Claudio Gallardou: Identikich



"Me gusta el riesgo y más en escena"

El actor y actual subdirector del Teatro Nacional Cervantes se sube otra vez a las tablas para presentar Identikich con La Banda de la Risa, en el marco del Festival para gente chica. "Hoy la banda es una manera de hacer teatro", describe el artista.

La foto es de 1983. El mismo escenario en el Teatro Nacional Cervantes. Un cuadro de dimensiones grandes en blanco y negro muestra al elenco de Sueño de una noche de verano: Perla Santalla, Cristina Banegas, Daniel Miglioranza, Tincho Zabala, Jorge Marrale y, como Puck, Claudio Gallardou, hoy subdirector de esa misma casa. “Cuando empezamos aquí, alguien de manera anónima tachó mi cara con un marcador. Entonces yo fotocopié una foto mía, la recorté y la pegué”, comparte su ocurrente respuesta para dar contexto al momento en que él como subdirector y Rubens Correa, como director, asumieron el desafío de encaminar al Cervantes que entonces estaba cerrado.
La huella permanece ahí, en el centro de la imagen que no pasa inadvertida al llegar al quinto piso, en la antesala que precede el acceso a su oficina. El rostro de Gallardou en una mueca clownesca retratada más de 25 años después de la toma original marca un inicio y subraya el recorrido logrado día a día hasta llegar al presente. Orgulloso del trabajo realizado, enumerará con entusiasmo las señales opuestas a aquel período de puertas cerradas y desidia artística. “Ahora estamos trabajando juntos hacia un teatro nuevo, un teatro que tiene un plan federal, que está en plena actividad ofreciendo una veintena de espectáculos, recuperando espacios."
Desde que es subdirector, muy de vez en cuando vuelve a actuar. Este fin de semana se presenta con La banda de la risa en el Festival para Gente Chica. “Es un espectáculo modular rearmado”, define sobre Identikich la propuesta que se originó para la última edición de Teatro por la Identidad y que ahora adaptó pensando en un público infantil. “Tiene las características de los shows de La banda. Para este festival sacamos una parte dramática sobre los desaparecidos y una poesía de Borges, 'El cautivo', que es muy linda, pero dramática, y agregamos unas poesías infantiles, canciones de María Elena y juegos.”

–La propuesta del Festival para gente chica programa espectáculos en varias salas en simultáneo. ¿Hay algún antecedente así para el público infantil?
–Que recuerde no… Aunque creo que Libertablas armó alguna vez un festival de títeres. Es una iniciativa muy valiente, porque hay una inversión muy importante, hay gastos de promoción, salas, artistas. Felicito a las organizadoras porque, amén del riesgo que implica, aun así lo encaran, ¡Qué suerte!
–¿La banda de la risa cuántos integrantes tiene hoy?
–Al principio fuimos cuatro, luego cinco, después siete, volvimos a los cuatro, llegamos a ser diez y después 12. En realidad hay un núcleo que va modificándose con invitados, según el proyecto que hacemos, porque es muy difícil continuamente hacer teatro con los mismos cuatro. Eso te limita un poco porque tenés que conseguir obras que tengan personajes para esos cuatro.
–Entonces, ¿en qué anda La banda ahora?
–Está en la crisis que está la mayoría de los grupos que se formaron en la etapa de restitución democrática. El Club del Clown y Las gambas al ajillo se disolvieron. El grupo Del teatrito también quedó medio disuelto. El Catalinas no, pero es distinto porque como teatro comunitario y abierto ellos varían espectáculos y actores. El único grupo que se mantiene casi intacto es Libertablas, que se recicla haciendo espectáculos de títeres en los colegios. Los Macocos también tienen su crisis porque Casablanca (Daniel) ya hace un par de espectáculos que no está y Marcelo Xicarts se fue hace tiempo. Después de tanto tiempo o reciclás la propuesta o se te disuelve el grupo. Hoy La banda es una manera de hacer teatro, que nos reunimos a la hora de hacer un proyecto, por ejemplo lo último que habíamos presentado fue Un hombre es un hombre (de Bertolt Brecht) en el Teatro de la Ribera y ahí fuimos tres de la banda y dos invitados.
–¿La crisis de La banda tiene que ver con tu gestión en el Cervantes?
–No solamente. Porque el Bicho Gómez, desde que Guinzburg y Tinelli lo vieron en La banda, se fue primero para cámaras ocultas y luego por el Payaso Mala Onda, y luego le ofrecieron las direcciones de teatro de revista, entonces él no tiene disponibilidad. Empezamos a estar condicionados con el tiempo. La cosa es: ¿cuándo tenés un tiempo? Y ahí vemos si inventamos algo.
–¿Pero están buscando reciclarse?
–No digo que el grupo lo vamos a reflotar en las características del inicio pero La banda de la risa es un estética que no podemos abandonar. Por ejemplo, hoy el Teatro Cervantes está reestrenando una versión del Martín Fierro que irá por los pueblos. Vamos a mandar el espectáculo a las ciudades y pueblos donde no llega el teatro, empiezan el 6 de noviembre. Vamos a 20 km de Paraná a un colegio, al día siguiente vamos a la ciudad cabecera y al día siguiente vamos 15 km para el otro lado y lo hacemos en una plaza.
–¿Con qué actores?
–Hicimos un casting y encontramos unos actores espléndidos. En aquel momento de la democracia resurgente, la banda fue una escuela, hacíamos acrobacia, cantábamos, comicidad, hacíamos dramático, cuando el actor no estaba acostumbrado a hacer todo eso. En la etapa de los gobiernos militares el actor estaba entrenado a hacer un tipo de teatro naturalista. En la televisión el actor no sabía tirarse al piso, o hacer una escena de riesgo, ¿cantar? al menos que sean actores de comedias musicales, nadie cantaba.
–Siempre destacás como denominador común el uso de la creatividad. ¿Montar un espectáculo requiere más o menos creatividad en la gestión en el Cervantes?
–Todo el tiempo está presente la creatividad. En el momento de aceptar estar en este teatro, también me ofrecieron ser asesor en la Secretaría de Cultura, pero opté por el riesgo, porque me gusta el riesgo y si es en escena, más todavía. Cuanto más arriesgado es lo que hago en el escenario, siento que más se te agradece. El público quiere ver al malabarista que camina por la soga, por el hilo fino que camina en el espacio, el clown que puede fracasar si no genera la risa. La adrenalina que el público vive del riesgo que da el actor es lo que hace la risa o el llanto. Es decir que cada proyecto tiene su riesgo.  «

