Nicolás Vázquez: Stravaganza Tango


"Trato de no subirme al caballo"

Protagoniza Stravaganza Tango y continúa con las grabaciones de Mis amigos de siempre. Dice estar bien plantado y en la búsqueda constante.

Frente a la puerta del teatro Broadway, casi llegando al Obelisco, estaciona el auto, solo un momento, para bajarse y darle la llave al chico del valet parking apostado allí. Los curiosos lo miran, pero él no da tiempo de nada. Nicolás Vázquez llega sobre la hora, entra raudo a la sala y dice: "No sabés lo que es mi vida." Es el protagonista de Stravaganza Tango, la nueva aventura de Flavio Mendoza, y continúa con las  diez horas de grabación diaria de la tira Mis amigos de siempre (El Trece). Su agenda está bastante ajustada. Pero siempre hay tiempo para algo más: tras un breve y cordial saludo, aprovecha el envión de la llegada y sin perder tiempo sugiere fotos: "Esta no la tiene nadie"; "con esta te mato"; "¿te gusta?"; "¿va?" y así va cambiando de fondo y de pose. Pide luz para ayudar al fotógrafo y termina por los aires, literalmente, colgado de un farolito volador. "Me gustan los desafíos", comenta con su verborrágica característica.
El desafío era hacer un Stravaganza sin Flavio, totalmente distinto a los anteriores. "Es la posibilidad de un protagónico en una marca como Stravaganza con un papel que quizás en teatro la gente no está acostumbrada a verme. Me animé", confiesa el actor mientras lo maquillan para salir a escena.

