María Fernanda Callejón


María Fernanda Callejón: “Mentí: nunca fui una vedette”

Del topless que hace en “Vidas privadas” a las incomodidades de sus desnudos varios; y de las debilidades de la carne, a la bisagra de su carrera: el filme “Sofacama”.

El ambiente de las vedettes es muy bravo : coreógrafos, primeros bailarines, vedettes, media vedettes. Yo ganaba mucho dinero haciendo eso, y me retiré porque en 15 años trabajé con todos menos con Olmedo. Desde Porcel a Marrone, a Tristán, gran maestro... La revista ha sido un género muy vapuleado, pero para mí fue una época maravillosa, aunque la mujer haya tenido siempre un lugar de mierda. La revista es machista y el cómico suele utilizar nuestro cuerpo para hacer bromas.

Yo bajé dos veces las escaleras . Después me dediqué a la picaresca, con la vedette adentro. Mis años de vedette, en verdad, fueron años de comedias de Hugo Sofovich.

Moria es mi madrina artística.

Mi costado actoral siempre convivió con la vedette . Por eso dije: “Yo me tengo que retirar joven”. El cuerpo se va, la ley de gravedad llega y todo esto que tengo no lo voy a tener. Aparte, yo quería ser actriz, esa era mi vocación. Siempre lo fue.

Yo les mentí . Hice de vedette, pero no lo soy. Nunca lo fui. Ni siquiera doy con el prototipo. Nunca fui vedetonga, sí fui la minigatita del Gordo Porcel. Era, soy, chiquita, menudita. Lo que hice fue producirme, hacer gimnasia, subirme a los tacos. Me monté, empecé a jugar con eso y funcionó.

Al principio tuve que rendir examen como actriz . Ahora no. Una va creciendo y conforme el paso del tiempo, crece uno y, por suerte, crece la carrera. Mis peleas son con el afuera, nunca conmigo.

Me divierte hacer un medio topless en la obra “Vidas privadas” . Es un lugar común y se lo dije a Muscari, el director. Le pregunté: “¿No es muy obvio que haga esto, che? “.Y también me quejé porque me da tristeza que teniendo dos lolas, sólo me haga mostrar una.

Hay que animarse a hacer un desnudo . Es difícil exponer tu cuerpo. Mucha gente cree que es la parte de trola que tiene toda mujer. Puede ser, sí, pero yo padecí la incomodidad de exhibirse.

Voy a cumplir 46 años . Cuando cumplí 43 años me llamaron para hacer Confesiones de mujeres de 30 . Hay como un desfasaje genético en mí. Yo me cuido menos que antes, me relajé con la comida, me gusta que se me vean las arrugas. Ya no trabajo de afuera hacia adentro.

A los 43 se terminó el cuerpo de la Callejón . Bailando con Tinelli y haciendo la última tapa de Playboy , dije chau. Ahora soy una mujer netamente de mi tiempo. Una mujer de 50, 60 años ya no es más la abuela de pelo blanco. Gracias a Dios se estiró la calidad de vida.

La vedette gana mucho dinero ; la actriz, no. Por eso mi cuerpo sirvió para sumar a nivel económico. No es el caso de Vidas privadas : el semi topless se lo regalé a Muscari.

Me veo trabajando de viejita . Mi referente es Perla Santalla y me encanta Norma Aleandro. Tiene una cara rarísima, una belleza muy exótica. Me gustan esos reflejos, de todos modos, ahora que lo pienso, me identifico mucho con Norma Pons, que tiene que ver con el perfil y la historia de mi carrera.

En la película “Sofacama” soy como una intrusa . Esa película fue una bisagra en mi vida. Trabajé con Cecilia Roth, la chica Almodóvar, y eso no me lo quita nadie. El director Ulises Rosell, un encanto, se quedó conmigo luego de un casting de cinco horas. Me eligió entre Carola Reyna y, creo, Araceli González. No sé por qué me eligió, qué me habrá visto específicamente. Pero quedé y esa película me cambió la cabeza. Fue el famoso antes y después de cada persona.

Me encanta trabajar con operaprimistas . Siempre supuse que a mí no me iban a llamar grandes directores para hacer cine, y como amo las películas, me alegro que los jóvenes cuenten conmigo. No soy cinéfila, no soy de recordar los nombres de los directores y esas cosas, pero me gusta la comedia italiana y el cine nacional.

Adoro los cameos . Me ofrezco bastante para cameos, porque me gusta el set de filmación. En realidad, me gusta el cine, porque tiene la capacidad de eternizar a los actores.

Fuente: Clarín

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