Calígula


Un Calígula testimonial

En 1983, Pepe Cibrián Campoy estrenaba uno de los mejores musicales testimoniales que se han hecho en Buenos Aires: Calígula. Con música de Martín Bianchedi y el protagónico inolvidable del gran César Pierry. Se estrenó con un éxito impensado en Los Teatros de San Telmo para pasar luego al Metropolitan. Ya se empezaba a hablar de lo que no se había hablado durante siete largos años y a Pepe Cibrián Campoy le pareció ideal la figura de Calígula, ese déspota y demente emperador romano de la tercera década de la cristiandad para reflejar al régimen que se estaba desangrando. "Existo y existiré por el resto de los siglos", sentenciaba este Calígula, que con su perversidad representaba al despotismo, la injusticia y la opresión. Con esta obra podría decirse que Cibrián alcanzó el segundo pico de su carrera, luego de Aquí no podemos hacerlo. Reformulada, con una impactante interpretación de Damián Iglesias y con otra partitura (de Ángel Mahler), Calígula regresó a escena luego de la crisis político-económica de 2001, en un montaje tan apocalíptico como la realidad que se vivía en la Argentina del corralito. Esta semana regresa ese segundo Calígula, el que seguramente nos refregará ante nuestras narices que la sociedad puede ser tan corrupta como el poderoso de turno.

Calígula
Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131.
Jueves y viernes, a las 20.30; los sábados, a las 21, y los domingos, a las 19.

Fuente: La Nación

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