Stravaganza


La pileta está llena, pero algo falta

El espectáculo montado por Flavio Mendoza en el verano en Carlos Paz no tiene igual resultado en su traspaso a la avenida Corrientes.

El verano pasado, en Carlos Paz, se convirtió en un verdadero éxito de boletería a nivel nacional. Por cierto, merecidamente, ya que semejante despliegue circense con una enorme pileta de agua, gigantesco escenario hidráulico, sofisticado dispositivo lumínico y sonoro, más la imaginativa dinámica de fascinantes números acrobáticos y acuáticos alternados con irresistibles escenas de humor -todo a cargo de excelentes artistas de variadas disciplinas, aunados en el rigor- era casi perfecto. Al punto que, sin exagerar, se lo podía equiparar con los famosos e insuperables shows del Cirque du Soleil.

Por qué, entonces, en su traslado a Buenos Aires y, al menos la noche del debut, se tiene la sensación de que ahora algo parece estar ausente en el desarrollo del espectáculo. Según se explicó, una recarga de electricidad provocó el saltó de una fase, lo cual obligó a un breve intervalo. Seguramente indujo el nerviosismo interno de los intérpretes, pero como verdaderos profesionales no revelaron ninguna tensión en sus aceitadas rutinas coreográficas.

Creemos que el asunto va más allá; la principal, el ámbito elegido. En Carlos Paz, el flamante teatro construido para la ocasión ofrecía una disposición al estilo de un anfiteatro griego con su consiguiente altura y perspectiva visual. Lo cual, permitía que el protagonismo de la piscina y las continuas caídas programadas de los acróbatas en ella, desde el tablado movible, cobraran su real dimensión. Algo imposible de lograr en un escenario a la italiana, donde el espectador, por el leve declive de la platea, pierde de vista ese aspecto esencial. Por supuesto, el ambiente del Broadway 1 luce bellamente remodelado y se nota la cuantiosa inversión de producción para hacer encajar el espectáculo en sus estrechos límites.

Permanecen las eficientes participaciones de las mediáticas, pero muy carismáticas Noelia Pompa y Cinthia Fernández, junto a la deslumbrante destreza de Belén Pouchan.

Finalmente, la ausencia en la reposición del gran showman que es Diego Reinhold es por demás notoria, aunque algunos de sus números los hayan tomado cuatro artistas: el humorista Maxi de la Cruz, el cantante Mauricio Jortack y los cómicos Carlos Guedes y Christian Barbieri, el resultado es desparejo.

De todos modos, más allá de reparos y desajustes, la propuesta de aspi rar a la excelencia es notoria y debe celebrarse. Sin duda, gracias al talen to creativo de Flavio Mendoza.

Fuente: Clarín

El circo arriba y abajo del escenario 

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