Premios Atina



Premios y diversidad estética

La escena del teatro para niños y jóvenes está ampliando sus horizontes. Por lo menos eso parece, si se repasa la lista de galardonados de la séptima edición de los Premios Atina, de la Asociación de Teatristas Independientes para Niños y Adolescentes. Desde el desparpajo juvenil y exuberante de Alicia en Frikiland , la comedia musical dirigida por Diego Corán Oría, hasta la delicadeza intimista de Popigami y Hansel y Gretel , las obras de títeres dirigidas por Sandra Antman y Omar Álvarez, respectivamente, se tiende un arco de diversidad estética que apela a públicos de edades también muy distintas. Estas tres obras acapararon la mayor cantidad de premios, entre ellos, los destinados al mejor espectáculo. Los Premios Atina se otorgan en ternas por categoría, sin distinción jerárquica en ellas.

En la entrega de premios que tuvo lugar el martes pasado en el Teatro de la Comedia fueron distinguidas también puestas en escena de quienes ostentan una larga trayectoria. Entre ellas, Una solución redonda (dirección), la lograda versión en clave de clown de El círculo de tiza caucasiano, de Bertolt Brecht, dirigida por Héctor Presa al frente del grupo La Galera Encantada. Y Tengo una muñeca en el ropero (dirección y dramaturgia), la obra dirigida a público juvenil sobre el descubrimiento de la identidad sexual gay, de María Inés Falconi, con puesta en escena de Carlos de Urquiza.

Liliana Bodoc fue distinguida por la dramaturgia de Un cuento negro y Teresa Duggan, por la dirección y coreografía del sorprendente espectáculo Apalalá . Los destellos innovadores del vestuario y la escenografía en la misma Apalalá , en Carkalata, una macana en cuatro estaciones y en Popigami marcan una tendencia creciente a abandonar la estética ascética de los mamelucos de colores primarios y la escalera de pintor que han hecho escuela tiempo atrás. La riqueza visual que también ofrecían las puestas de Hugo Midón encuentra así nuevas vertientes en que se multiplica. La reposición de Locos ReCuerdos en el Teatro Cervantes durante la temporada pasada recibió un merecido premio a la producción, en una suerte de nuevo homenaje a Midón, a dos años de su muerte.

La fuerte presencia del género de los títeres se vio reflejada no sólo en los premios a Popigami y Hansel y Gretel , así como en los obtenidos por Greta y Gaspar , dirigida por Ana Alvarado, sino también en el premio a la trayectoria otorgado a Adelaida Mangani. La directora del Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín representa la continuidad de una tarea de innovación y multiplicación del arte de los titiriteros a partir de la que iniciara su compañero de escenarios y de vida, Ariel Bufano. También el galardón a la visita extranjera fue para una obra de títeres, la notable puesta en escena de Sobre la cuerda floja de la Compañía Teatro Milagros, de Chile.

Una quincena de teatristas de todo el mundo participaron del acto de entrega de los Premios Atina. Se trata de los miembros del Comité Ejecutivo de la Asociación Internacional de Teatro para la Infancia y la Juventud, que sesiona en Buenos Aires esta semana. Su presencia es también índice de una ampliación de horizontes. La creciente interacción de la escena local con el resto del mundo permite intercambiar experiencias, abrir el juego a nuevas temáticas y fortalecer la incipiente búsqueda de una dramaturgia más profunda en el teatro para niños y jóvenes.

Fuente: La Nación

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