Alegría Intensiva


Grandes acciones con delantales y narices rojas

El grupo de payasos trabaja para varios hospitales y hoy ofrece un festival infantil en el Metropolitan

La alegría es un estado de ánimo que hace a la esencia de la infancia. Pero hay circunstancias, como las internaciones hospitalarias, en que tiende a perderse, justo cuando más se la necesita. Allí es donde asoman unas narices rojas sobre delantales blancos a reinstalarla. Son los clowns de Alegría Intensiva, una ONG que desde 2008 visita sistemáticamente salas de hospitales pediátricos para "conectar a los chicos nuevamente con la necesidad vital de jugar", según explica Mariano Rozenberg, el director de la organización conformada actualmente por 17 payasos, todos profesionales de trayectoria, que se rotan entre el Hospital Garrahan, el Gutiérrez, el Austral, el Sor María Ludovica de La Plata, el Posadas y el Pediátrico de Malvinas Argentinas. Son cien horas semanales de breves performances de ocho o nueve minutos cada una, improvisadas cara a cara con los pacientes en sus camas o en las salas de espera, dando opciones a la angustia, el tedio o la soledad.

Al rescate de la alegría sale también este sábado junto con los clowns de Alegría Intensiva un grupo de artistas de primer nivel, para transmitir el clima de esta experiencia de transformar un ámbito determinado en un gran espacio para la imaginación. No será en un hospital, sino en una sala teatral, pero el espíritu es el mismo: tres referentes de la música de los chicos, Mariana Baggio, Magdalena Fleitas y Luis Pescetti darán un recital a beneficio de Alegría Intensiva, con la conducción del dúo Los Cazurros, como "pilotos de la nave", al decir de Pablo Herrero y Ernesto Sánchez, en el que los clowns harán de anfitriones para presentar de modo desdramatizado su trabajo cotidiano. Será en el teatro Metropolitan, hoy a las 17. La sala llena garantizará varias semanas de continuidad del trabajo en los hospitales, la adhesión a una membresía como donante ampliará las posibilidades de llevar alegría en un contexto financiero que no es sencillo.

"Es un cambio de paradigma médico, más amigable, que es tendencia a nivel mundial", explica Andréas Kogan, director ejecutivo de la ONG. "Comenzó hace 25 años como una iniciativa del Big Apple Circus de Nueva York, que creó la Clown Care Unit. Hoy existe incluso en algunos lugares, como Cataluña y en la ciudad de Toronto, como parte de la organización hospitalaria pediátrica, con un servicio de clowns propio en cada unidad. Se trata de rascar la armadura tras la que se escudan los chicos por los múltiples estudios clínicos y extracciones de sangre. Para volver al chico que tiene ganas de jugar, que es su anclaje a la salud."

Fuente: La Nación

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