Karina Antonelli y Luciana Zylberberg: Lalá y el toque toque


"Lalá y el toque toque": un musical humorístico para chicos y padres

Canciones de la década del 50 en un abanico que va del chachachá, al twist, el tango, el foxtrot y el bolero y que rescata composiciones del gran Pepe Iglesias junto a una historia de amor virada a la comicidad componen el núcleo de "Lalá y el toque toque", un musical humorístico para chicos y familias con orquesta en vivo y la actuación de Karina Antonelli.

La obra es una creación de la dupla Antonelli y Osvaldo del Monte, que es también el arreglador y director musical de la orquesta que toca en vivo, tiene puesta de Antonelli y Luciana Zylberberg y se puede ver los sábados a las 15 y a las 17 en NoAvestruz (Humboldt 1857) del barrio de Palermo.

El amor, el disparate, el juego, la cercanía y la cotidianidad son elementos presentes en "Lalá y el toque toque", que tiene canciones de Pepe Iglesias, Carlos Gardel, Rita Pavone y otras de Antonelli-Del Monte y que además de la obra acaba de editar del disco de las canciones.

"Una vez que estuvieron las canciones la idea fue sumarle una pequeña historia de amor que se da en dos tiempos: el presente y en un pasado de la década del 40 o 50 entre Esmeralda (Antonelli) y el maestro Raúl (Del Monte) que es un director de orquesta y pianista muy riguroso, donde hay mucho del lenguaje del cine mudo, de Chaplin, de los gags, de la época de Pepe Iglesias, hay algo de musical, del jazz, de ese mundo en blanco y negro", cuenta Zylberberg.

"Lalá y el toque toque" es el segundo espectáculo del dúo Antonelli-Del Monte y sucede a "Lalá canciones", que armaron en 2005 aunque con un repertorio más cercano a lo rioplatense, donde había composiciones de Eduardo Mateo, Rubén Rada y León Gieco, entre otros.

"Esta no es una propuesta aniñada, yo creo que la música es una y no me gustan los arreglos pensados especialmente para niños y que suenan como una cajita de música sino que me parece que el oído se entrena en escuchar; lo que sí hacemos es acercar la música al juego para que llegue al chico", cuenta Antonelli sobre la propuesta.

En este plano, la actriz y cantante dice que su función es hacer de canal de comunicación entre las canciones y los chicos.

"Buscamos expresivamente lo que nos divierte, no proponemos materiales herméticos ni lejanos sino algo cercano que tenga que ver con lo cotidiano, porque el humor tiene que ver con compartir y divertirse con las cosas de todos los días", asegura.

Un violín que hace el zumbido de un mosquito, un juego de adivinanzas en una canción, un tema que se completa con el público, una bailarina de papel manejada como un títere y zapateo americano, son algunos de los elementos de un espectáculo que tiene en escena una pequeña orquesta de clarinete, contrabajo, batería-percusión, piano, violín y cavaquinho, que evoca con mucho humor el universo musical e imaginario de los años de Gardel, Chaplin y Ginger y Fred.

Antonelli dice que hace música para chicos porque la divierte: "Me gusta mucho el juego en la vida, la posibilidad de vivir con humor y me encanta que los pibes consuman buena música", señala.

"De hecho este -aclara- es un espectáculo para todos: para los grandes y para los chicos, buscamos un lenguaje que abarque a la familia porque nos parece que eso es posible, algo que no esté determinado tanto por la edad, y que le permita al adulto ingresar al mundo del chico, un lugar donde se relaja y se divierte".

Zylberberg remarca que con esta idea de que el espectáculo pueda ser compartido "hay constantes guiños y acercamientos tanto para que los chicos para ingresen en determinados universos como para que los padres se conmuevan con lo que sucede en escena".

Fuente: Télam

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