Impalpable




Impalpable

Acertadísimo trabajo inspirado en entrevistas y relatos de Manuel Puig

Siempre que una obra está inspirada en textos de algún otro autor corremos el riesgo de que su transposición tenga ciertos tropiezos, ciertas pretensiones que no se concreten en algo interesante. Impalpable, inspirada en entrevistas y relatos de Manuel Puig, es un gran acierto. Por empezar, de no saber esta situación, la obra se puede transitar igual sin ningún inconveniente. Hecho que ayuda a quienes entran un poco despistados a la sala y se topan con la información de la obra al sentarse en la butaca, segundos antes del apagado de luces. Pero además tiene un plus, si sabemos de dónde viene o al menos si conocemos algunos detalles de la vida y obra de Puig, el material se vuelve aún más rico.

Dos mujeres en lo que podría ser la trastienda de una panadería. Una está hace mucho, Estela (Malena Schnitzer), y la otra, Lili (Elisa Bressan), se incorpora ese día y a su compañera parece no gustarle compartir el espacio. De a poco nos vamos enterando de que ese lugar lo ocupaba Blanca (Maia Orihuela) que se ha escapado del pueblo para triunfar en la ciudad y convertirse en estrella de cine. De esta manera quedan presentadas las tres protagonistas de la historia que mostrará a ese pueblo, con sus limitaciones, sus prejuicios, sus chusmeríos, al tiempo que viaja a la ciudad por algunos ratos para mostrarnos la dificultad de esta mujer para convertirse realmente en una diva famosa. Estela y Lili de a poco se irán acercando y, claro, la soledad las unirá. En cambio Blanca, con sus aires de grandeza, parece olvidar cada día un poco más de su pasado. Un olvido deliberado que hace que su amiga del alma, Estela, se sienta abandonada, despreciada y subestimada.

Si bien la historia parece sencilla, la manera de contarla merece un apartado. Con muchos elementos del cine, Impalpable crea dinamismo a partir de las entradas y salidas de los personajes. Una música que remite claramente al cine clásico, aquel de estrellas, ayuda a que las escenas se encadenen unas a otras con una prolijidad asombrosa. La iluminación perfecta, tan cinematográfica que incluso logra dar sensación de primeros planos al enfocar solamente la cara de una de ellas. La escenografía también está construida con mucho detalle lo que garantiza el viaje directo a los años 50 o tal vez 60. Las actuaciones precisas y muy parejas logran que el espectador vaya sintiendo la empatía y el rechazo con los personajes.

Y entonces, con todo esto como base, podemos asegurar que la idea de Puig está presente en toda la obra: un hombre que se fue de un pueblo en busca de más, que recorrió las grandes ciudades del mundo, que estudió cine y se interesó mucho en esa materia, y que en sus obras hizo jugar a muchos géneros a la vez para no anclarse en uno definitivo. Así, logró que conviva el policial con la entrevista y con una charla de café. En Impalpable, la búsqueda y la interacción de estilos está presente durante toda la obra: conversaciones en la panadería, conferencias de prensa de la devenida en estrella de cine, relatos de películas actuados, sueños pesadillescos que aparecen, una pantalla blanca que nos lanza de lleno a la idea de cine. Todos estos retazos se unen para darle sentido y espesor a la vida de estas tres mujeres.

Fuente: La Nación

Sala: Vera Vera Teatro / Funciones: Sábados, a las 20.30

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