Liliana Pécora: Mujeres de 60


Liliana Pécora pone en escena la vitalidad de “Mujeres de 60”

La actriz Liliana Pécora le pone toda su energía a la nueva versión de “Mujeres de 60” que los fines de semana sube a escena en la sala porteña La Comedia, donde compone a una decena de personajes capaces de transmitir lo que definió como “un canto a la vida”.

En una entrevista con Télam, Pécora aseguró que “el amor que se despliega en la obra es un canto a la vida que indica que siempre que uno quiere, puede hacer algo”.

“La filosofía que se cuenta en el espectáculo pasa por no caer en eso de que porque tenés 60 años ya no podés hacer nada”, postuló la intérprete que durante siete temporadas hizo “Mujeres de 50”.

Sin margen para la duda y a contrapelo de ciertos mandatos sociales a favor de la “eterna juventud”, Pécora sostuvo que “cuando las personas llegan a los 60 años se dan cuenta que pueden empezar algo, que es posible que comiencen a ocuparse de ellas mismas”.

“Todo está puesto en el afuera, en la cáscara, pero en `Mujeres de 60` yo cuento acerca de la necesidad de encontrar la paz y lo que uno quiere ser. Porque siempre hoy es el primer día”, aseguró.

Lejos de que ese planteo implique una concepción individualista, la artista consideró que “ese comenzar implica una energía que va hacia las personas, hacia las cosas y hacia el mundo”.

Consultada acerca del planteo de la pieza que también dirige los viernes y los sábados a las 21 en el teatro ubicado en Rodríguez Peña 1062, relató que “comienza cuando uno de los personajes recibe la carta en la que le comunican que le han otorgado la jubilación y esa mujer dice `podrán jubilarme pero no matar mis sueños`”.

En ese contexto de apuesta por una vida plena, la artista carga en la obra contra “los hijos que se creen que lo único que te queda por hacer es ser niñera de los nietos”, describió.

La propuesta adaptada por Pécora a partir de un libro de la psicóloga Hilda Levy, “es una versión mejorada de la que estrené en 2010 porque está más asentada, tiene más consistencia y a la vez que es más hilarante también está más subrayada la emoción”.

En relación al traslado del libro a escena, consignó que “Hilda me dio total libertad para que pueda llevar su escrito al lenguaje teatral. Y armé un rompecabezas a partir de 10 personajes que dialogan entre sí”.

En cuanto a los espectadores que cada fin de semana pueblan la sala, confesó que “la respuesta es maravillosa de parte de mucha gente que viene por recomendación y me felicita”.
“Por un lado -indicó- el público se ve reflejado en la temática, pero además aprecia toda mi energía porque yo en cada función dejo el alma en el escenario”.

Invocando a la magia teatral, postuló que “encarar esta obra me ha significado una ayuda porque me veo reflejada en los personajes y, sobre todo, porque la respuesta del público me demuestra que es posible alcanzar un ida y vuelta”.

Pécora ligó esta revitalizadora experiencia con su labor en los talleres de la risa que ofrece desde hace 11 años “cuando en plena época del corralito y en medio de una profunda depresión porque me costaba conseguir trabajo, inventé un espacio para jugar, divertirse, rescatar al niño interior y perder el miedo al ridículo”.

Como un resumen de esa actividad, apuntó que “la risa es sanadora y cuando estás feliz y contento generás endorfina, que es algo que alivia el dolor”.

Fuente: Télam

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