Un teatro que reabrió sus puertas

“La banda de la risa nació como la necesidad de hacer lo que no podíamos hacer”, define Gallardou. “Yo vivía de la telenovela, tenía mi auto y mi departamento, estaba muy profesionalizado pero yo quería hacer de payaso y apareció Cristina Moreira enseñando clown”, recuerda el actor sobre los inicios. “Nos metimos de cabeza y salimos con tantas ganas de lo que aprendimos que dijimos ‘hagamos esto’ y ¿dónde? Salimos a la calle a hacerlo, fue una semilla que fue creciendo y creciendo, a los dos años hicimos Canadá, EEUU, Escocia e Irlanda del Norte”, agrega.

–¿Cómo se conjuga ese espíritu que generó ese movimiento al Claudio de hoy con saco
en este escritorio?
–No se conjuga porque la respuesta a una estética que parece como una necesidad en una instancia histórica y social debe ir modificándose a medida que la instancia social se va modificando. Ahora hay muchos actores que se basan en aquellos grupos, pero hoy a esas estéticas les falta la profundidad de un discurso, tal vez dentro de un tiempo encuentren la variable entre el discurso y la forma. En aquel momento teníamos ganas de decir cosas que no nos dejaban decir. La verdad que no se conjuga. Hay que reinvestigar, reencontrar, hay que buscar las maneras. Cuando tenés intenciones de descubrir continuamente, es necesario no encerrarte en lo que ya conseguiste o lo que ya aprendiste. Hoy mi momento es este, es el desafío de ayudar a las personas que cohabitan este teatro a resurgir, un teatro que estuvo cerrado durante dos o tres años por un conflicto gremial y político muy fuerte, al punto de que lo cerraron completamente, no funcionaba. El teatro era una pena, hoy nos sentimos orgullosos de haber hablado, disentido mucho, para trabajar juntos en el resurgir. Ahora se contratan más de 1000 actores por año, estamos planeando gira por Latinoamérica, hemos ido a Grecia y a Polonia.


Tres días para chicos

La programación de la tercera edición del Festival de Espectáculos para Gente Chica (desde el 2 al 4 de noviembre) incluye diferentes propuestas, todas desarrolladas en el distrito infantil en el barrio de El Abasto. Los Musiqueros, Vení y estrená, (curso-espectáculo de Claudio Hochman), Fiesta de Pueblos, Dúo Karma (Cuba), Mundodanza (estreno de Laura Falcoff), La colmenita, son algunas de las propuestas.
El sábado y el domingo de 15 a 19 hs en la calle peatonal Zelaya habrá actividades libres y gratuitas. Plástica, galería de arte, narración, biblioteca, ilustración y ludoteca, entre otras opciones.
Las entradas para cada espectáculo salen $ 45. Más información en: .

Fuente: Tiempo Argentino

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