Rojo
"Rojo", una aventura para chicos sobre la sinrazón del amor
La sinrazón de la pasión y las peripecias de un diablo dispuesto a todo por ganarse el amor de una vendedora de manzanas brillan en “Rojo”, una impecable y divertida puesta que la compañía Tres Gatos Locos presenta en el teatro El Extranjero y despide con sus últimas cuatro funciones.
La compañía compuesta por Federico Costa, Juan Gabarra, Galileo Bodoc y Josefina Lamarre, con la dirección de Galileo Bodoc, le dan vida a un cuento de la reconocida escritora de textos para niños y jóvenes Liliana Bodoc.
“Rojo” trata de algo tan sencillo como un diablo enamorado, y como el amor consiste en lo inexplicable, en lo fuera de control, de todo aquello que escapa de las reglas de la razón y las responsabilidades, el Averno se encuentra en total abandono.
Los ríos de lava no se acercan siquiera a ser arroyos, la morada de Satanás está fría y desolada y el propio diablo no sabe qué hacer, añorando, siempre, a su mortal amada, la vendedora de manzanas.
Afortunadamente, lo visita su madrina, una bruja más vieja que las lechuzas y le enseña, como no podía ser de otra manera, el hechizo de los tres “sí”, que consiste en realizarle tres preguntas a la mujer amada, cuyas respuestas únicamente contengan la afirmación.
Hechizo de amor, y como el amor hechicero, más el guiño de uno de los números mágicos en todas las culturas: tres; sumado al poder de la afirmación que el amor otorga. A partir de ese momento, un sinnúmero de errores cometidos por el torpe y poco lúcido demonio se suceden durante la obra.
Pese a que “Rojo” parezca una obra para niños –y es cierto, ya que durante la hora y media en que se desplaza el trabajo los chicos no se mueven, fascinados, de sus butacas-, se trata de un trabajo para todas las edades.
Dinámica y entretenida, con guiños dirigidos al público adulto, desde el poder de la mercancía, la sinrazón de las técnicas publicitarias (presentadas en forma de pregón), los chistes teológicos y la intertextualidad claramente generacional de coreografías y música de “La guerra de las galaxias” y de los primeros videojuegos, es un trabajo que estimula y exige a los más jóvenes a investigar y hacer preguntas.
“Rojo” es una obra que mantiene el formato de las historias propias de la tradición oral, que constan de un personaje, coreuta o storyteller que presenta las situaciones y se encarga de los diferentes saltos en el espacio y el tiempo. Ciego y sabio como Tiresias, cínico y travieso como el Lazarillo de Tormes, presenta los estados situacionales de la obra y sus personajes.
La obra tiene en su estructura y elementos todo lo necesario para emular a las antiguas historias tanto para chicos como adultos: el diablo, la enamorada que vende manzanas en el mercado del pueblo de tiempos remotos, la madrina, una bruja y el amor, arquetipos todos sobre los que siempre se puede seguir abordando y que este trabajo lo demuestra.
Los cuatro actores representan a más de un personaje y sus trabajos son de una calidad asombrosa, que está a la altura de las expectativas y más: el manejo del cuerpo en las coreografías, de la voz y de la musicalización arman de la obra una puesta excelente que no debería dejarse pasar.
"Rojo" se podrá ver en el teatro El Extranjero (Valentín Gómez 3378) los domingos a las 16.
Fuente: Télam
La sinrazón de la pasión y las peripecias de un diablo dispuesto a todo por ganarse el amor de una vendedora de manzanas brillan en “Rojo”, una impecable y divertida puesta que la compañía Tres Gatos Locos presenta en el teatro El Extranjero y despide con sus últimas cuatro funciones.
La compañía compuesta por Federico Costa, Juan Gabarra, Galileo Bodoc y Josefina Lamarre, con la dirección de Galileo Bodoc, le dan vida a un cuento de la reconocida escritora de textos para niños y jóvenes Liliana Bodoc.
“Rojo” trata de algo tan sencillo como un diablo enamorado, y como el amor consiste en lo inexplicable, en lo fuera de control, de todo aquello que escapa de las reglas de la razón y las responsabilidades, el Averno se encuentra en total abandono.
Los ríos de lava no se acercan siquiera a ser arroyos, la morada de Satanás está fría y desolada y el propio diablo no sabe qué hacer, añorando, siempre, a su mortal amada, la vendedora de manzanas.
Afortunadamente, lo visita su madrina, una bruja más vieja que las lechuzas y le enseña, como no podía ser de otra manera, el hechizo de los tres “sí”, que consiste en realizarle tres preguntas a la mujer amada, cuyas respuestas únicamente contengan la afirmación.
Hechizo de amor, y como el amor hechicero, más el guiño de uno de los números mágicos en todas las culturas: tres; sumado al poder de la afirmación que el amor otorga. A partir de ese momento, un sinnúmero de errores cometidos por el torpe y poco lúcido demonio se suceden durante la obra.
Pese a que “Rojo” parezca una obra para niños –y es cierto, ya que durante la hora y media en que se desplaza el trabajo los chicos no se mueven, fascinados, de sus butacas-, se trata de un trabajo para todas las edades.
Dinámica y entretenida, con guiños dirigidos al público adulto, desde el poder de la mercancía, la sinrazón de las técnicas publicitarias (presentadas en forma de pregón), los chistes teológicos y la intertextualidad claramente generacional de coreografías y música de “La guerra de las galaxias” y de los primeros videojuegos, es un trabajo que estimula y exige a los más jóvenes a investigar y hacer preguntas.
“Rojo” es una obra que mantiene el formato de las historias propias de la tradición oral, que constan de un personaje, coreuta o storyteller que presenta las situaciones y se encarga de los diferentes saltos en el espacio y el tiempo. Ciego y sabio como Tiresias, cínico y travieso como el Lazarillo de Tormes, presenta los estados situacionales de la obra y sus personajes.
La obra tiene en su estructura y elementos todo lo necesario para emular a las antiguas historias tanto para chicos como adultos: el diablo, la enamorada que vende manzanas en el mercado del pueblo de tiempos remotos, la madrina, una bruja y el amor, arquetipos todos sobre los que siempre se puede seguir abordando y que este trabajo lo demuestra.
Los cuatro actores representan a más de un personaje y sus trabajos son de una calidad asombrosa, que está a la altura de las expectativas y más: el manejo del cuerpo en las coreografías, de la voz y de la musicalización arman de la obra una puesta excelente que no debería dejarse pasar.
"Rojo" se podrá ver en el teatro El Extranjero (Valentín Gómez 3378) los domingos a las 16.
Fuente: Télam
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