Alejandro Awada


"El día del estreno es el verdadero inicio"
 ALEJANDRO AWADA

–¿Qué es lo que más te enorgullece de tu profesión y qué es lo que menos te gusta?
–Poder reflejar contenidos, expresar modos de reflexión y de sensibilidad al servicio del espectador. Lo que menos me gusta es cierta frivolidad. Y cierta incomprensión del trabajo del actor.
–¿Qué pasa cuando sentís ese tipo de frivolidad e incomprensión?
–Comprendo el porqué y para qué de eso, que tiene que ver con un aspecto del sistema, que necesita de esa ignorancia y de esas vías de expresión para seguir de alguna manera entreteniendo con todo lo que eso significa. Entretener, ese tipo de cosa que no es lo que definitivamente deseo que pase.
–¿Cuál obra te cambió la perspectiva?
–No sé si las obras, sí haber tenido la dicha inmensa de haber podido trabajar con grandes directores y grandes actores. Haber trabajado con ellos y conocer bien la profesión desde el punto de vista artístico detalles que me han hecho observar lo más bello de esta profesión y comprenderla.
–¿Qué sentís el día después del estreno de una obra?
–Un grandioso maestro ruso llamado Vsévolod Meyerhold decía que no entendía por qué los críticos van el día del estreno, porque desde el su punto de vista el día del estreno es el día del primer ensayo. A partir del estreno yo empiezo a asimilar el contenido y la expresión, buscando siempre una vía de expresión linda y conmovedora. Eso es infinito, pero siempre en relación con el espectador, siempre para el espectador. El día del estreno es el verdadero inicio.
–¿Cómo es tu trabajo con el guión?
–Muy en relación con la palabra escrita, para indagar los pensamientos que se encuentran en la palabra escrita. Trabajo mucho con el otro, con el parteneire o los parteneires. O con el director, hacia dónde y cómo quiere ir.
–¿Escribís?
–Tengo esa fantasía pero no escribo.
–Por fuera del arte, ¿qué profesión hubieras elegido?
–No sé, algo relacionado con el campo, con sembrar, cosechar, criar ovejas. Ese es un sueño recurrente, y también tener la posibilidad de hacer docencia. No me dedico ahora porque no es momento. Cuando pueda dedicarme a la docencia plenamente; la docencia que requiere de una enorme responsabilidad. En mi caso, hoy todavía tiene la prioridad el actor.
–¿Qué libro tuviste que interrumpir la lectura?
–Muy pocas veces interrumpo. Soy muy de leer lo que tengo ganas, entonces no interrumpo. A veces leo muchos libros a la vez, todos al mismo tiempo. Soy un lector apasionado. Leo lentamente y los termino lentamente.
–¿Escuchás música cuando trabajás?
–En relación con la música, lo que más me gusta es agarrar el auto y hacer un viaje. Ahí sí escucho música. Rara vez me siento en casa a escuchar música; la relaciono siempre con la ruta y con el auto, como una de las mejores compañías.
–¿Cuándo y dónde fue tu último viaje?
–Fue hace tres meses. Estuve en las ruinas mayas, una pequeña ciudad pueblo que se llama Tulum. Es un mar cálido, playas fabulosas, pelícanos, gaviotas, arena blanca y un mar cálido que no te dan ganas de salir. Vuelvo siempre que puedo y lo deseo a la provincia de Córdoba, pero a la zona de las sierras cordobesas. Es un lugar que me hace bien; soy feliz en las sierras cordobesas.
–¿Cuál fue la primera obra de teatro que viste?
–Tengo de chico más la presencia del circo y del cine que del teatro. El teatro es posterior, es ya por mi propio interés, a los 18 años. A esa edad empecé a investigar esos ámbitos pero no recuerdo cuál habrá sido la primera.
–¿Cómo concebís la fama y el éxito?
–Es algo que mucho no acuerdo con esos dos conceptos. El éxito es personal, es con uno mismo. Mucho menos acuerdo con el trabajar para ser famoso o exitoso. Entiendo que esa es sencillamente la parte trivial o secundaria de lo que para mí es ser intérprete. Pero también entiendo que este sistema crea necesidades y mucha gente sin posibilidad de comprender otras cosas abraza eso como si fuera trascendental. Afortunadamente comprendí en mis inicios que había algo casi divino por comprender y aprender, que tenía que ver la interpretación y el para qué del teatro y para qué del cine, que también es infinito. Es para siempre el trabajo del intérprete. Descubrir esos mundos profundos. Pero además, en relación al espectador, son otros mundos profundos a descubrir permanentemente y a redescubrir permanentemente: el poder generar al hecho artístico que está vinculado al espectador, para que suceda el intérprete, para que suceda la comunión, no está dado, hay que trabajar mucho mucho para que eso suceda. Cuando como intérprete logro descubrir los pensamientos del otro, en relación con la palabra escrita, recién ahí puedo empezar a transitar los personajes.
–Tres obras de arte que te hayan marcado, de plástica, de música, de teatro o de cine.
–Las dos inglesas de Foucault, Rayuela de Cortázar, Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, Juan Moreyra de Leonardo Favio y la obra musical de Luis Alberto Spinetta. ¡Y me quedan 100 mil de cosas afuera!
                                 
Alejandro Awada actualmente forma parte del elenco de El placard, que se presenta de miércoles a viernes a las 20:30, sábados a las 19:30 y 22 y domingos a las 19:30 en el teatro Maipo, Esmeralda 443.

Fuente: Tiempo Argentino

Comentarios

Entradas populares de este blog

Andrea Gilmour

Susana Torres Molina: Estática

Chamé Buendia: Last Call-última llamada