Nicolás Pérez Costa: El hombre de la máscara de hierro
“Es una puesta que creemos vanguardista”
NICOLÁS PÉREZ COSTA, ACTOR.
–¿Por qué elegiste representar El hombre de la máscara de hierro?
–Desde chico tuve una especial fascinación con esta historia. Investigué y descubrí que es hasta la actualidad un personaje misterioso del que sólo se tienen suposiciones de su verdadera identidad. Sólo se sabe que se encontró un registro con un número de prisionero.
–¿Qué diferencias tiene tu versión con la original?
–Tomé la hipótesis de que era el hermano de Luis XIV, a quien encerraron y “borraron su rostro” por los eventuales conflictos en la sucesión del trono, como hizo Alejandro Dumas. Pero en nuestra versión no están los mosqueteros ni D’Artagnan. Hay un conflicto de un triángulo amoroso y una fuerte crítica al poder y al abuso del mismo.
–¿Cómo es la puesta?
–Somos 45 actores, cantantes y bailarines, y cinco músicos. Para entrar en escena, rompimos con la estructura de teatro a la italiana. Es decir, la acción sucede por todos lados, no sólo en el escenario, y los bailarines se mueven cerca del público. Es una puesta que creemos vanguardista.
–¿Cómo se llevó al musical?
–Fue un proceso orgánico. Decidimos aggiornar la historia: la ambientamos estéticamente, junto al vestuarista Gustavo Alderete en el glam de los ‘80, que, al igual que la época en la que sucedió la acción, hubo excesos en la ropa y en los lujos. Trabajamos en todas las áreas sobre una síntesis épica, y luego sumamos la música.
Martes a las 21 en El Cubo, Zelaya 3053.
Fuente: Tiempo Argentino
NICOLÁS PÉREZ COSTA, ACTOR.
–¿Por qué elegiste representar El hombre de la máscara de hierro?
–Desde chico tuve una especial fascinación con esta historia. Investigué y descubrí que es hasta la actualidad un personaje misterioso del que sólo se tienen suposiciones de su verdadera identidad. Sólo se sabe que se encontró un registro con un número de prisionero.
–¿Qué diferencias tiene tu versión con la original?
–Tomé la hipótesis de que era el hermano de Luis XIV, a quien encerraron y “borraron su rostro” por los eventuales conflictos en la sucesión del trono, como hizo Alejandro Dumas. Pero en nuestra versión no están los mosqueteros ni D’Artagnan. Hay un conflicto de un triángulo amoroso y una fuerte crítica al poder y al abuso del mismo.
–¿Cómo es la puesta?
–Somos 45 actores, cantantes y bailarines, y cinco músicos. Para entrar en escena, rompimos con la estructura de teatro a la italiana. Es decir, la acción sucede por todos lados, no sólo en el escenario, y los bailarines se mueven cerca del público. Es una puesta que creemos vanguardista.
–¿Cómo se llevó al musical?
–Fue un proceso orgánico. Decidimos aggiornar la historia: la ambientamos estéticamente, junto al vestuarista Gustavo Alderete en el glam de los ‘80, que, al igual que la época en la que sucedió la acción, hubo excesos en la ropa y en los lujos. Trabajamos en todas las áreas sobre una síntesis épica, y luego sumamos la música.
Martes a las 21 en El Cubo, Zelaya 3053.
Fuente: Tiempo Argentino
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