Patricia Palmer y Patricio Contreras: Telémaco o el padre ausente


En el lugar de la ley

Con "Telémaco o el padre ausente", que se estrena en el Cervantes, compartirán por primera vez un escenario.

Ella nació en Mendoza. Siendo jovencita, vivió unos meses en Barcelona junto a su familia. Más tarde, como bailarina, se fue a Chile. Y a los 24 llegó a Buenos Aires, recién separada y con una hija pequeña. El es chileno y aunque a los 27 años llegó a reservar su pasaje en barco para viajar a Europa e instalarse un tiempo del otro lado del océano, después de una breve temporada de teatro en Buenos Aires, decidió quedarse, al parecer definitivamente, en la Argentina. Ahora, con Telémaco o el padre ausente compartirán por primera vez cartel en teatro.

El nombre completo de ella es Patricia Alejandra; el de él, Patricio Alejandro. Casualidad o no, Palmer y Contreras se encontraron para hacer esta obra, que se estrenará el jueves en el Teatro Nacional Cervantes. El autor de la pieza, el chileno Marco Antonio de la Parra (uno de los referentes de la dramaturgia latinoamericana), llegará a Buenos Aires para estar presente en el estreno mundial de esta obra suya, que dirige Dora Milea.

El departamento de Contreras es el lugar para la entrevista; procura ser un buen anfitrión y mientras Palmer cuenta que su primer trabajo fue un reemplazo por un día que hizo de Susú Pecoraro en El taller del orfebre, una pieza del Papa Karol Wojtyla, él sirve té, gaseosa y galletitas.

Sus destinos no se cruzaron en Chile. "Me hubiera enamorado si la hubiera visto bailar", galantea él. Pero en el '77, ese año en el que ella hizo El cisne negro del otro lado de la Cordillera, él ya vivía en la Argentina, desde 1975.

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