martes, 27 de octubre de 2015

Nicolás Goldschmidt: A todo animal útil


"Pensé que iba a dirigir a los 40"

El actor de películas como Eva no duerme y obras de teatro como La máquina idiota acaba de presentar en la Bienal de Arte Joven su primer trabajo como director. Además, da clases con  Julieta Ballina.

Está empezando a vivir el momento inicial luego de una experiencia bisagra. Tras el éxito de La máquina idiota, de Ricardo Bartis, Nicolás Goldschmidt está expandiendo su capacidad expresiva. Todo su recorrido de formación y experiencia junto a Bartis, más su motivación potente que lo lleva siempre a estar en movimiento, le han otorgado una consistencia artística que ha comenzado a encausarse.  
"Es una etapa de buscar y encontrarnos. Hacer teatro luego de una experiencia tan grossa como La máquina...  tiene que ver con decir: tengo que nacer de algún modo. También dirigir. Opinar teatralmente, es matar ideas o creencias que uno trae, artísticas o sociales."
Hace 20 años que es actor. "Es lo que más soy. Llevo 20 años de carrera."  Desde su debut  (tenía nueve años) en Sol de otoño de Eduardo Mignogna, Nico sigue ávido por aprender. Y su búsqueda está ligada al hacer. Durante enero y febrero se dedicó al cine: actúa en Eva no duerme de Pablo Agüero  (que se estrenará en el Festival de Cine de Mar del Plata) y en Al desentendido de Mauricio Escobar Duran. En marzo y abril fue televisión: tuvo la segunda temporada de Presentes (la primera ficción realizada por Canal Encuentro), y actuó junto a Luis Luque en la miniserie Cartoneros.
Mientras tanto, siempre está el teatro: en la Bienal de Arte Joven, presentó su primer trabajo como director, A todo animal útil (que sigue en cartel en El Picadero), da clases con  Julieta Ballina, y viajó a Corea para participar del Festival de Teatro Asiático de Corea del Sur con La máquina idiota.
"Desde hace un tiempo pensaba en dirigir una obra, pero pensé que iba a ser a los 40. Se dio la oportunidad ahora", expresa con serenidad sobre su rol en A todo animal útil.
"En las clases descubrí que me interesaba mucho agrupar los cuerpos y poder dirigirlos hacia ciertas zonas de la actuación. Trabajamos para encontrar la escena sin un texto, y para lograr eso el tiempo de búsqueda es fundamental. Para nosotros, esa búsqueda es con el público, es estar todo el tiempo moviéndonos. Eso nos mantiene muy despiertos y nos mantiene muy conectados con la investigación."
La transformación en dramaturgo y director sucedió a partir de un espacio de trabajo compartido junto a Victoria Baldomir, Frida Jazmín Vigliecca, Victoria Cipriota, y Stephanie Petresky, que formaron parte de la experiencia colectiva y que hoy interpretan la obra. La pauta inicial de Nico, según detalla, fue la libre expresión: "¿Qué querés actuar? ¿Qué te motiva buscar? El encuentro fue muy satisfactorio, los ensayos no tienen nada que ver con lo que fue la obra. Hacíamos cosas sólo para reírnos o de repente para emocionarnos. Luego, los procesos de ensayo tienen un momento de represión porque hay que reprimir para que no se te desborde todo."
–¿Cómo quedó definida la obra? ¿De qué trata?
–Pensamos en el arquetipo de la madre. Y uno se va descubriendo con el tiempo. El trabajo empezó muy inconscientemente; es una mujer que intenta liberarse. las estoy comprendiendo, por hablar con amigas, mi novia, mi madre y mi abuela. Que cada una, todas, son varias a la vez. Y esas varias a veces son amigas, a veces madres, a veces enemigas. Entonces hay algo de matar a cierta parte de ella para poder avanzar.
–En este momento, a tus 29 años, ¿tu expansión está en el teatro?
–Sí. Creo que el teatro es el lugar en que los cuerpos pueden decir no. Sería "No a lo que me ofrecés". Me interesa expandirme en tres ámbitos: actuar, poder seguir en una línea que me interesa a nivel lenguaje y poético, seguir dando clases, y dirigir, quiero seguir haciéndolo.

Fuente: Tiempo Argentino

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