Limbo Ezeiza



“Limbo Ezeiza”, una obra que muestra el eterno regreso de Perón

Jorge Pelé Gómez autor y director de “Limbo Ezeiza” propone un viaje por los pliegues fundacionales del Peronismo, con la masacre de Ezeiza como telón de fondo, desde una mirada crítica capaz de combinar ternura y belleza, los viernes en el Camarín de las Musas (Mario Bravo 960), a las 23.

Los retazos, las costuras, la letra chica revelada a partir de breves detalles cotidianos que hacen a la identidad del Peronismo como movimiento popular, conforman el nudo de la obra que elige a los miembros de una familia de clase media como portavoces del tema.

Pelé Gómez, dramaturgo e historiador, elabora un potente relato fragmentario que permite pensar el entramado que liga la ilusión de la gente al devenir del poder, sin dejar de subrayar la tensión dramática de la trama que vuelve una y otra vez a las referencias acerca de lo sucedido en Ezeiza en 1973.

El director se compromete con la elección de narrar desde un sólido lenguaje popular, destacando la importancia de lo no dicho y de las voces oprimidas en la construcción de un sueño colectivo, tomando el riesgo de dejar preguntas abiertas como heridas.

En “Limbo Ezeiza”, la comunión entre realización y el diseño escenográfico de Norbeto Laino, la música generosa en canciones de Leonardo Favio y cierta impertinencia de la iluminación a cargo de Leandra Rodríguez resulta vital en la determinación del crescendo emotivo de la trama.

El impecable trabajo de Laino tiene la virtud de subrayar cada palabra del texto y apela a coloridos elementos reconocibles como propios de la iconografía peronista:las fotos de Evita, los banderines celestes y blancos, la máquina de coser Singer y hasta una imponente “V” de la Victoria para convertirlos en guiños y contraseñas que determinan una complicidad con el público.

La obra “Vacío ideológico” de Daniel Santoro presente en la ilustración de la gráfica es parte también del preciso relato, donde la dirección de Pelé Gómez apuesta a dotar a cada detalle de un poder evocador, con toques de humor ácido pero que a la vez puede resultar compasivo en el análisis del pasado nacional reciente.

Dentro de este universo poderoso, las actuaciones de Rubén Parisi (Hermano Daniel), Norberto Trujillo (Padre), Eduardo Peralta (José) y la joven Cecilia Ursi (Victoria) se funden con el relato y la puesta.

A veces impostadas, en otras ocasiones juguetonas, o decididamente violentas las voces de los actores y sus trabajos corporales se pondrán al servicio de la trama, en una estética que oscila entre una  sucesión de una suerte de cuadros fotográficos y el desarrollo de la estructura dramática.

La estética valiente y comprometida, que no reniega del circo y del pasado murguero de raigambre popular, conduce al elenco a sostener una minuciosa dinámica de gestos y movimientos precisos que se ajustan a la lógica de esta puesta, donde nada parece librado al azar.

Los diálogos entre el hermano Daniel, un sólido Parisi en la piel del secretario personal del Padre, encarnado por Trujillo, quien se anima a dotar de matices contradictorios a este pater familae, muestran ciertas reminiscencias a las rutinas circenses.

Peralta compone a una suerte de hermano mayor cabrón y oscuro que contrasta con la idealista juventud –a veces impostada- de Ursi en un juego de opuestos complementarios, para terminar fundiéndose en un mismo dolor.

Dentro de esta estética que enfatiza los anhelos colectivos y se toma el tiempo para respetar silencios, las voces en off de Diego Capusotto y de Alejandro Dolina se transforman en presencias desde la oscuridad, desde una ausencia que invita a imaginar futuro.

“Limbo Ezeiza”, de y por Jorge Pelé Gómez puede verse los viernes en el Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, a las 23.

Fuente: Télam

Comentarios

Entradas populares de este blog

Andrea Gilmour

Susana Torres Molina: Estática

Chamé Buendia: Last Call-última llamada