Raúl Serrano: Giacomo


El grotesco criollo según Raúl Serrano

El director de teatro llevó a escena la obra de Armando Discépolo, "para mí es lo más importante que ha dado el teatro nacional", afirma. Habla de política y dice que en estos últimos años, sus ideales se están cumpliendo.

Tantos años de teatro y recién ahora plantearse el desafío de montar una obra de su admirado Armando Discépolo. Giacomo, una de las varias que el gran dramaturgo escribió para hacer crecer el género que él mismo había creado: el grotesco criollo. "Para mí, lo más importante que ha dado el teatro nacional: por ejemplo El organito (de los hermanos Discépolo) es perfecta; pero no sólo tiene razón en lo filosófico, sino que es perfecta dramáticamente."
La obra que Serrano adaptó y dirige, trata de un hombre de 60 años que se enamora de una chica de 20 tras la cual se le va su fortuna; vuelto al seno familiar, es maltratado hasta que un amigo le dice a los familiares que Giacomo mantiene intacta su fortuna. El trato y las formas cambian 180 grados. "La aparición del dinero puede cambiar a las personas. El neoliberalismo lleva esto a lo supremo, deformando todas las relaciones. Cada vez que se antepone el dinero a los intereses de la sociedad aparecen esos problemas." Que no son, para Serrano, parte de la coyuntura argentina: "Estamos viviendo una época de mayor distribución, mayor justicia, luchando contra una estructura del mundo entero, no es que por decreto vamos a pasar de una estructura en la que el dinero domina a la política a una en la que domine la política."
Hombre de muchas batallas (la mayoría, según dice, perdidas), piensa que la recompensa de aquella falta de victorias, se recompensa ahora: "A mi edad y después de tantos los últimos años son una especie de respiro; los ideales que alguna vez tuve de alguna manera se están cumpliendo, así que siento valió la pena llegar a esta etapa de la vida."
Y no se compunge al decirlo, hay cierta alegría en su voz. Porque no pierde esas mañas de andar peleando por sus principios. "Estamos trabajando para que los 40, 50 mil actores que hay en el país tengan un sindicato que los represente. Queremos ayudar al gobierno a corregir las fallas que hay en política cultural, y la política cultural de la Ciudad, reformarla. Por eso creamos el Encuentro Nacional de Actores, para ser activos en este período que está cambiando todo."

–¿Y los pibes, entienden sus iniciativas?
–A los pibes hay que enseñarles y transmitirles con el ejemplo de tu propia vida; ahí los jóvenes te respetan. Creo que eso pasó en la política nacional: no dejó los principios en la puerta de la Casa Rosada, predicó con el ejemplo, esto es válido desde el cristianismo con San Francisco hasta la praxis marxista con el Che. Vale más una conducta que cinco volúmenes de teoría.

Fuente: Tiempo Argentino

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