Fernando Samartín y Por amor a Sandro


Elvis & Sandro: por amor a los ídolos

La obra y el mito están bien resguardados por John Mc Inerny y Fernando Samartín, en sus papeles de Presley y del Gitano

Hace tiempo que sabemos que Elvis vive y ahora estamos convencidos de que Sandro también. Bueno, viven a través de sus recuerdos, de sus mitos, de sus películas de su música y, cuando observamos a gente como John Mc Inerny y Fernando Samartín estamos en condición de afirmar que sus figuras también siguen entre nosotros. "En un momento te miré de perfil y se me cayeron las lágrimas por el notable parecido", cuenta Fernando Samartín que le dijo un músico y amigo del Gitano que participa del musical Por amor a Sandro.

Aunque distintos, los derroteros de Mc Inerny y de Samartín tienen en sus ídolos al nexo en común. Los dos admiran y cuidan la figura y la memoria de sus homenajeados, pero cada uno tiene su historia y sus armas. "Yo soy Juan Pedro Mc Inerny", se presenta el protagonista de El último Elvis. Así, borra de un plumazo la fantasía asociada con el John de los créditos del filme de Armando Bo (nieto homónimo del director de Carne). "Lo que pasa que algunos me dicen John por el apellido -explica Juan-. Mi abuelo era irlandés, vino escapando del hambre y cayó en San Pedro. Como sabía perfecto inglés fue a parar a La Plata, a trabajar como traductor en los frigoríficos. Así llegaron los McInerny a La Plata y nunca más se fueron: mis padres son de allá, yo nací ahí, mi hermano también y mi actividad de arquitecto la desarrollé ahí. Hasta el año pasado, porque ahora no tengo tiempo ni para dedicarme a la arquitectura ni para seguir dando clases en la Universidad de La Plata."

A John -perdón, a Juan-, El último Elvis le cambió la vida. Siempre coqueteó con la música, siempre gustó del "Rey del rock and roll" y siempre tuvo grupos en los que mechaba temas propios con covers de Elvis. Pero a los 47 le llegó la oportunidad de llevar esa relación a otro plano. Por ejemplo, de dejar de tocar para pocos en un bar de la ciudad de las diagonales para presentarse mañana en Niceto Club, ante un público que se asombró con la película y que ahora quiere verlo en directo. Ya conocieron a Carlos Gutiérrez, el obrero que vive, canta y actúa como Elvis -tiene una hija y, claro está, la llame Lisa Marie-, ahora quieren conocerlo a él.

"Elvis vive es mi grupo -cuenta Juan-. Siempre tuve bandas, desde el 80 que vengo con el tema de la música. Pero en el pasado eran grupos de amigos, borrachos de salón de sábado por la noche. Si bien siempre tuve grupos de temas propios y covers, llegó el momento en que pensé que tenía que tomármelo en serio y dedicarle un poco más de tiempo."

A la hora de las fotos, Mc Inerny aclara que él no imita a Elvis. ¡Bah! Puede hacerlo, pero no es el leitmotiv de sus shows. Es más, los trajes que utilizó para la película hoy no le entran porque aumentó de peso; además, ese vestuario gira por el país con el filme que va camino a convertirse en una peli de culto. "Para mí la cosa pasa por la música, por el sentimiento, por las letras. A mi me obligaron a estudiar inglés, sé lo que estoy cantando y al haber investigado sé en qué momento Elvis cantó tal o cual tema. Si bien él es la fuente de donde sale todo, también tengo la intención de no quedarme pegado, por eso no me lookeo ni me pinto el pelo de negro... y a veces tengo patillas y a veces no".

Para Juan, el arquitecto, El último... implicó una revancha. Porque Armando Bo había oído hablar de él, compró un CD de Elvis Vive y lo incorporó al elenco como coach, para preparar al actor que protagonizaría al Rey de la ficción. No sólo se quedó con ese papel, sino que hoy está experimentando un viejo sueño de vivir de la música y una yapa: seguir con la actuación. "Yo entré como coach del actor y ya estaba agradecido con eso. Porque en la Argentina nunca le dieron bola a Elvis, es más, yo siempre me sentí muy solo con Elvis. Mi viejo era un fanático del country music, de Hank Williams y Johnny Cash, sobre todo. Tenía una agencia de viajes, armaba tours y acompañaba a la gente. Lo que más traía de afuera eran vinilos de country, de jazz, de blues y Elvis estaba ahí metido."

A los 14, cuando para sus amigos era un bicho raro por escuchar música vieja ("ellos estaban con The Police"), viajó a Memphis por primera vez, conoció Graceland casi como Elvis la había dejado y profundizó en la admiración que lo acompañará hasta al final. Quizás, esa relación logre que se dedique a la música y a la actuación por el resto de sus días. "Estoy trabajando con Gastón Portal en una serie de 12 capítulos que se va a llamar Babylon, con Norman Brisky, Luis Luque y Martina Gusmán y me están llamando de varios lados para tocar con el grupo. Vamos a ir a Montevideo y al interior... Vivo el día a día, me divierte lo que me está pasando, pero si se apaga seré feliz como era antes y volveré con tranquilidad a La Plata."

Un Gitano de 27

"A Sandro lo descubrí a los 14, 15 años", cuenta Fernando Samartín, protagonista junto a Natalia Cociuffo y Christian Giménez del musical Por amor a Sandro. Quisieron las casualidades que el Premier, el cine-teatro que hospeda a la obra, también sea la sala porteña que mantiene en cartel a El último Elvis a dos meses de su estreno.

"Me atravesó su magnetismo", sentencia Fernando para sintetizar el primer flechazo. "No sé si fue que vi una peli o un recital, pero fue verlo en tele y quedar enloquecido. Yo dibujaba y lo sigo haciendo, no pensé que podía cantar, pero enseguida quise jugar a imitarlo. Fui con mis amigos a un karaoke, le preguntamos al dueño si podía cantar un tema de Sandro, dijo que sí y, cuando bajé del escenario, el tipo se acercó para ofrecerme cantar por dos semanas. Ahí me di cuenta de que podía ir en serio y me puse a estudiar."

Mientras seguía con sus estudios en Bellas Artes, a los 19 el amor a Sandro lo llevó a escena. "En ese momento lo retro no pegaba y él estaba vivo y vigente. Encima, para alguien de mi edad no era común hacer de Sandro." Pero los años irían pasando y su imitación del Gitano llegaría, incluso, a sorprender a las nenas, las fieles fans de Roberto Sánchez.

En Por amor... es la primera vez que Fernando tiene letra e interactúa con otros actores y cantantes. Es el corolario para un under de ocho años en los que homenajeó al Gitano y se perfeccionó en casamientos, cena-shows y eventos en los que nadie iba a verlo. "En mis espectáculos pienso como él, actúo como él, me paro como él, pero hablo en tercera persona, sigo siendo Fernando. Acá es la primera vez que me dicen Sandro y me doy vuelta."

Inmortales

    UN SHOW
    Elvis vive

    Mañana, a las 21, en Niceto, N. Vega 5510. Entrada, $ 60. Anticipadas, $ 50. www.ticketek.com.ar .

    UN MUSICAL
    Por amor a Sandro

    Mañana y el viernes, a las 21; el sábado, a las 19.30 y a las 22.30 y, el domingo, a las 20. Entradas desde 100 pesos. Cine teatro Premier, Corrientes 1565.

    UNA PELÍCULA
    El último Elvis

    En cine teatro Premier, Corrientes 1565. A las 14.10, 17.20 y 22.10.

Fuente: La Nación

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