Guillermo Heras: El crítico (si supiera cantar, me salvaría)



Un thriller que mira al teatro

Con la dirección del español Guillermo Heras, el jueves llega al San Martín El crítico, la obra de Juan Mayorga que bucea en la relación entre un periodista teatral y un dramaturgo

Juan Mayorga es el gran dramaturgo español del momento. Conocido ya en nuestro país, su producción fue traducida a 23 idiomas y sus obras fueron representadas en 33 países. Es, también, doctor en filosofía y matemático. Su primer montaje profesional lo dirigió su coterráneo Guillermo Heras. Heras volvió a la Argentina (una sana costumbre que mantiene desde hace años) para montar en el Teatro San Martín El crítico (si supiera cantar, me salvaría) , texto de Mayorga que se estrena el jueves.

La obra en cuestión trata sobre otro vínculo: el de un viejo y tradicional crítico de teatro al que una noche un dramaturgo toca el timbre de su casa. Eso sucede a los minutos de que este señor haya llegado a su departamento después de haber visto la última pieza del que ahora entra a su casa un rato antes de la medianoche, cuando, según su tradición y su falta de apego a los tiempos tecnológicos, el periodista en cuestión dicta por teléfono la crítica que saldrá publicada la mañana siguiente.

Quizá, los personajes del crítico (un tal Volodia) y del dramaturgo (un tal Scarpa) tengan algo del vínculo entre Heras y Mayorga, en términos de la necesidad de aprender uno del otro. "Cuando me acerco a un texto, me acerco a su entorno y al del autor. Me parece importante que la relación texto-representación tenga una armonía en el teatro contemporáneo. Uno de los grandes problemas que veo en la escena española actual es que hay textos de autores emergentes muy importantes que caen en manos de directores que no entienden la propuesta y, quizá por desconocimiento, terminan operando sobre ellos de una manera tradicional. Con Juan, yo tengo una empatía con su discurso escénico. Esta obra tiene una parte sumamente afectiva para mí, que es la parte que habla del teatro. De hecho, a la mayoría de las reflexiones las comparto, incluida la amplia variedad de matices que exponen los dos personajes." Pero más allá de tratarse de una obra sobre el teatro en el teatro, El crítico tiende un trampa con algo de thriller. Es que al final aparece en el relato el personaje de una mujer que tiene que ver con una venganza y que hace que la obra deje de mirar el ombligo de lo teatral. "Una infinidad de elementos me han llevado a considerar a esta pieza como una obra de dos personajes más que una obra sobre el encuentro de un crítico y un dramaturgo. Igual, a días de un estreno, sólo tengo dudas...", cuenta, muy fiel a su estilo, casi sin respirar.

Después, dirá: "¿Sabes? Creo que es una obra en la que el protagonista es el pensamiento, la reflexión, la confrontación". Otro plano de certezas fue, desde un principio, el convocar a dos actores (excelentes, por cierto) de dos escuelas diferentes: Horacio Roca, como el viejo crítico, y Pompeyo Audivert, el dramaturgo que toca el timbre de su casa. "Pompeyo, además, es un director muy imaginativo, y Horacio ha trabajado con los más grandes directores argentinos -agrega-. Y más allá de buscar un código en común entre ellos, hemos preferido que sea como sucede en los seres humanos en los que no hay dos iguales."

EL UNO, EL OTRO, EL CÍRCULO

A lo largo de estos últimos años, Guillermo Heras ha venido infinidad de veces a Buenos Aires (y a rincones del interior que muchos de nosotros ni conocemos para dictar clínicas, talleres y cursos de dirección y gestión cultural). Sigue él: "Buenos Aires me sigue pareciendo una ciudad fascinante por su actividad cultural, pero no creo que esté atravesando el momento de creatividad explosiva que conocí en 1989. Como pasa siempre, va a haber un cambio de piel. Ahora hay algo que está latente, pero no del todo manifiesto. Algo está pasando en el suburbano, algo me llama la atención de las puestas a cargo de mujeres y parece ser que lo nuevo ya no pasa por las salas típicas del circuito independiente... Son lógicas etapas. Aquellos autores de la generación Caraja-ji [Spregelburd, Dualte, Tantanian y compañía] ya son dramaturgos reconocidos en toda Europa, se han consolidado. La conflictividad de aquella generación de los noventa, esa lucha con los «padres de la Patria», los exponentes del realismo, ahora no se da. Y al maestro lo matas o le tienes mucho respeto".

En una charla que mantuvo Mayorga con Jesús Ruiz Mantilla, crítico de El País, el dramaturgo reconocía el trabajo de gente que lo ha ayudado. El listado comenzaba con el mismo Heras, pasaba por José Sanchis Sinisterra, por ejemplo, para terminar con Helena Pimenta, quien acaba de presentar en el San Martín La vida es sueño . "Los mayores han defendido y ayudado a todos los que venimos detrás -reconocía-. Por supuesto que hay gente de generaciones anteriores que me repugnan y con los que estéticamente no comulgo en absoluto. Yo estoy bastante de acuerdo con Volodia, el crítico de mi obra, cuando dice que existe un teatro como el que él veía de niño, que buscaba proporcionar al espectador risas y emociones elementales y que está bien, que no hace daño a nadie. Lo que le pone enfermo es un teatro religión que pretende ofrecerte grandes misterios, grandes secretos, pero que, en realidad, está configurado con frases hechas que me espantan. Ese teatro grandilocuente que se presenta como si te fueran a descubrir grandes misterios del alma humana y que no es más que el vacío, la cosmética."

Lo decía Mayorga, pero podrían ser palabras del mismo Guillermo Heras, de Volodia o de Scarpa-. Entonces: la obra, el entorno, el autor. Todo cierra.

El crítico
De Juan Mayorga
Teatro San Martín, Corrientes 1530.
Funciones, de miércoles a sábados,a las 21; domingos, a las 20 (estrena el jueves).
Entradas, $ 70.

Fuente: La Nación

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