Ricardo Talento: El casamiento de Anita y Mirko


Todo un clásico del teatro comunitario

Creada en tiempos de crisis, en 2001, como una necesidad de recuperar los vínculos sociales, la original puesta interpretada por alrededor de 60 vecinos-actores se convirtió en un emblema del Circuito Cultural Barracas.

El sur de Buenos Aires, mezcla rara de pedazos de historia y modernidad, ofrece al vecino o al paseante fortuito una simbiosis urbana y cultural que altera los parámetros de lo predecible. Con esa misma esencia que interviene en su territorio, el Circuito Cultural Barracas y su grupo de teatro comunitario sigue convocando a vecinos de todos los barrios a participar de su proyecto colectivo.

Barracas. Sábado a la noche. Parejas, amigos, familias enteras, todos con sus invitaciones en mano, aguardan entrar en una fiesta. Fueron invitados al casamiento de Anita y Mirko, y allí esperan para entrar al galpón del circuito, transformado en un salón de fiestas y bautizado como “La Taffié de tu Barrió” por sus dueñas, las cuñadas y anfitrionas del evento Alegría, Irma y Olga. El casamiento de Anita y Mirko surgió en tiempos de crisis, en 2001, como una necesidad de recuperar lo que se había perdido: la alegría del encuentro. Con dirección general de Ricardo Talento, dirección de Corina Busquiazo y dirección musical de Néstor López, la original puesta interpretada por alrededor de 60 vecinos-actores se convirtió en un clásico del teatro comunitario que transcurre su 15ª y última temporada.

“La idea de la obra comenzó un año antes de 2001, cuando hacíamos lo que llamamos los ‘cortocircuitos’, y todos los meses realizábamos fiestas temáticas y transformábamos el espacio del circuito en un club de barrio, una pensión o una kermés. En uno de esos cortocircuitos, hicimos un casamiento, pensando que lo íbamos a hacer una sola vez, pero al ver la repercusión lo repetimos”, recuerda Busquiazo. “Al año siguiente, como eran tiempos duros, decidimos hacer una fiesta ficticia, y jugar a que nos conocíamos y a que todas las generaciones podían divertirse juntas”, agrega Talento.

Los espectadores olvidan pronto su rol, y se entregan a la idea de jugar por un rato a que están en un verdadero casamiento, en el que ofician de familiares y amigos de los novios. Dispuestos en mesas circulares, los actores involuntarios cenan y brindan por la unión de Anita y Mirko. La obra es una sucesión de encuentros compartidos, donde todos juegan el mismo juego. “El público que quizá nunca ha ido al teatro, se encuentra con que la teatralidad no es sólo una, sino que el teatro es una ceremonia celebrativa, y este casamiento tiene esa esencia”, sostiene el director del circuito.

Los familiares de Mirko, de nacionalidad rusa, son los primeros en ingresar al salón. Vestidos con trajes oscuros y abrigados, se muestran serios y distantes. Su vestuario y actitud contrastan visiblemente con la familia de Anita, de origen italiano y anfitriona de la fiesta, que pronto invade el salón con su bullicio y con el color de sus brillos y lentejuelas. El encuentro de culturas tan diversas será, entonces, el eje del conflicto dramático de un casamiento ficticio, pero no tanto, en el que se cumple con todos los rituales: se baila el vals, la novia tira el ramo a las solteras de la fiesta, se come torta y se baila hasta el cansancio, entre otras sorpresas que no se revelarán. Pero además, esta celebración muta en un fenómeno cultural, en tanto que rompe con varios prejuicios instalados y produce un efecto transformador en el que Talento pone especial énfasis: “Hay un hecho cultural de marginación hacia nuestro barrio. Existe la fantasía del barrio peligroso, y hay quienes preguntan: ‘¿Cómo hago para ir desde Capital?’, pero la gente entra de una forma y sale con otra cara, y te lo agradece. Que ciertos sectores vengan a Barracas ya es un paso importante, porque ven que hay paranoias y miedos impuestos, y cuando llegan al lugar y lo transitan se dan cuenta de que no es lo que piensan.”

El casamiento de Anita y Mirko celebra su 15º año consecutivo en escena, y la clave del éxito parece encontrarse en algo que sucede por fuera de la dramaturgia. “Yo siempre me pregunto por qué, si esta obra nació por una necesidad, en un momento en el que la sociedad estaba resquebrajada, sigue funcionando tanto ahora. Hoy hay lugares de participación, por suerte hay mucha militancia y se ha revalorizado el hecho político, pero no hay lugares de religación de la sociedad para conocerse entre vecinos. Eso nos falta porque funcionamos aislados”, concluye Talento.

El casamiento termina, pero la fiesta continúa en la calle al ritmo de los tambores. En “La Taffié de tu Barrió” los conflictos se resolvieron, los solteros se casaron, los novios se despidieron para celebrar su noche de bodas y los invitados se fueron con la certeza de haber sido partícipes de una “alegría como forma de resistencia y de encuentro real con el otro”.

* El casamiento de Anita y Mirko se presenta en el Circuito Cultural Barracas (Iriarte 2165), todos los sábados, a las 21. Reserva de entradas en Alternativa Teatral o en www.ccbarracas.com.ar

Fuente: Página/12

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