Dejame jugar


Una revolución lúdica y creativa

Trompetas imaginarias. Un cesto invisible donde los chicos tiran sus ideas de juegos. Conversaciones entre dedos. Un universo que surge de chapitas, banderines, instrumentos artesanales y la mente de cinco artistas que vuelven a poner en escena lo más simple y lo más vital: la imaginación. Y cómo viene la mano en la educación infantil, lo de ellos es casi una revolución.

Trompetas imaginarias. Un cesto invisible donde los chicos tiran sus ideas de juegos. Conversaciones entre dedos. Un universo que surge de chapitas, banderines, instrumentos artesanales y la mente de cinco artistas que vuelven a poner en escena lo más simple y lo más vital: la imaginación. Y cómo viene la mano en la educación infantil, lo de ellos es casi una revolución.
Bigolates de Chocote es un grupo de actores y músicos que ofrece una respuesta lúdica y creativa a la era de las computadoras, las pantallas, el sedentarismo y los permanentes "no" de los adultos a los chicos. Su nuevo espectáculo: Dejame jugar, le canta a los niños y les da un mensaje a los padres. "No necesito tanto abrigo. No quiero vestir tan prolijo. No sé por qué haces 'shh' si acá no hay tanto ruido. Vení sentate en el piso y dejame jugar", es parte de la letra de la canción central del espectáculo, que más allá de su inocencia, marca una postura ideológica acerca del modo de criar y estimular a los más pequeños.
La línea de pensamiento de los Bigolates está en cada aspecto del espectáculo. La bella y colorida escenografía de cortinas hechas con tapas de gaseosas y banderines de tela. Los instrumentos musicales artesanales y hasta la propuesta a los más chicos de que sean sus propios luthiers, con ideas para hacer música de una botella o un pote de yogur.
En escena, los actores hacen lo esencial, lo que nunca tendría que haberse perdido: jugar, y los chicos son los protagonistas de cada momento.

Fuente: Tiempo Argentino

Comentarios

Entradas populares de este blog

Andrea Gilmour

Susana Torres Molina: Estática

Chamé Buendia: Last Call-última llamada