Museo del Títere


Los secretos del Museo del Títere

Este fin de semana se despiden de su público, pero sólo hasta el mes de marzo

En una esquina de San Telmo, donde por calles empedradas y fachadas de viejas casas, con zaguanes y ventanas con rejas coloniales, se respira esa atmósfera de recuerdos de barrio de conventillos y chicos que juegan en la vereda, el Museo del Títere Mane Bernardo-Sarah Bianchi ha dedicado todo el año a proporcionar la magia de los traviesos muñecos.

Su fundadora e incansable directora, Sarah Bianchi, con la cercana colaboración de Silvia Muselli ha desarrollado exposiciones, talleres, festejos, visitas guiadas, pero, especialmente, funciones de títeres para niños y adultos. Aunque son muy exigentes a la hora de la selección de los espectáculos que allí tienen lugar, a Sarah y a Silvia les interesa mucho proporcionar obras y a los conjuntos nuevos, la oportunidad de probarse con el público. "También tenemos algunos espectáculos amigos que nos visitan con frecuencia -dice Sarah, sonriendo-, muchos son reclamados por los niños del barrio que se han vuelto unos expertos."

Cuando se le pregunta por las obras, contenidos y calidad, responde: "Hemos tratado de presentar la mayor variedad, pero, a veces, ocurre que, al ser tan pequeña la sala [40 localidades] y un escenario también chico [aunque muy bien equipado] muchos espectáculos que quisiéramos invitar no caben o no tienen presupuesto para afrontar los gastos de traslado y, a veces, otros compromisos no les permiten venir. Pero muchos sí lo hacen y hasta nos acompañan en la semana, con las visitas de las escuelas. "De todos modos -aclara Silvia-, se presentaron 22 conjuntos distintos, de la ciudad de Buenos Aires; de las provincias de Córdoba, Santa Fe y Mendoza, y un conjunto chileno."

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