Jack y las semillas mágicas


“Jack y las semillas mágicas”: un musical con clima de cuento clásico

El Teatro El Cubo, en el barrio de Abasto, es el ámbito donde se representa el musical infantil “Jack y las semillas mágicas”, que narra la historia de un chico víctima de un engaño pero que, lejos de resultar perjudicado, termina resolviendo sus problemas por haber tenido la capacidad de creer en la magia.

“El mensaje es, justamente, ese –señala Federico Herrera, director y autor de la obra infantil-: creer en lo imposible es muchas veces la puerta para encontrar soluciones y avanzar en la vida”.

Sobre el escenario de El Cubo, se desarrolla este musical con gran despliegue escenográfico diseñado por el propio Herrera junto a Julia Boselli y Andrea Magnetti, y coreografías a cargo de Pablo Núñez, con un notable aire de musical americano.

“Cuando pensé en esta obra imaginé un clima parecido al de los cuentos clásicos que nos leían en la infancia”, describe el director, quien es consciente de que esa estética le imprime un sello distintivo a su trabajo: el de las ilustraciones del relato infantil clásico.

Un joven que vive en una aldea, desesperado por la necesidad de resolver sus problemas económicos es engañado. Ajeno a la mentira, vende la única posesión de que dispone, su vaca, para adquirir unas semillas supuestamente mágicas. Al mismo tiempo, Daisy, la chica de la que está enamorado, es secuestrada por un gigante.

En la propuesta de “Jack…” hay un ogro que nunca se ve y queda en la extraescena, que se deduce por alusión de los otros personajes, así como por la presencia de sus enormes elementos que forman parte de la escenografía.

Esto fue una decisión de la puesta en escena de Herrera. “Me resultaba más interesante que se construyera la imagen de este gigante en la mente de los chicos, sin darle una forma o una apariencia definidas”, sostiene el director.

En cuanto a la consigna de la obra, “Volvé a creer en la magia”, Herrera explica que “como él no está al tanto del engaño, siembra esas semillas y, al ser tan fuerte su convicción y su emoción por considerarlas mágicas, terminan siéndolo y lo ayudan a resolver tanto sus dificultades económicas como a recuperar a la joven de la que está enamorado”, sintetiza el director.

Este símbolo es reforzado al finalizar la obra, cuando cada pequeño espectador es obsequiado con una bolsita con semillas para que las plante al llegar a su casa.

La obra, con las actuaciones de David Noval, Eleonora de Souza, Ángeles López Bustos y Maximiliano Basualdo, se representa todos los viernes, sábados y domingos de julio a las 16 y 17 horas en el Teatro El Cubo, Zelaya 3053, Ciudad de Buenos Aires.

Fuente: Télam

Comentarios

Entradas populares de este blog

Andrea Gilmour

Susana Torres Molina: Estática

Chamé Buendia: Last Call-última llamada