Luciano Cáceres y Muriel Santa Anta: Lluvia de plata


El dinero sí puede cambiarme, amor

Actores de teatro, pero populares gracias a la TV, estrenan mañana “Lluvia de plata”, sobre un matrimonio que se encuentra con una imprevista suma de billetes. Y las reacciones del caso.

Un matrimonio, aparentemente feliz, ve alterada su vida con la aparición repentina y misteriosa de una suma de dinero. ¿Qué pasaría si eso le sucede a usted? ¿Cualquiera está preparado para lidiar con muchos billetes y no tambalear en el camino? Ese es el eje de Lluvia de plata, una obra francesa de Sebastien Thiery que se estrena mañana en el Multiteatro. Dirigida por Arturo Puig, sus protagonistas son Luciano Cáceres y Muriel Santa Anta, que interpretan al matrimonio en cuestión.

Lo que parece un golpe de fortuna, puede ser buena o mala suerte, ¿no es así?

Santa Ana : Sí, así es. Son una pareja de clase media, profesionales, con ideales políticos, convicciones, ciertos valores, y el hecho de la irrupción inesperada e inexplicable del dinero hace que todo se ponga en cuestionamiento. Ahí aparece una gran pregunta: ¿el dinero siempre logra corromper? ¿Te modifica? ¿Uno se define por lo que es o por lo que tiene? Mi personaje se mantiene firme, pese a algunas contradicciones menores, porque, creo yo, sabe más quién es o es más conservadora.

Cáceres : En cambio, mi personaje tambalea frente a eso. El problema es cuando comienza a aparecer mucha plata; se empieza a modificar la relación, aparece la desconfianza, surgen deseos, sueños ocultos, ambiciones, frustraciones, cosas no dichas.

Santa Ana : Con todo eso lo que se plantea es si, en el caso de él, siempre fue así o era algo latente.

Cáceres : Además, a eso se suma este tema universal de que todo pareciera girar en torno a la plata. Y lo que pasa con la guita que, cuando tenés demasiado, es un problema y cuando no tenés, también. Eso abre una variante enorme de situaciones por las que van pasando estos personajes con dos participaciones muy importantes, que son los otros dos personajes que interpretan Luciana Lifschitz y Guillermo Arengo. Ellos ponen en jaque la relación, uniéndonos y separándonos, según el momento.

Santa Ana : Es que en cuanto entra en acción un tercero que puede ser una amenaza o un aliado, se va modificando el vínculo entre ellos. La sospecha sobre el otro o unidos en la sospecha hacia un tercero tiene que ver con esa energía que provoca el dinero.

Hay gente que es capaz de cualquier cosa por dinero.

Santa Ana : Bueno, ahí está el eje de la obra. Estos son dos personajes desesperados, pero como es una comedia francesa es, ante todo, elegante. Y, a mí, me encanta ver y ni te digo hacer, de elegante.

Cáceres : Los personajes parten de una base inocente, porque nunca piensan en qué podría pasarles si tuvieran mucho dinero y lo van descubriendo con la historia.

Claro, una cosa es la fantasía de ser millonario y otra, alcanzarlo en la realidad. Y todo lo que eso significa en esta sociedad de consumo.

Santa Ana : Es que ellos tienen todo lo que necesitan, es la historia de una pareja que está bien y por eso es más interesante esta pregunta de ¿qué más necesitás?, ¿cuánto querés tener?

¿Cómo es la relación de ustedes con el dinero? ¿La obra les planteó preguntas nuevas?

Santa Ana : Yo me crié en una familia de clase media donde nunca faltó nada, pero mis padres fueron propietarios a los 50 años. Nunca hubo una ambición hacia el tener porque sí, sino más bien cierto elogio por lo austero que yo conservo todavía.

Cáceres : Cuando era chico, a mi papá le prestaban una casa en la playa y nos íbamos de vacaciones en caravana, éramos muchos. Y mi viejo jugaba siempre un número de lotería con el que esperaba ganar. Cuando veía una casa en venta, entrábamos todos, era un ritual, revisábamos las canillas, husmeábamos todo. Y él siempre remataba con un: “ Bueno, cuando me gane la lotería, vuelvo ”. Y nosotros salíamos festejando la actuación.

Siempre está la fantasía de solucionar todos los problemas ganando la lotería. Sin embargo, hubo algunos casos que se hicieron conocidos en donde sucedió todo lo contrario.

Santa Ana : Es que es muy difícil lidiar con algo así. Y además está el tema del valor que tiene el dinero ganado con trabajo o no, algo merecido o no. Yo, cuando era chica y quería tener mi plata, mi mamá me mandaba a casa de sus amigas a ordenarles el placard, porque me encantaba ordenar y ellas me pagaban, no sé, 50 pesos. Eso que me ganaba yo para mí era un tesoro. Ahora puedo tener el privilegio de elegir, y lo hago sin prejuicios, pero no me puedo olvidar de cuando no tenía trabajo. No quería que mis viejos me dieran plata, así que estaba eso de crearte una necesidad para que te sirva de motor para impulsarte. Además, la exhibición obscena del dinero me da náuseas.

Cáceres : Para mí fue muy importante tomar la decisión de vivir sólo de esta profesión. Me acuerdo que cuando debuté en la calle Corrientes, me venía caminando porque no tenía ni para el colectivo. Soy raro con la plata, la gasto, la comparto. Me cuesta ser muy consciente, no sé especular con el dinero.

Los dos tienen el mismo origen teatral y cuando llegaron a la televisión alcanzaron popularidad, curiosamente Muriel siempre en las huestes de Pol-ka (lo último fue la Polaca de “Solamente vos”) y Luciano, en Telefe (con “Graduados” y “Sres. Papis”, entre otras) ¿Cómo viven eso?

Cáceres : Tenemos historias y formas de trabajar parecidas. Los dos somos muy estudiosos, puntuales, con escuela y oficio.Y siento que el reconocimiento y la masividad que logré está enfocada en lo profesional. La gente se copa con el trabajo, la llegada es por eso. Y soy consciente del momento privilegiado de poder elegir.

Santa Ana : En mi caso, me crié entre actores con historias muy distintas y cuando me tocó ocupar un lugar de interés, que veía que lograba empatía con la gente, nunca me lo creí del todo. Aprendí a entender muchas cosas, a disfrutar de poder elegir, pero a la vez tengo mucha conciencia de que todo pasa, todo se termina y vienen otras cosas, que pueden ser mejores o no, distintas, que todo circula. Que hoy estoy acá pero mañana, no sé. Lo de la tele para mí fue muy vertiginoso, porque logré la popularidad en dos programas, fue muy atípico. Yo lo veo todo con una mirada muy romántica en ese sentido.

Con historias diferentes pero paralelas, ambos van a terminar de cruzar sus historias, por primera vez, arriba del escenario.

Fuente: Clarín

Puig, el director
Tele y cine

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