Marcelo Birmajer: Ese no es el problema



"Creo que la gente se va a ir de mi obra habiéndose reído mucho"

Amor, sexo y amistad son los ejes sobre los cuales se armó la primera obra de teatro para adultos que escribió el escritor. Su cercanía con el teatro y una particular manera de pensar el entretenimiento desde su propio oficio.

Después de dos décadas de haber publicado la historia de "Ese no es el problema" en uno de sus primeros libros, Ser humano y otras desgracias, Marcelo Birmajer se atrevió a adaptarla al formato teatral. La obra que estrenó la semana pasada, plantea una hilarante comedia en la que la amistad, el amor y el sexo circulan en el encuentro de tres compañeros de otra época, el día en que a uno de ellos lo deja su mujer y pide ayuda.
"Desde su aparición sobre la Tierra el hombre ha buscado la felicidad. Hemos sido capaces de domesticar a los animales, dominar la ley de gravedad, enviar la información completa de un planeta a otro, en menos de un instante. Pero la felicidad nos sigue siendo esquiva, no la hemos domesticado como a un perro", advierte Birmajer, coautor del guión de la película de Daniel Burman El abrazo partido, sobre el eje argumental que cruza toda la pieza.

–¿Cuál es la propuesta de la obra?
–Es una comedia de humor negro que me atrevo a llamarla comedia dramática, pero me parece más acertado decir humor negro. Habla de las relaciones amorosas y lo que siempre cuento es que en el español tenemos una similitud muy interesante de sonidos entre las palabras humor, amor y muerte. Algo así es lo que yo quise reflejar. Es el juego de una familia con esas palabras.
–¿Es tu primera obra de teatro?
–Ya escribí Cuatro vientos y el saxo mágico, que era una obra infantil, pero esta es mi primera obra para adultos. Mi vocación es el cuento y la novela, pero dentro de las derivaciones de mi oficio, el teatro me resulta mucho más familiar y cercano del cine.
–¿Con qué tiene que ver?
–Con que el teatro está más cerca de la narración. El cine tiene otro misterio. Lo interesante es que el teatro se parece al antiguo testamento tal vez, aunque no me hago demasiados planteos.
–¿Cómo surgió la propuesta?
–Había publicado en mi primer libro llamado Ser humano y otras desgracias, un cuento con el mismo título de la obra. Ahora voy por el número quince. En ese libro siempre pensé que el texto merecía una adaptación dramática. Dentro del cuerpo estaba la génesis para hacer una obra completa. En rigor, la obra es un desarrollo sofisticado de ese cuento, pero con detalles amalgamados.
–¿Entonces, el humor te permite darles liviandad a los grandes temas de tu vida?
–La liviandad es fundamental porque uno tiene que ser entretenido. Estoy en el mundo del entretenimiento, soy un artista de vaguedades, nadie puede garantizar la profundidad; vos no podés decir "soy profundo", porque entonces sos un pelotudo. Vos podés garantizar el entretenimiento y eso lo conseguís con oficio.
–¿El fin último de tus obras es que los espectadores se rían?
–Creo que la gente va a irse de mi obra habiéndose reído mucho y con elementos de suspenso y atracción, y con ganas de ver cómo termina. Con eso me doy por completo. Después, si a alguien le queda algo más, me voy a sentir muy bien. Pero el teatro es para entretenerse.

Fuente: Tiempo Argentino

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