Caperucita, un espectáculo feroz y Parpentina


Una noche con buenas obras y la presencia de Alejandro Dolina

Las obras "Caperucita, un espectáculo feroz" y "Parpentina" elevaron el interés de la 28va. Fiesta Nacional del Teatro, pero el acontecimiento real de la jornada de ayer fue la presentación de Alejandro Dolina con su programa de radio.

La expectativa por la presencia del conductor de "La venganza será terrible" junto a sus laderos Patricio Barton y Jorge Dorio comenzó hace varios días, cuando las más de 700 localidades del Centro Cultural Municipal se evaporaron en poco tiempo, y culminó anoche, cuando alrededor de las 21 ya había fans en la cola (el programa de Radio del Plata va a la medianoche).

Se dice, incluso, que hubo reventa de entradas -como en los grandes shows musicales o en partidos de fútbol clave- que pasaron de los 10 pesos originales a superar los 100, aunque los organizadores no pudieron confirmarlo.

En lo cabalmente teatral, "Caperucita...", de Javier Daulte y con dirección y puesta de Facundo Cruz, retomó en forma de comedia agria -y por momentos incómoda- la leyenda de la niña, su madre, su abuela y el lobo en un contexto de psicopatía urbana en la que cada ser tiene dificultades de comunicación con los prójimos.

Así, la chica (Meme Santoro) se preocupa por la salud de su abuela (Marta Lere), operada en un hospital de una dolencia cardíaca, mientras la madre (Pamela Lombari) se emborracha y contrata taxiboys en una existencia que parece no tener objeto.

El papel del lobo lo desarrolla un desequilibrado que se presenta como "mentalista" (Ramiro García Laplaza) que desea seducir a la menor, hipnotiza a sus víctimas con pases de manos y termina gestando una metamorfosis familiar poco común.

La obra, a cargo del excelente grupo Los Veleros, de Pergamino, provincia de Buenos Aires, tuvo su estreno porteño en 2009, con Valeria Bertuccelli y Verónica Llinás y no tuvo el éxito esperado, seguramente por la tensión de muchas escenas y el planteo de las conductas, a veces intolerables aunque pertenezcan a la ficción.

La versión de Cruz tiene una contundencia extraña en una Fiesta cuyos espectáculos en su mayoría no atraen, un gran sentido teatral y un elenco sumamente efectivo, con una gran Meme Santoro, muy respetables actuaciones de Lere y Lombari y, sobre todo, la revelación de García Laplaza como un actor completo, de gran presencia escénica, con la que a la manera de Robert Mitchum en "La noche del cazador" fabrica una criatura lasciva y peligrosa.

Mención aparte merece la escenografía de Eduardo Cruz realizada por Raúl Samarone y David Amarillo, todo un esfuerzo de producción para un grupo chico, la más ingeniosa vista hasta el momento en el encuentro auspiciado por el INT y la intendencia local.

El chubutense Grupo Ampoya aportó "Parpentina", de Alberto Borla, con dirección de Luis Molina, que contó con calidez la relación entre una dueña de pensión (Maite Luchelli Fassa), un desesperado que quiere suicidarse (Gabino Aschemacher) y una diva de TV en decadencia (Pilar Murano), pieza simpática y no poco ocurrente.

Escrita a la manera de lo que hacía Julio Mauricio ("La valija") en los años 60, ingresa en el melodrama, el folletín y aun en el absurdo con esos personajes perseguidos por la poca suerte, y mantiene el interés de la platea porque no ofrece hermetismos.

La dirección de Molina muestra un trabajo fino en los comportamientos -aunque cualquiera sabe que los intentos de suicidio no se concretarán y hasta habrá un final feliz-, por encima de algún estancamiento en el texto o algún grado de monotonía en los parlamentos.

El acontecimiento de esta noche será, a las 22.30 en la sala 1 del Complejo Cultural Municipal, la entrega de reconocimientos a Alberto Ure, Norman Briski, Agustín Alezzo, Raúl Kreig, Rubén Iriarte, Aldo Cristanchi, Zapicán Malatesta, Gladys Ravalle y Alicia Villaverde.

Fuente: Télam

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