Facundo Abraham: La corte del faraón


“Generamos una dramaturgia relacionada con las cooperativas”

Facundo Abraham, director del espectáculo que se presenta en El Cubo, habla sobre esta apuesta de zarzuela combinada con elementos de vodevil. “Nos reimos de viejas fórmulas que han empobrecido la vida y el teatro”, afirma.

Correrse de lo establecido. Ese fue el objetivo que se planteó Facundo Abraham con La corte del faraón. Declamar, pero también parodiar. Respetar la zarzuela original como un punto de partida al que sumarle elementos de vodevil. “Es una obra sarcástica. En la adaptación que hemos hecho nos hemos desprendido bastante  de lo que suele ser el teatro de la zarzuela y se nos metió un teatro físico. El 70% de la obra es teatro físico y se nos metió una obra de humor que no sabía que resultara tan graciosa.”
Todo comenzó en enero, “Nos juntamos con Santiago Sirur (uno de los protagonistas) y Hernán Salem (diseño de arte) y yo les comenté que quería hacer algo lírico pero llevado a la comedia. Entonces, la idea era hacer algo chiquito con seis o siete actores, y unas pocas funciones en el club español. Y finalmente, hay 26 actores y estamos agotando entradas y nos presentamos ¡los días lunes! A veces las cosas surgen, la más de las veces no surgen y esto surgió y no tiene techo.”, se sorprende.
“Es la zarzuela más atípica de todas –define–. En su momento quiso ser la resistencia de lo que era el fascismo a principio del siglo XX en España. Tiene mucha simbología de lo que es la autoridad, la hombría, el fundamentalismo, el autoritarismo. La obra se encarga de velar todos estos temas”.”Y también se encarga de burlarse incluso de las formas de representación: “Se toma como inicial la ópera Aída. La trama se le parece mucho, ese principio intenta hacer  una burla de lo que era una representación arcaica de los autores de ése momento”, describe Abraham.

–¿La obra original surgió en el franquismo?
–Si, fue un hecho histórico que se estrenara en ese momento, que superaran los inconvenientes que tuvieron hasta estrenarla y los intentos para darle continuidad.
–¿Qué re significación tiene hoy esa resistencia?
–No estamos en el contexto histórico de esos autores que los llevó a resistir los embates de lo que después terminó siendo el fascismo. Hoy la resignificación nos lleva a pensar lo que son los trabajos dogmáticos, todo lo que está aplicado a una fórmula y no a una forma, todo lo que está aplicado en esta cultura de la inmediatez, de cosas tópicas, cosas preestablecidas. Desde este lugar hoy la obra nos convocó a hacer este tipo de reformulaciones, por supuesto que no estamos haciendo un revisionismo de la pieza, me pareció atractivo que a través de la ruptura de la pieza original el espectáculo se meta en un teatro absurdo, por momentos inductivo, en un teatro pedagógico. Hacemos teatro dentro del teatro.

El trabajo comenzó por la lectura de la pieza original. “Cuando la leí descubrí que es muy compleja entonces decidí tomar la versión de Claudio Gallardou (en 2004, el propio Abraham actuó como el gran sacerdote) y yo hice mi propia adaptación.” Entre los cambios se incluye un presentador, relator. “Hace una especie de juglería al principio que va contando lo que va a venir y tiene sus improntas porque, como él mismo dice, fue convocado por una cooperativa de actores: ‘No me convocaron de otra comedia musical, me convocaron de esta cooperativa. Son 26 actores, no voy a ver un peso y además no tengo muchas ganas de hacerlo’, así empieza la obra.  El presentador (interpretado por Julián Pucheta) me permite hacer toda ésa ruptura sin atentar contra la historia. Generamos una dramaturgia relacionada con las cooperativas y la autogestión.”

–¿El público se ríe?
–¡Muchísimo! Incluso en la primera función los actores no estaban preparados para soportar tanto silencio e intencionalidad del aplauso. Tiene tanto humor  y la gente lo refleja porque es importante la coyuntura. Anteponerse ante las artimañas, el autoritarismo, los dogmas, las viejas cuestiones arcaicas es una linda coyuntura que se viene viendo en los últimos años. También tenemos una cuestión ideológica no somos nenes de pecho.
–¿Cómo se muestra esa ideología?
–A través de reírnos de viejas fórmulas que han empobrecido por un lado el teatro y ni hablar  la vida cotidiana.

El dato - LA CORTE

Es un sainete lírico español que se estrenó por primera vez en 1910 en Madrid y que fue prohibida en la época del franquismo. En 2004 se presentó en Buenos Aires en una versión de Claudio Gallardou. En cine fue protagonizada por Antonio Banderas y Ana Belén.

El secreto del General Putifar

Esta parodia comienza a expensas de la llegada del general Putifar, el gran héroe militar que será premiado con una hermosa doncella (“Lota”) como recompensa a su enorme valor, hecho por el cual se desarrolla una gran ceremonia.
A la vez, dos edecanes compran como regalo de bodas, a un esclavo llamado José “el casto”.
El gran Putifar vuelve con un terrible accidente, ya que ha perdido su miembro viril en guerra. El faraón que desconoce el hecho prepara la gran fiesta de casamiento.
Lota espera deseosa su noche de bodas, José luchará por seguir siendo casto en medio de un clima agitado por el enorme deseo sexual por parte de las mujeres y Putifar disimulará su impotencia.

Fuente: Tiempo Argentino

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