Jettatore...!

Alezzo logra divertir con las desventuras de un mufa centenario

"Jettatore...!", de Gregorio de Laferrere, goza de una acertada versión de Agustín Alezzo en el Teatro Nacional Cervantes, ajena a toda arqueología y con destacadas actuaciones de Mario Alarcón, Lidia Catalano, Claudio Da Passano y Néstor Ducó.

La pieza fue estrenada en 1904 y fue escrita por Laferrere, político conservador y "bon vivant" luego de una apuesta con sus compañeros de juergas, a los que dijo que escribiría una "comedia divertida" ya que el teatro de su tiempo era muy aburrido.

"Jettatore...!" fue la primera de un puñado de apreciables obras en las que tomó el pelo a su propia clase social y a la que mostró como un conjunto de botarates sólo preocupados por la apariencia y el interés económico personal, algo que no ha variado mucho en la Argentina.

En total fueron cinco títulos que construyeron una carrera que el director Alezzo considera fundacional del teatro rioplatense y que se cortó por la temprana muerte del autor, a los 48 años.

En su burla, "Jettatore...!" observa a una familia burguesa donde los jóvenes inventan la característica de "jettatura" que supuestamente ostenta un hombre mayor (Mario Alarcón) para evitar que se case con una de las chicas de la casa (Malena Figó).

Así es que convencen a la madre (Lidia Catalano), al prometido de otra hija (Claudio Da Passano), a un pariente del campo (Néstor Ducó) y a una pareja de servicio (Angela Ragno y Miguel Moyano) de que el hombre es lo que en otras décadas se llamó "fúlmine" y ahora "mufa".

El asunto se complica porque uno de los jóvenes complotados (Hernán Muñoa) ingresa a la familia a un falso médico (Francisco Prim) y, gracias a una confusión, el viejo "jettatore" termina creyendo que posee energías benéficas y que con ellas puede dominar a los otros.

El que no cree en la superchería es el dueño de casa (Aldo Barbero), un estanciero que intenta mantener sus pies en la tierra y tener como aliado a su amigo campesino, pero algunos contratiempos de último momento hacen tambalear su convicción.

La pieza está dividida en tres actos que Alezzo respeta con bajadas de telón e incluso con la utilización del "tú" y sus conjugaciones verbales -menos en el hombre de campo, que utiliza una jerga correspondiente-, pero la puesta tiene resoluciones estéticas actuales, como el uso de las "patas" transparentes donde se insinúan los personajes ausentes de escena.

Fuera de esa conformación no naturalista, la obra se sostiene en el acertado elenco, que tiene a una Catalano que revive a las grandes comediantes del pasado con una emisión admirable, y un Alarcón, filoso, cómplice con la platea, que en la madurez puede aspirar a un reconocimiento que su estatura de actor todavía no consiguió.

Lo beneficia el recurso del "aparte" permanente, que a principios del siglo XX usaban los capocómicos para explicar sus motivaciones al público y que Laferrere establece a conciencia, las más de las veces con remates hilarantes.

Hay también mucha inteligencia en el desaforado novio que construye Claudio Da Passano, permeable a cuanta superstición flote en el ambiente, con un despliegue físico admirable de individuo de doble faz que sin embargo juzga impunemente a los otros.

El resto cumple tareas correctas ya que sus personajes no les permiten lucimientos especiales, pero -felizmente se actúa sin micrófono- alguna actriz muestra dificultades de emisión que impiden entender lo que está diciendo.

"Jettatore...!" se ofrece en el Teatro Nacional Cervantes, Libertad 815, de jueves a sábados a las 21 y domingos a las 20.30.

Fuente: Télam

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