Martín Slipak

Martín Slipak
Destino fijo. Vuelve al teatro dirigido por Alejandra Ciurlanti, fue revelación en cine por “Sin retorno”. Empezó a trabajar a los ocho años.
Estoy viendo que mi forma de actuación cambia. Es raro. Ahora hay una búsqueda muy fuerte desde lo genuino, lo que le pasa al actor en su sentimiento más primigenio: el intento de no simular nada.
Laburo desde los 8: ya llevo quince de trabajo. Al principio, no aparecía el pensamiento. Después, se complicó un poco más. Cuando era chico sentía que tenía una habilidad más grande para no cuestionar lo que sacaba y cuando pasa eso salen cosas interesantes. Ahora estoy un poco cuestionador y, como un gran ejercicio, tengo que quitar esa barrera para el cuerpo. Miró decía que tardó como ochenta años para aprender a dibujar como un niño. A veces me encantaría volver a actuar como cuando era chico. Lo que aprendí con el oficio es a jugar con la contradicción, con no decirlo todo. Trabajar la metáfora o la sugerencia: esas cosas de chico no la tenía tan claras.
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