Guillermo Heras: El crítico (si supiera cantar me salvaría)



Los que vinieron de España

Hoy se estrena en el San Martín esta obra de Juan Mayorga, dirigida por Guillermo Eras.
La relación del español Guillermo Heras -dramaturgo, director y maestro de autores- con Latinoamérica es un incesante ida y vuelta que involucra diversos proyectos: laboratorios de creación, conferencias sobre gestión escénica y la dirección de actores. Es un hombre de teatro sumamente inquieto. Hoy estrena en la sala Cunill, del San Martín, El crítico (si supiera cantar me salvaría), de su compatriota Juan Mayorga, protagonizada por Pompeyo Audivert y Horacio Peña. Se trata de un texto producido por uno de los autores contemporáneos más relevantes de la dramaturgia española. “El teatro que hago no es mayoritario ni va en la línea posdramática -explica Heras-. Valoro discursos donde la palabra sigue siendo importante para configurar el rol de actor.“ La situación de partida de El crítico... es el encuentro entre un crítico teatral, Volodia, y Scarpa, el autor de la obra sobre la cual debe escribir. “Es un texto que si lo leés resulta casi un tratado sobre el teatro -explica Heras-. Está presente desde el humor ligado a la comedia inglesa hasta el thriller”.

Fuera de esta ficción, ¿cómo considera el rol del crítico teatral?

Me interesa mucho la mirada de la crítica profesional. Soy consciente de que sin esa mirada no avanzamos como creadores. Hablo del profesional que puede evaluar el trabajo de uno porque lo conoce, porque nos ha visto y está capacitado para brindar un contexto. Sin embargo, para mucha gente el concepto de un buen crítico es el que le hace una buena crítica. Pienso, en cambio, que la crítica teatral es un género autónomo; a quien se dedica a eso lo considero un creador de su propio espacio.

Usted también es autor, ¿qué le interesa de las piezas de Mayorga, quien, además, es matemático y doctor en filosofía?

Tenemos una relación humana magnífica desde el comienzo: parte de su formación la hizo cuando dirigí el Centro Nacional de las Nuevas Tendencias Escénicas, en Madrid. Allí dieron clases Marco Antonio de la Parra, Mauricio Kartun y Sanchís Sinisterra. De esos talleres salió Mayorga. Ambos coincidimos en el interés por temáticas vinculadas a las realidades contemporáneas y a su teatralización . Por otro lado, Juan realmente es un matématico y un filósofo puro, hizo una tesis brillante sobre Walter Benjamin. Me interesa su experiencia sobre lo filosófico y la estructura matemática, porque a eso lo traslada a los textos teatrales. En ese sentido nos acoplamos bien porque me considero alguien caótico o intuitivo.

Dirigió en los ´90, en el San Martín, “Macbeth: imágenes”, un texto del argentino Rodrigo García. Un autor opuesto al estilo y a la forma que desarrolla Mayorga. ¿Cómo concilia esas búsquedas?

Me defino como un director de escena sin estilo. Soy un artesano al servicio del texto o de la dramaturgia. No sé por qué, pero me gusta transitar cosas muy diferentes. Por ejemplo, en Brasil, hice dramaturgia de la danza. También me apasiona la ópera contemporánea y monté dos. Es que me interesa el teatro, la escena viva. Y en ese camino exploro textualidades límites, tanto aquellas que son puro discurso literario, como experiencias basadas en el fragmentos o netamente en la imagen sin ningún texto.

Fuente: Clarín

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