Jonathan Hofman: Un día de suerte



El mundo de Kitty llega al escenario

El realizador de esta propuesta infantil asegura que se buscó sorprender al espectador y fomentar el valor de la verdad y la amistad. Ícono desde los años '70, este popular personaje llega ahora al Teatro Lola Membrives.

Esto es creación argentina, no es una lata comprada en Estados Unidos”, dice Jonathan Hofman, productor general e ideólogo de esta obra que coloca sobre el escenario a esta creación japonesa, ícono desde los años '70, que representa una tierna cabeza ovalada de un gatito que invita al saludo. “Nosotros elegimos  este personaje porque las madres que traen a sus hijas, cuando ellas eran niñas, seguramente también consumían esta imagen; Kitty tiene un gran cantidad de gente que lo conoce  y le gusta”, comenta el productor.
Más allá de que el personaje no es originalmente argentino, este show de teatro Un día de suerte fue completamente creado con talento nacional: vestuarios, guión, doblaje, canciones. Aprobado desde Japón, como toda franquicia indica, pero 100% creación local.
“La proliferación de infantiles ha crecido un montón en los últimos años, muchas veces recurriendo a clásicos que ya aburren. O si se renuevan los personajes muchas veces se hace sin mucho criterio. Sin embargo, no todos hacemos eso: con este espectáculo hicimos una apuesta muy fuerte con lo que tiene que ver con lo artístico. En definitiva, primamos la calidad sobre cualquier otra cosa. Hay que respetar al público infantil, porque no es menos crítico y riguroso que los grandes. Tratamos de ser consecuentes con lo que el personaje representa”, agrega Hofman.
Además de la puesta en escena tradicional de teatro, los personajes interactúan con materiales audiovisuales que refuerzan la atmósfera de la creación. Así, los espectadores podrán disfrutar de una experiencia dentro del "Mundo Hello Kitty”.
Por accidente, en esta obra infantil el muñeco Hello Kitty arruina los preparativos de la fiesta de su querida abuela. Entristecida, recurre a la ayuda de su disparatada Abeja Madrina, que la invita a viajar en globo para cruzar la frontera del tiempo y el espacio, encontrando así el mejor regalo y el pastel más exquisito para su abuela.
Las aventuras se hacen reales frente a este Hello Kitty en tres dimensiones, y los espectadores comenzarán un recorrido por los aires montados en un impresionante globo aerostático, en medio de un mar de efectos especiales y animaciones interactivas. “La idea es sorprender con el recorrido que se hace, y que se representen los valores de la amistad y que el público aprenda que si dice  la verdad y con ayuda de amigos se pueden resolver los problemas.”

Fuente: Tiempo Argentino

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