Mónica Salvador y Alejandro Fiore: La última vez



"Más allá de ser una obra teatral, esto enriquece mucho socialmente"

La autora y protagonista de La última vez explica junto a su director y compañero de elenco los entretelones de una ficción que invita al espectador a preguntarse sobre la violencia real que existe en muchas familias.

Arranca fuerte. La primera escena de La última vez es una discusión que se inicia por celos. Mónica Salvador, autora y protagonista de la obra explica la razón de ese comienzo: "Empieza así porque la idea es que el público sienta empatía. Discutir, discutimos todos; el tema es mostrar el límite. Hay parejas que llegan a la violencia de género y otras que no. Hay quienes llegan a la violencia verbal y ese es el máximo; y otras que ni se agreden verbalmente", dice Salvador, que como abogada  se especializó en niños y adolescentes.
La última vez muestra la intimidad de una relación de vínculos enfermizos que se gesta entre silencios, mentiras, puertas adentro y a oscuras. La ficción invita al espectador a preguntarse sobre la violencia real que existe en muchas familias. El texto nació cuando Salvador recibió la invitación de una colega, también abogada, que la convocó a presentar una obra de teatro que hablara sobre la violencia de género. La primera función fue en noviembre, ante un público de especialistas, juristas, defensores e incluso víctimas. Durante el verano, con dirección y actuación de Alejandro Fiore, se presentaron en Mar del Plata. Y ahora lo hacen en calle Corrientes. en el Teatro Auditorio Losada.

–¿Qué respuestas recibieron del público que los vio?
Mónica Salvador: –La gente inmediatamente necesita contar. Nos esperan a la salida, vimos mucha gente que hace catarsis.
Alejandro Fiore: –La obra impacta. La reacción que causa nos superó también a nosotros, porque la idea era tratar de contar una historia que fuera directa. No cabe acá eso de preguntar si la obra te gustó o no te gustó, porque no es un tema agradable de ver. Me pasa que las personas repudian al golpeador y al final de la obra no quieren saludarme.
–¿Qué les pasa a los personajes? ¿Hay una hija adolescente que también es víctima?
Belén Santos: –La adolescente se encuentra con el personaje de Alejandro Fiore en una situación cotidiana. El desenlace de la pieza es trágico: Mónica hace de mi madre y me confiesa que él la golpea. A partir de eso da cuenta que él es un monstruo.
MS: –Si bien hay víctima y victimario, la mujer descuida a la hija y elije a su nueva pareja en vez de preocuparse por la chica adolescente. Contamos una historia que no es ideal. La gente entra en todo y después lo empieza a analizar; se presenta claramente la justificación que tiene el golpeador.
–¿Justifica los golpes?
AF: –La idea es llegar a identificar su justificación, pero para que no se la acepte. Él empieza a celarla porque tiene una pollera corta. Existe esa idea de que las mujeres provocan este tipo de circunstancias: "No se puede estar con pollera corta". Di a leer el texto a personas diferentes: a alguien que puede ser más objetivo y a alguien más conservador. Necesité no confundir lo que es violencia de género para no caer en que cualquier palabra dicha de determinado modo ya es violencia. Empecé a concientizarme más en el trato con las mujeres.
S: –Con la menor aparece la violencia psicológica, la seducción de un adulto y la psicopatología. Hay otras cuestiones que no tienen que ver con lo lineal de la violencia de género en general.
BS: –La hija sale a desayunar con un pijama, y el espectador lo ve y concluye: "La nena está vestida para provocarlo." El hilo siempre lo pone el adulto. Ella seduce naturalmente; es él quien tiene que poner el límite y no lo pone y empieza a haber algo de tensión entre los dos.
–¿Cómo se sale de todo eso?
MS: –Lo primero es romper el silencio. La víctima inicialmente no registra lo que pasa, entonces lo justifica, miente. El paso a la sanidad es poder contárselo a un tercero. Es una destrucción muy grande de autoestima y la persona es víctima de ella misma. Por eso increíblemente hoy siento que, con la experiencia de haber trabajado desde otro lugar, más allá de ser una obra teatral, creo que esto enriquece mucho socialmente. Una vez hice un curso de psicodrama donde se decía que los grandes traumas se ven como que estás en un escenario. Y salido del trauma, hablás de lo que pasó aquella vez en el escenario, después lo ves estando en la platea y cuando estás salido del trauma, lo ves en el hall hablando de lo que aquella vez había pasado en el escenario. Cuando se hace teatro debate se hace con gente especializada porque se cuentan cosas que nos supera como artistas. Es un espectáculo teatral que no se despega de una realidad y una reflexión social.
BS: –En el programa pusimos los números de denuncias, para que tengan un teléfono al cual acudir.
–¿En la obra quién le marca los límites al golpeador?
AF: – (piensa) Analizando la obra en detalle la madre no le pone limite, y es la hija la  finalmente le marca un basta.  «


el sketch de “la nena”
Opinan Fiore y Salvador.
"Lo que se creó alrededor del tema de Francella es una gran estupidez", lanza Fiore y su frase inicia un intercambio de opiniones con Mónica Salvador sobre la denuncia realizada por la Red de Contención contra la violencia de género por el contenido del sketch de Julieta Prandi.
"El gran problema acá fue la abogada, que fue una vocera que no es especialista en minoridad. El tema no es si el sketch tenía intención o no, sino lo que provocó ésa ficción a menores que son abusados", aclara Salvador.
"Se habló de Francella, de Julieta Prandi, del sketch, de los medios y de los abogados en la televisión. Se banalizó la discusión." Luego de la acotación de Fiore, Salvador concluye: "El problema no tiene que ver con el programa, ni con el canal sino que el conflicto está en el enfermo pedófilo que aprovecha cualquier situación. Hay testimonios de chicos que en cámara Gesell han nombrado algo que vieron en ése sketch y nadie informó eso."


EN CARTELERA
La obra de teatro La última vez se presenta todos los días martes a las 20:30 horas, en el Teatro Auditorio
Losada, Corrientes 1551. Antes estuvo en Mar del Plata.

Fuente: Tiempo Argentino

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