–¿Cómo es trabajar con Flavio Mendoza?
–Hoy por hoy Stravaganza es un suceso y en este caso era un riesgo aún mayor. Él venía haciendo espectáculos que no tenían un hilo conductor desde el texto, trasmitían una historia pero daban lugar a interpretar libremente, eran más perfomance. Acá la historia que contamos la llevamos desde un lado más teatral,  que se suma lo típico de Stravaganza, pero apuntándola hacia un lugar determinado. La historia de este poeta, que va imaginando en su cabeza lo que el público ve plasmado en el escenario, los bailarines y todo, es una historia alucinante. Trabajar con él esta buenísimo
–¿Cuál fue la mayor dificultad de la obra?
–Lo más difícil fue que quedara como un buen ensamble y no como un varieté. Quedó una historia bien narrada, la gente se sensibiliza, se transporta a ese mundo imaginario y entiende la historia perfectamente. Y no importa la edad. Al público lo tengo de inmediato en Twitter, y te escriben desde chicas de 17 a 20 años, hasta tipos grandes que se emocionan con lo que pasa en el escenario.
–Muchos se preguntan ¿Quién va ver Stravaganza? ¿Cuál es su target?
–Es muy variado. Más allá del que sigue a Flavio, yo tengo un público muy amplio, por el tema de que hago programas familiares y en horarios que la gente quizás se junta y mira la tele. Tenía miedo, porque quizás la palabra "tango" te espanta gente. Quizás no están acostumbrados y piensan que va a ser la historia tradicional del tango, pero no es eso.
–¿Qué es entonces?
– Algo como Moulin Rouge. Queremos provocar eso. Efectos, acrobacia, malambo, tango fusionado, atrae mucho. Llevamos menos de un mes desde su estreno y conozco gente que ya vino tres veces a verlo. Una locura. Este espectáculo se podría llamar Stravaganza Amor porque lo que cuenta es una historia de amor, como Moulin Rouge. Es algo con mucha más fuerza que muchos espectáculos de tango que son de menos producción y puesta. Si nos fuéramos de gira sería como el Cirque Du Soleil: trasladar 10 camiones y quedarse un mes, un mes y medio. Pero bueno veremos qué depara el futuro. El productor me dijo "vas a conocer el mundo, Londres, París, Japón, Rusia, Dubai". Ojalá.
–¿Cómo te llevás con la fama?
–Soy relajado. Soy auténtico, como me ves en la tele, así soy. No me molesta casi nada. Me quedo 40 minutos saludando a la gente. Agradezco mucho que nos esté pasando esto. Siempre fui así, desde que era "el bola 8". Yo sé lo que es el esfuerzo de venir al teatro, de pagar una entrada. Viene gente de otros países, de otras provincias, y te eligen y te apoyan. Nunca hubiese imaginado que me esperarían 200 personas afuera del teatro para saludarme. A veces, entre que me desmaquillo o me cuelgo hablando con los técnicos, esperan 40 o 50 minutos. ¿Cómo no los voy a saludar o sacarme una foto con ellos?
–¿Pero te bancás cualquier cosa?
–Cuando es cariño y buena energía está todo bien. Lo que yo no me bancaría es lo que no se bancaría ninguna persona: la falta de respeto. Y tengo la suerte de que no me pasa. Soy un agradecido a eso. El público no me ha dado más que satisfacciones.
–¿Cómo se maneja el ego frente a ese panorama?
–Trato de no subirme al caballo y ser lo más natural posible. Me costó mucho llegar donde llegué, donde estoy en este momento. Esto es una circunstancia, es un momento. Me pasó de tener espacios de 35 puntos de rating y de otros que se levantaron al segundo programa. Me pasó de estar bien económicamente y me pasó de no tener para pagar el alquiler. El hambre de hacer cosas porque te gustan, y el saber que podés estar arriba o abajo, ayudan. Te cuento una que te morís: estaba haciendo Casi Ángeles II, el éxito más grande que hizo Cris Morena en teatro, metíamos 10 mil personas por día, una locura. Y un año y medio después estaba haciendo una gira de una obra que no le iba muy bien. Sinvergüenzas, la versión local de Full Monty. De un cinco estrellas pasé a un viejo hotel de pueblo con llave con el número de la habitación grabado en una madera y compartiendo cuarto con otro actor. Con Alejo García Pintos. "Si nos vieran las fans de Israel" me decía… nunca nos pagaron esa obra. Y eso que venía de un exitazo. Siento privilegio por que me elijan, pero no te podés creer nada de esto, solo disfrutarlo mientras dure.
–¿Sentís que tenés alguna limitación como actor?
–Me gusta el desafío. Todo el tiempo trato de aprender y mejorar de los maestros, de gente que admiro, pero también de gente más joven que uno, de los chicos cuando toca trabajar con pequeños. La verdad es que soy abierto y sé que hay cosas que me cuestan más que otras. La actuación es tratar de aprender a resolver situaciones de distinta manera, y si uno cree que se las sabe todas, seguramente sea peor actor de lo que sería si se relaja y se pone, con humildad, a tratar de mejorar. Uno va creciendo como actor cuando va creciendo en la vida.
–¿Y en este espectáculo? ¿Qué pasó?
–Una de mis limitaciones de este espectáculo fue saber si iba poder con todo el texto. Comienzo la función con un monólogo, lleno de frases tangueras, y uno de mis miedos venía porque sé que tengo la comedia a flor de piel, en la vida, y tenía temor de no poder irme de ahí, me aterraba. Te frustrás y te decís "no voy a poder", pero si seguís adelante,  avanzás. Ahora quiero bailar tango, quiero más acrobacia. No tengo muchos límites, cuando tuve que cantar lo hice, quiero empezar piano, siento que estoy en búsqueda de seguir aprendiendo.
–¿Por qué creés que Flavio Mendoza te eligió a vos?
–Yo se lo pregunté a él también. Me dijo que confiaba en mí como actor y que veía que tenía algo. Habiendo tantas opciones de buenos actores que haya pensado en mí, me llena de orgullo. Pero no sé que es lo que vio. Yo voy a hacer todo lo posible para no defraudarlo. Ni a él ni al público. «




Funciones
Stravaganza Tango se presenta en el Teatro Broadway (Corrientes 1155) de jueves a sábados a las 21 hs. y los domingos a las 20 hs. Integran el elenco Nicolás Vázquez, Gonzalo Costa, Emiliano Freeguglietti, Ariel Caramés, Melina Greco, Sebastián Acosta, y Luciano Bassi.



Nico, el mediador
La tira prime time de El Trece tuvo tanto rating como resonancia por polémicas entre los actores. Mis amigos de siempre, programa que comenzó en diciembre último y que está por terminar en las próximas semanas, tuvo momentos tensos durante las grabaciones, que trascendieron y que fueron muestra de que no es todo color de rosa. "Pasa en todos los laburos, el tema es que nosotros tenemos una exposición mayor. Si pasa en una oficina, queda ahí. No me gusta la mala onda, no me gusta que haya roces, aunque sean inevitables por la cantidad de horas compartidas", reconoce Vázquez.

