Festival Internacional de Circo de Buenos Aires



Tradición y vanguardia

Diez días para encontrarse con búsquedas renovadoras de una disciplina escénica de raíz popular, que se mete de lleno en los lenguajes más contemporáneos

Desde mañana, nueva edición del Festival Internacional de Circo de Buenos Aires que, desde hace 5 años, organiza el gobierno porteño. En esta oportunidad, las propuestas de las ocho compañías internacionales parecen responder a búsquedas en las que el circo (aquel viejo y entrañable circo) se nutre de elementos netamente teatrales, se deja influenciar por las artes visuales, se puede meter de lleno en el lenguaje del videoclip o en la potencia del street art , se permite coquetear con las aguas del expresionismo alemán o mete la nariz roja del clown en el music hall. Hay para elegir. Y todo este combo llega bajo el formato de grandes shows o bajo fórmulas escénicas (algunas de carácter sumamente intimistas) que tomarán vida en las típicas carpas de circo, en salas de teatro desparramadas por la ciudad o en la mismísima Plaza Francia (algo así como la sala Martín Coronado del circo callejero porteño).

La apertura viene fuerte. Abren espectáculos de Colombia y de Francia. Los primeros harán Urban , montaje del grupo Circolombia. La compañía nació en 2006, en un distrito cercano a Cali. Una zona castigada por la guerra de pandillas urbanas.

De hecho, en 2011, en el distrito de Aguablanca, de donde viene la mayoría de los artistas de esta compañía, asesinaron a más de 750 personas a lo largo del año. Allí se creó la primera escuela profesional de circo del mundo para jóvenes en situación de riesgo social. En 2010, Circolombia comenzó a crear sus propias producciones. Desde hace años, tiene su base en Londres. Urban es su espectáculo icónico y el que se ha ganado increíbles críticas en los medios del mundo. En la obra, músicos, malabaristas y acróbatas vuelven a las calles de Cali donde la alegría y la violencia se mezclan con el reggaeton y el hip-hop bajo el formato de un gran show de elogiada potencia visual.

En estos primeros días de festival, la otra gran figura es el equilibrista francés Camille Boitel, el invitado estrella de este año, el que presentará tres espectáculos y el que estará en Buenos Aires hasta el domingo de la semana próxima, última jornada del Festival Internacional de Circo. Mañana, por ejemplo, Boitel estrenará un espectáculo bajo el formato de cabaret (llamado El calamitoso cabaret) en el que promete sacar a relucir su veta histriónica en medio de mesitas, un ambiente intimista y la complicidad del público.

A partir del sábado, presentará L'Immédiat (Lo inmediato), un trabajo fantástico a cargo de unos equilibristas que parecen salidos de una película muda. A lo largo de una hora, despliegan un impecable montaje que, probablemente, se trate de una gran reflexión sobre el caos y el orden en medio de un escenario cubierto de desechos urbanos. "Me gusta la gente que no puede controlar las cosas. En el circo es muy fuerte la idea de dominio de la situación, pero ése no es mi camino. Prefiero reflexionar sobre aquello que se nos escapa", decía, hace cosa de un mes, este equilibrista autodidacta en un encuentro con LA NACION. Boitel es el mismo que en una de las fotos de esta nota aparece a punto de desaparecer bajo infinidad de cajas de cartón que se le están por caer en la cabeza.

La programación del festival es amplia. También de Francia, el sábado, la compañía Les Matapeste hará su debut con Jonny Berouette, la historia de un payaso que vuelve a su casa materna. El domingo, de Chile, llega el espectáculo Giróvago, montaje inspirado en la vida ambulante de los artistas de circo. La propuesta pertenece a la compañía El Circo del Mundo, uno de los grupos de arte circense contemporáneo más importante de la región.

COSAS DE CIRCO

En medio de la propuesta de espectáculos internacionales, habrá diez obras nacionales. En ese marco, el encuentro homenajeará -con una retrospectiva- los 15 años del grupo La Arena, que dirige Gerardo Hochman. La celebración (y fiesta asegurada para el público) abarca cinco espectáculos que se presentarán en Polo Circo (sede central del festival), en el Teatro de la Ribera y en el Anfiteatro Mataderos. En plan de abarcar otros espacios de la ciudad, el domingo habrá varios espectáculos gratuitos nacionales en el parque Indoamericano, en el Museo Larreta y en las villas 20 y 21, entre las más de 15 subsedes.

En relación con ediciones anteriores, habrá menor cantidad de espectáculos internacionales, ya que Gabriela Ricardes, directora del encuentro, prefirió que cada uno de los espectáculos hiciera más cantidad de representaciones para evitar que, como venía sucediendo, en las últimas funciones quedara gente afuera.

En sus 4 ediciones anteriores, el festival ya convocó a unos 270.000 espectadores. De ese número, el 68 por ciento es un público que va de los 21 a los 25 años. Este año salieron a la venta 13.500 entradas (sólo los espectáculos internacionales son pagos). El costo de las entradas ronda los 70 pesos. Eso sí: cada espectáculo extranjero tiene su función popular a mitad de precio.

Para la semana próxima, hay varias fijas. Se presentará, por ejemplo, la compañía británica Gandini Juggling, grupo fundado en 1992 por el malabarista Sean Gandini y la gimnasta rítmica Kati Ylä-Hokkala. Ellos son los que, todavía hoy, siguen liderando la vanguardia del circo contemporáneo. Son los mismos que, luego de presentarse en el Royal Opera House, de Londres, coparán una de las carpas de Polo Circo (Combate de los Pozos y Garay).

La compañía llega con nueve malabaristas nacidos en distintos países europeos que protagonizan Smashed, una espectáculo inspirado en la producción de la gran coreógrafa alemana Pina Bausch en el que -¿simplemente?- trabajan con nueve sillas, 80 manzanas y un juego de vajilla que termina roto en el piso. Todo en medio de una atmósfera con pinta retro.

En el mismo plan del reconocimiento internacional, están los suecos de Circus Cirkör. Es el mismo colectivo que en la edición anterior del festival presentó a tres grandotes haciendo Undermän, un entrañable biodrama de una impecable fuerza poética. Ahora, la compañía vendrá con Wear it like a crown. La obra forma parte de una trilogía sobre el cuerpo humano. La primera, era un viaje por células y neuronas. La segunda, por el corazón. Y la que veremos en pocos días indaga el orden entre el hemisferio izquierdo y derecho del cerebro. Transcurre en un escenario giratorio copado por seis personajes en medio de juegos de sombra, cuchillos lanzados al aire, acrobacia, malabarismo y destreza física. A juzgar por las imágenes que se pueden ver en la Red, todo de una inobjetable potencia visual. Y si de potencia (física) se trata, no habrá que perderse a Le gran C, otro espectáculo francés a cargo de un acróbata especialista en saltos, torres sobre piso y columnas humanas.

El Festival Internacional de Circo de Buenos Aires comienza mañana. Se abren las carpas (y los teatros). Pasen y vean.

DATOS PARA TENER EN CUENTA
(y no perderse entre las carpas)

Obras internacionales
Cuestan de 30 a 80 pesos y se adquieren en Polo Circo (Garay 2051), el Cultural San Martín (Sarmiento 1551) o en el Teatro 25 de Mayo (Triunvirato 4444). También en www.tuentrada.com

Obras nacionales
Son gratuitas, se retiran en la Casa de la Cultura (Av. de Mayo 575 y en Polo Circo)

Programación
En la página del gobierno porteño

Fuente: La Nación

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