¡Bravo, Nino!

El musical que rinde homenaje a Nino Bravo

De Alejandro Dambrosio y Sebastián Codega

De chico, Alejandro Dambrosio cantaba a los gritos los temas de Nino Bravo. El tiempo pasó, estudió danza en el San Martín, actuación y canto. Integró el ensamble de Mamma Mia! y participó de varios musicales (El fantasma de Canterville, etc.), pero buscaba poder llevar a escena un proyecto propio en el que desplegara su talento vocal. Así, una amiga le sugirió inspirarse en las canciones del popular artista español y su idea se convirtió en un hecho: ¡Bravo, Nino!

Alejandro convocó a Sebastián Codega para la dirección de este musical, con quien escribió el guión. "Las letras de Nino Bravo son muy teatrales, así que pudimos crear esta historia. No buscamos contar su vida ni imitarlo, pero sí esta obra es un homenaje a su música", dice Codega, quien también es coreógrafo y actor. "Sí hay un sonido único que Nino Bravo tenía que busqué evocar, un estilo escénico y musical donde confluía lo lírico, la balada melódica y lo popular", explica Dambrosio.

¡Bravo, Nino! es una historia de amor plagada de encuentros, desencuentros, nostalgia, a través de reiterados flashbacks, y también una pizca de humor. "Es un relato sencillo, sobre un hombre y el amor de su vida, mientras se da pie al recital de estas melodías", dice Codega. Dambrosio, quien protagoniza este musical junto con Anabella Borón, interpreta 27 temas de Bravo, algunos enteros y también fragmentos que sirven como hilo conductor, con la dirección musical de Santiago Quadri.

"Mucha gente y amigos nos ayudaron para llevar a cabo este espectáculo, como Diego Reinhold y Andrea Aleska, quienes aportaron económicamente. Está todo realmente hecho a pulmón, pero por gente que sabe. La abuela de mi mujer [Ivana Rossi] Haydée Camera diseñó el vestuario", dice Codega, quien agrega que aquellos que rondan los 40 o más se sentirán tentados a cantar las canciones tan famosas, entre ellas, "Noelia", "Libre", "América" o "Un beso y una flor", y que aún lo son, luego de sus múltiples versiones.

Este musical-homenaje regresa a la cartelera porteña en su segunda temporada (y a una sala más amplia que aquella donde debutó) para contar la historia de un amor que se resiste a morir y que sobrevive al paso del tiempo. En la actualidad, la figura de Nino Bravo se ha convertido en un mito para varias generaciones. "Es inevitable. Su carrera fue muy corta y tuvo un final trágico en un accidente automovilístico, en el pico de su popularidad, durante los setenta. Eso lo dejó anclado al recuerdo de tantos, con su voz inigualable y su magia", resume Dambrosio.

¡Bravo, Nino!

Con Alejandro Dambrosio
En El Cubo, Zelaya 3053.
Viernes, a las 20.15.

Fuente: La Nación

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