–¿Vos cómo te comportás cuando hay encontronazos?
–Primero, empiezo a ser el mediador. Pero si hay que tomar una postura, la tomo, no me quedo en el medio; si tengo que decir algo, lo digo. Lo que pasó me lo guardo, porque queda en el vestuario, pero si tuve que encarar a alguien para decirle que no estuve de acuerdo, lo hice. Soy transparente. Si hay onda, todo bien, jodemos; sino la hay, respeto tu espacio y si no me gusta algo, te lo digo. No seamos hipócritas. Pasa, pasó y pasará. Al ser públicos, deberíamos cuidar más que no pase, o que la gente no se entere.
–¿Por qué?
–Por respeto. Lo pensaba el otro día. Hacemos lo que nos gusta, nos pagan bien, es un privilegio. Vivir de lo que te gusta tendría que ser un disfrute. Hay gente que no hace lo que le gusta, no tiene trabajo, no le pagan bien. No tengo ganas de que lean esta noticia y digan: estos boludos se quejan de llenos. Tenemos que hacerla bien. Yo me quedo con lo que disfruté haciendo el programa, volver a trabajar con gente que conozco hace 17 años, y con toda la gente que me paró durante este tiempo en la calle para decirme cuánto le gustaba.




"yo sé lo que es la selección para messi"
En Twitter, canal que Nico Vázquez utiliza bastante, no hay un defensor más acérrimo de Lionel Messi que él. "Me indigna que seamos exitistas. Es una autocrítica, porque quizás no lo hago con Messi pero lo puedo hacer en alguna otra cosa. Pero hay que cuidar al talentoso", dice el actor fanático del fútbol. "Lo defiendo mucho porque lo conozco, tuve la oportunidad de conocerlo y estoy teniendo una relación de a poco, cada vez más, afectiva, y sé lo que es la Selección para él", comenta enfervorizado Vázquez. "No tiene que superar a Maradona. Son distintos. No hay que comparar, sino apreciar su calidad de jugador."

–¿Sentís que las críticas hacia el capitán de la Selección son injustificadas?
–Se es muy injusto con Lionel. Si hay alguien que no festejó el segundo puesto es él. Quería más que nadie ser campeón del mundo, fue una frustración. Sufre en silencio, no dice nada, por su forma de ser introvertida, por eso salgo a defenderlo como si fuera un amigo de toda la vida. Tres días antes de ir al Mundial nos vimos y hablamos mucho, de la vida, de lo que era la Argentina para él, de lo que es el país para él, no solamente la Selección. Es un tipo muy familiero. Estuve todo el Mundial muy cerca de él.
–¿Son amigos?
–Voy en busca de ser su amigo, porque me cae muy bien él y calculo que yo también a él, por eso la confianza. La vida nos unió, un amigo en común nos presentó y estuvimos muy conectados desde entonces.
–¿Cómo lo viste en Brasil?
–Creo que hizo un gran Mundial, como todos los jugadores de la Selección. Si no hubiese estado él, no hubiésemos llegado tan lejos.




"lo bueno es encontrar el equilibrio"
Nicolás Vázquez cuenta los días como un preso. Por que más allá de sus obligaciones laborales en televisión y teatro, está ansioso por pasar mucho más tiempo con Gimena Accardi, también actriz, y con quien, desde septiembre de 2007 (luego de su divorció con Mercedes Funes), está en pareja.
"Quiero terminar las grabaciones para poder estar más tiempo juntos. Tuve un año intenso en lo laboral y ya tengo ganas de estar con ella durante el día y eso. Lo bueno en una pareja, y en la vida, es encontrar el equilibrio para no descuidar nada de lo importante", reflexiona Nico.
"Stravaganza promete mucho pero donde me vaya, me quiero ir con Gimena, si hacemos gira o algo así."
A comienzos de 2013 Accardi quedó embarazada pero el 11 de junio del mismo año perdió al bebé. "Fue uno de los momentos más duros de mi vida pero fortaleció nuestra relación. Quizás para el año que viene volvamos a intentarlo. Es uno de nuestros objetivos: tener una familia", reconoce el actor.

Fuente: Tiempo Argentino

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