Carlos Portaluppi: La historia del señor Sommer



Decidido a plantarse solo

Carlos Portaluppi se anima con un unipersonal en La historia del señor Sommer

los 17 años, Carlos Portaluppi subió por primera vez a un escenario. Fue en Mercedes, Corrientes, su ciudad natal. Entonces, en la escuela, recreó uno de los personajes de Nuestros hijos, de Florencio Sánchez. "Ahí -cuenta- le encontré el gustito al teatro, me di cuenta de que eso era lo que quería hacer. Hasta entonces no me había animado por el contexto en el que vivía. No tenía ningún tipo de estímulo que tuviera que ver con lo artístico. Estaba en un medio en el que no podía arrancar."

Ese recuerdo lo liga con otro más simbólico. Su padre le había regalado un cuadro que perteneció a su abuela. La pintura en cuestión muestra a un actor de circo, maquillado, sentado, comiendo. Detrás, se ve la carpa. La pintura está firmada por Luis Arata y está dedicada a Blanca Podestá. Esta fue quien se la regaló a su abuela, y él todavía la mantiene.

Por qué destacar el valor de ese retrato. Porque, según parece, la imagen de ese actor se ha mantenido intacta en el interior de Portaluppi y, no sólo como una herencia muy preciada, sino también porque es como un duende que lo sigue en su camino por el teatro.

Extrañamente, o no, Portaluppi acaba de estrenar, en el Picadero, La historia del señor Sommer, de Patrick Süskind. Y en el relato original, Sommer es una figura que se le aparece continuamente al protagonista de la historia, en los momentos menos esperados, pero más significativos. "Es como un viaje iniciático, pero al revés -explica el intérprete-. Un hombre ha cumplido los 40 años y, a partir de un hecho puntual que le sucede en su infancia, decide investigar porque se calló hablar de una situación traumática que le toca vivir. Y siempre, en ese recorrido, en cada momento importante, aparece Sommer, un personaje famoso dentro de su comunidad. Y esto no sólo me obliga a repasar momentos de mi vida, sino que al público también lo movilizará de reencontrarse con su pasado, su historia."

El proyecto lleva su tiempo. Guillermo Ghio, el versionista y director, se lo propuso a Carlos Portaluppi hace dos años, pero él no se animaba. "Por la cuestión del unipersonal -confiesa-. Me daba un poquito de miedo. Nunca trabajé solo. Cuando tenés a un par enfrente, estas contenido. Pero trabajamos con Guillermo hace muchos años juntos -integran el grupo (H)umoris Dramatis- y eso me dio mucha confianza. Además, el texto es muy rico en imágenes y si te dejás llevar por ellas, entrás en un campo muy conmovedor."

Con una carrera muy destacada en teatro, cine y televisión, Carlos Portaluppi se encuentra hoy, además, participando en el Paseo La Plaza de la obra Todos felices (Comedor, Living, Jardín), de Alan Ayckbourn, e integra el elenco de La dueña (Telefé) en el que cumple el rol del chofer de su protagonista, Mirtha Legrand. "Me dio mucha felicidad trabajar con libros de Marcelo Camaño, a quien ya conocía porque hicimos juntos Vidas robadas . Era una garantía estar allí. Y a eso sumale la vuelta de Mirtha a la televisión. El elenco fue muy bueno, gente muy sólida respecto de la actuación. Y trabajar con Benjamín Vicuña fue muy lindo. Las escenas de más acción las tuve con él y con un trabajo que iba más allá del libro. Y Mirtha es maravillosa, le gusta agregar «cosas de su cosecha», como suele decir. Fue un trabajo muy agradable, cordial. Lo pasé realmente bien. Terminamos de grabar, pero ha sido una experiencia muy satisfactoria."

El unipersonal es un nuevo espacio de investigación que ha aceptado y al que está ahora dispuesto a entregarse con ganas, mientras espera retomar las giras por el exterior con los dos últimos espectáculos de Daniel Veronese..

PARA AGENDAR 
La historia del señor Sommer , de Patrick Süskind. Teatro El Picadero , Pje. Enrique Santos Discépolo 1857. Funciones: los domingos, a las 18. Entrada: $ 100.

Fuente: La Nación

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