Last call, último llamado


Humor y vuelo con el sello de Chamé

Por Hernán Salcedo

Hay lugares que invitan a permanecer y otros que son de paso. Un aeropuerto es un espacio diseñado funcionalmente para el tránsito de personas. Su arquitectura invita a llegar o a irse. En la década del 90 el antropólogo francés Marc Augé acuñó el concepto de "no-lugar" para referirse a todos los espacios de tránsito que no tienen la suficiente importancia como para ser considerados lugares. Son aquellos sitios que no tienen historia, en los que no nos relacionamos y no son vitales. Además del aeropuerto, en este grupo engloba a las autopistas, los shoppings, las habitaciones de los hoteles.

¿Qué sucede si un clown ingresa a un aeropuerto y en vez de usarlo como lugar de tránsito se queda ahí, atrapado en el laberinto de las colas, el check-in, el control del equipaje? La respuesta la tiene Gabriel Chamé Buendia, quien con su personaje Mr. Piola llevó a escena como actor, director y dramaturgo el unipersonal "Last call, último llamado", que pudo verse en el Teatro Nacional Cervantes hasta el 14 de junio de 2014.

En esta propuesta, segunda parte de la obra "Llegué para irme" que Chamé estrenó en Buenos Aires hace unos años, despliega creatividad, ingenio, provocación, dejando todo en escena con una desnudez humana que en un momento hasta se hace casi literal. Chamé inquieta, genera preguntas, molesta, provoca carcajadas, deja pensando, enternece. Desde la lógica del clown, se deja ver y lo hace en un espacio donde en general los hombres son simples anónimos en medio de la multitud. Con habilidad corporal y una intensidad expresiva sorprendente, lleva a los espectadores por todas esas sensaciones como si se tratara de habitaciones unidas por puertas en una casa enorme. El espectáculo es entretenido y la dramaturgia es una máquina de situaciones que no se detiene. No es poco viniendo de uno de los especialistas de la nariz roja que tiene en sus grandes logros haber sido uno de los creadores del Clú del Claun y haber sido convocado por el Cirque du Soleil para uno de sus espectáculos.

Una reflexión sobrevuela toda la obra: quiénes somos cuando el mundo no nos permite ser lo que somos, o cuando solamente somos un documento de identidad o un pasaje de avión. Chamé se ríe de él y de todos. Pone en escena a un hombre solitario convertido en víctima del orden y el control que caracteriza a los aeropuertos. Le habla al público, lo mira a los ojos. Acompañado por un carro y una torre de valijas, no para de moverse durante toda la obra y, si lo hace, en su mirada la platea puede leer que por dentro sigue en movimiento.


Ficha técnica
Last call, último llamado
Actuación, dramaturgia y dirección: Gabriel Chamé Buendia
Producción TNC: Lucero Margulis
Fotografía: Gustavo Gorrini / Mauricio Cáceres
Diseño gráfico: Verónica Duh / Ana Dulce Collados
Asistencia de dirección TNC: Vanesa Campanini
Asistencia de dirección: Micaela Fariña
Asistencia artística: Laura Apra
Música original: Sebastián Furman
Vestuario: Cecilia Allassia
Iluminación y escenografía: Jorge Pastorino
Coaching: Justina Grande.
Músicos: Sebastián Quintanilla y Simón Vitulich.

La obra se presentó en la Sala Luisa Vehil del Teatro Nacional Cervantes desde el 26 de abril hasta el 14 de junio de 2014.

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