Estese confuso
Estese confuso No se trata de entender, tampoco de interpretar ni de representar. Se trata de ver, de entrar en comunión, en sintonía. Alfredo Casero no es ni más ni menos que eso. Es lo que se ve y con eso alcanza y sobra. Podría haber ocurrido en el Teatro del Viejo Mercado, como sucedió este viernes, en una sala oficial o en un asado en su casa, El actor de Las locas de amor y de Cha, cha cha es el mismo y su espectáculo puede llamarse Estese confuso, A casaerian extravaganza o The Casero experimendo, qué más da. Si va a cantar magníficamente Schubert cuando le dé la gana, o algo en griego o una canción japonesa a modo de homenaje a ese pueblo que tanto sufre por estos días. Verlo a Casero es dejarse atravesar por su locura, que es la de muchos y es más sana que muchas corduras. Tan ácido y desopilante como profundo es ese Casero que el viernes, estuvo en su máxima expresión. Único, irrepetible como cualquier obra de arte. M.G.M. Fuente: Tiempo Argentino
