Ramiro Gigliotti: Chaucito, historias de milonga
Crónicas de una pasión Escribió un libro en el que reunió crónicas del mundo de las milongas, que ahora llega a escena, los domingos en El Kafka. Durante la infancia, la ambición de Ramiro Gigliotti era ser una superestrella del rock, un Paul McCartney de estas tierras. No fue así y su vida tomó otros rumbos, más decididamente señalados por el tango que también escuchaba abundantemente en la infancia. Más tarde empezó a bailar tango “pero sin histrionismo alguno. Soy de esas personas que en los casamientos se esconden detrás de las columnas”. Sin embargo, la cosa se le fue armando para dar clases de baile de tango aquí y en el exterior, y luego se abrió una veta inesperada: hacer crónicas -muy agudas, hay que decir- del mundo de las milongas en la revista especializada El Tangauta. De allí a un libro que reúne varias de ellas, y de allí a su actual espectáculo Chaucito, historias de milonga ( domingos a las 21 en El Kafka, Lambaré 866 ) hubo unos pocos pasos. ¿Cómo empezaste ...