Calixto Bieito: La vida es sueño


Un renacentista en el San Martín

El director catalán, un provocador artístico –aunque él descrea de esos términos–, reinventa los clásicos para jaquear al público con situaciones y sentimientos extremos. La obra será parte de la programación 2010 del teatro porteño.

El director español Calixto Bieito llegó a Buenos Aires para seleccionar el elenco de La vida es sueño, espectáculo que integrará la programación 2010 del Teatro San Martín. Director del Teatre Romea de Barcelona, reinventa a los clásicos, cuyas piezas transforma en Grand Guignol cuando su intención es jaquear al público con situaciones y sentimientos extremos. Su versión de la obra de Pedro Calderón de la Barca subió por primera vez a escena en el Festival de Edimburgo 1998, interpretada por una compañía británica, a la que dirigió. Pasó luego a Dublin, Nueva York y continuó en gira, siempre en idioma inglés. Bieito ha sido invitado a realizar numerosas producciones en Edimburgo, y en otras ciudades y festivales europeos y estadounidenses. La vida... se vio también en Barcelona (una coproducción del Romea y la Compañía Nacional de Teatro), Madrid y casi todas las plazas de España, y obtuvo numerosos premios. Entre sus puestas hay obras de teatro y óperas, que algunos críticos enlazan –por la integración de poesía, música y escenografía– con el “arte total” de los régisseurs alemanes. En el listado figuran versiones de Macbeth y El rey Lear, de William Shakespeare; Los Persas. Réquiem por un soldado (reescritura de la tragedia de Esquilo junto a Pau Miró); La vida breve; Peer Gynt; Don Carlo, de Verdi; Wozzeck, con música y libreto de Alban Berg sobre la pieza teatral Woyzeck, de George Büchner; Plataforma, versión teatral de la novela de Michel Houellebecq (sobre turismo sexual); El holandés errante; Tirant lo Blanc; y Carmen, ópera de George Bizet sobre la novela de Prosper Mérimée, cuya acción Bieito trasladó a la ciudad de Ceuta.

El director nacido en 1963, en la ciudad Miranda de Ebro (donde hubo un campo de concentración franquista), recibió este año el Premio de Cultura Europeo de la Fundación Suiza Pro Europa. Su nombre aparece unido al calificativo de provocador artístico, que Bieito no toma en cuenta. Sus montajes levantan polvareda pero este artista prefiere no enredarse en discusiones: “Soy curioso por naturaleza y me hace ilusión mi trabajo. Me alimento de otras artes, no solamente de teatro”, resume. Está entre los que se animan a ofrecer experiencias multisensoriales, y se apasionan por la música, la pintura y casi todas las manifestaciones contemporáneas. “La música es fundamental en mi trabajo y mi vida, quizá porque me eduqué en una casa muy musical: mi hermano es músico, mi madre es sevillana y canta en un coro, y mi padre, gallego, que trabajó en ferrocarriles, amó siempre la ópera italiana. Soy de una ciudad del norte de España que está entre Burgos y Vitoria, en la frontera con Euskadi. Pasé mi infancia allí, hasta que a los quince años mi familia se trasladó a Barcelona. Mi mujer es catalana, mis hijos catalanes y mi lengua familiar actual es el catalán. También es el idioma con el que empecé a pensar mis espectáculos. Ahora los pienso en catalán, castellano, inglés e italiano.”

–¿Qué significa pensar en un idioma? ¿Se apoya en la escritura?

–No totalmente. A veces sueño en inglés. Cuando pasas mucho tiempo viajando, como es mi caso, sueñas en distintos idiomas. Soy una persona absolutamente trilingüe. Mis idiomas son inglés, catalán y castellano. Siento curiosidad por la riqueza que hay en cada uno.

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