundo, pero también con que, fuera de lo futbolístico, tuvo y tiene un carisma muy grande que engancha por su generosidad y su manera de ser. Sus famosas frases por ejemplo. Yo en la obra le pregunto: ¿De dónde sacás esas frases? Y me dice: "No sé, mami, me salen y las digo" (risas). Creo que esas cosas y valores como el haber dejado de dirigir la Selección porque habían echado a su amigo, que después encima lo traicionó, hace que tantos en todo el mundo lo quieran tanto.  «


En su propia voz
Hija de Dios se exhibe en la Sala Muiño del Centro Cultural San Martín (Sarmiento 1551). los viernes y sábados a las 21, y los domingos a las 20.
La obra dura 80 minutos y cuenta con la dirección de Erika Halvorsen, el protagónico de  Dalma Maradona y la participación de Mariano Bicain.
Entrada: $ 80 (domingos: $ 60)


los pálpitos del partido
Desde que arrancó el Mundial las tareas cotidianas se revolucionaron: los que no suelen preocuparse por el fútbol se descubren preguntando por cómo salió Japón-Grecia, mientras que los aficionados se la pasan elucubrando las variantes de un dispositivo táctico (¿4-3-3, 5-3-2 o 3-5-2?) que dé en la tecla de la formación que le resuelva los dilemas a Sabella. Así, entre tanto clima de Mundial generalizado, Dalma Maradona no es la excepción.

–¿Estás siguiendo el Mundial?
–Sí. No soy súper futbolera, pero obviamente sigo a Argentina. Y hasta me engancho con el partido que estén pasando en el momento. Por ejemplo, la otra vez pasaban Corea y Rusia y me lo quedé viendo como si fuera súper importante.
–¿Cómo ves a la Selección?
–Yo quiero que le vaya bárbaro. Más que nada por mi sobrino (ver recuadro), pero no soy de opinar si está jugando bien o mal. Me gusta disfrutarlo como hincha.
–¿Pálpito para el partido de hoy con Irán?
–Obviamente que ganamos.



benjamín, fanatizado con la albiceleste
Es nieto del jugador más grande de la historia e hijo de una de las figuras de la actual Selección Nacional. No hay dudas de que Benjamín Agüero tiene un linaje futbolero del cual enorgullecerse. Y quizás, quien sabe, la capacidad de continuarlo en el futuro (ojalá que así sea).  Ahí están los videos subidos a YouTube en los que tanto Maradona como el delantero del Manchester City le estimulan sus habilidades con la redonda (y el pequeño Benjamín responde como pocos) y ahí también sus "entrenamientos" con la división kids del City, donde ya debutó.  "Mi sobrino y ahijado está emocionadísimo con el Mundial. Va al colegio con una mochila que tiene al papá, Higuaín y Messi. Y los viernes, que puede ir como quiere, va disfrazado de jugador de la Selección", revela Dalma, que se maravilla con las muestras de devoción que el pequeño refleja por su padre y el equipo. "Es un nene divino. Un bombón", dictamina sin más.



el programa de diego y víctor hugo
Uno de los programas que viene generando más comentarios (por el peso de sus individualidades, diría un comentarista) es sin duda De Zurda (22:30 hs. por la TV Pública), el programa que desde el día uno de Brasil 2014 comparten Diego Maradona y Víctor Hugo Morales en las noches de la televisión estatal. De la mano de un ritmo calmo y la constante visita de ilustres amigos (el ex astro brasileño Zico, el presidente ecuatoriano Rafael Correa, entre otros), la dupla disecciona las vicisitudes de cada fecha y recupera más de una entrañable anécdota.

–¿Viste De Zurda?, ¿qué te pareció?
–Obviamente, lo vi. Y me gustó, claro. Papá, antes de que saliera, me mandó un mensajito todo muy formal donde me informaba que iba a estar haciendo un programa con Víctor Hugo Morales. Estaba muy contento. Yo trato de seguirlo siempre, aunque a veces no pueda porque estoy grabando o ensayando.

Fuente: Tiempo Argentino

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