Fabio Alberti: Políticamente incorrecto




“Todos mis personajes mantienen cierta irreverencia y rebeldía”

El popular actor de ciclos como Cha cha Cha y Todo por $ 2 sigue presentando su “cuasi unipersonal” Políticamente incorrecto y hace televisión con Majul.

Si alguna vez lo ven a Fabio Alberti revolviendo la basura y con el barro hasta las rodillas, no es que de repente pasó a la indigencia o se volvió freegano. Es que está cumpliendo con un hábito particular: recolectar leña en las calles para el fuego del hogar o futuros asados. “Antes compraba por kilo. Pero cuando anduve sin trabajo tomé la costumbre de buscar por mi cuenta en las calles y le tomé el gustito”, cuenta mientras bebe agua mineral en pleno Palermo Soho y se limpia los últimos restos de astillas y tierra de su botamanga. “Voy por la calle, manejando o de a pie, y freno inmediatamente si veo alguna rama de árbol caída que pueda llevar. Mi sueño es poder comprarme una motosierra portátil para no tener que estar cortando con las manos”, revela, genuinamente entusiasmado, el ex Cha Cha Cha y Todo por $ 2 que hace poco reestrenó Políticamente incorrecto, su último espectáculo cuasiunipersonal en el Chacararean.
“Cuando hace cuatro años arranqué con esto de hacer teatro con continuidad, necesitaba empezar con algo que ya se conociera, como fue el personaje de Boluda total. Los sketches eran todos nuevos, no había ningún refrito ni de la tele ni de nada, todo había sido escrito por primera vez, pero el personaje era de antes y eso ayudaba a que la gente fuera. Se vendía sólo. Políticamente incorrecto, en cambio, es todo nuevo. Y en ese sentido es un desafío mucho mayor”, explica Fabio que, como en Boluda total, escribió los textos junto a Laura Quesada y es acompañado en escena por el músico Manuel Núñez.
“La obra parodia un espectáculo for export con lo peor de la Argentina. El típico evento empresarial donde entrás a la sala y hay una pantalla, un atril, un banner, en este caso de una firma llamada Meeting for despreving inversors, conducido por un tal Julián Awada”, cuenta Alberti a la par que describe algunos de los nuevos personajes: un pueblo originario –los indios Lopilato– que reclaman sus tierras al son del hip-hop y el reggaetón, y una cantante de tango llamada la Gata Flora.

–¿Cómo nacieron?
–Fueron surgiendo a medida que iba escribiendo el espectáculo, un poco nutrido de mis propias vivencias y observaciones, como siempre. Un poco lo que ya hacía en Todo por $ 2. Un país donde está todo atado con alambre y muchas cosas son berretas. Donde rascás un poquito y se cae la pintura.
–¿Te parece que ahora lo políticamente incorrecto volvió a ser mal visto, luego de los años ’90, donde era cool ser transgresor, desde Tarantino hasta CQC?
–Sí, volvió a su origen, a su razón de ser. Hoy es mucho más difícil ser políticamente incorrecto. Hay que bancársela. No es para cualquiera... (piensa). Sí, está bueno ser políticamente incorrecto. Y me gusta que esté mal visto ahora. La gente está como un poco más susceptible. “Eh, ¿cómo se va a meter con este tema?”, por ahí piensa. Pero justamente de eso se trata ser políticamente incorrecto: ser irreverente. De todos modos, este es un show de humor. No hago ninguna lectura de nada, ni bajo línea, ni nada de eso. Es un espectáculo de humor donde la gente viene y se caga de risa. Y listo.
–¿El humor tiene que tener una buena dosis de incorrección?
–Creo que hay distintos tipos de humor, aunque yo siempre hice un humor políticamente incorrecto. Peperino, Boluda Total, todos mis personajes mantienen cierta irreverencia y rebeldía. Y lo que estoy haciendo ahora con Majul también. Cada uno hace lo que siente y le sale. Lo mío es así.
–¿Cómo te está resultando esta experiencia con Majul?
–La disfruto. Me propuso hacer un segmento de humor con las noticias de las semana y acepté. Me entretiene hacer política en la tele cuando casi no hay humor político salvo tal vez el de Lanata, aunque ese es un humor más de imitadores. En el segmento incluyo todo, desde política y actualidad hasta espectáculos y deportes, y juego un poco con eso de “¿Qué nos pasa a los argentinos?”. Lo mismo que hice antes y que hice toda mi vida. Lo que sí me dicen es que estoy haciendo un humor un poco mas adulto.
–¿Cómo ves este momento de tu carrera?
–Profesionalmente, está buenísimo hacer lo que quiero. Estar en la tele, en el teatro, laburar en el Chacarerean con Mauricio Dayub, armar espectáculos sin una gran parafernalia, recorrer el conurbano y otras partes del país... Estoy muy contento con eso. Y después, a nivel general, lo que te decía: siempre trato de hacer humor inteligente y absurdo. A veces se cataloga de humor inteligente y absurdo a cosas que a mi me parece que no lo son. <

¿Cuándo?
LOS VIERNES. Políticamente Incorrecto va los viernes en el Chacararean (Nicaragua 5565). A las 23 hs.

Capusotto, Saborido y Casero
–Pasan los años y Cha Cha Cha se sigue manteniendo como un programa de culto que renovó el humor en la tele. ¿Alguna vez volvieron a encontrarse todos los que participaban?
–(Piensa) No. Nunca. Cuando se terminó, se termino. Quince años después de terminado el programa, me encontré con Alfredo Casero en una estación de servicio y me dijo: “Eh, qué hacés, cómo estás, vamos a tomar unos mate.” Y ahí nomás fuimos. Y la otra vez me encontré a Pedro Saborido en Argentores, que no lo veía hace cuatro años, y lo mismo: “Eh, pero cómo estás, te voy a ir a ver al teatro, dale vení, ¿tenés mi número o lo borraste?” (risas).
–¿Y con Diego Capusotto?
-A Diego no lo vi más. Desde Qué noche Bariloche, la obra que hacíamos juntos. Pero por lo mismo que Alfredo y Saborido.
–Hace un par de años se armó cuando en una nota lo criticaste.
–Sí. A la gente y a los medios les gusta armar rencillas. Pero no hubo ninguna pelea ni ninguna discusión. Terminamos de hacer teatro aquella vez en San Bernardo y nos fuimos a cenar los 15 personajes que trabajábamos en la obra. Brindamos y chau, chau. Nunca hubo un problema.
–¿Sentís que hay diferencias en el humor que cada uno hace ahora?
–No sé, no tengo idea. Supongo que cada uno hace lo suyo: explota lo que mejor le sale, lo que más le entretiene. Todos los que laburamos en Cha Cha Cha tenemos nuestro estilo. Por suerte todos trabajamos y tenemos nuestro público.
–¿Pudiste ver la película de Peter Capusotto y sus videos?
–No. No la vi. Y tampoco los programas. Iban al mismo horario que RSM, donde laburaba. Pero tampoco miro lo mío. Ni lo de ahora ni lo de Todo por $2. Soy así.

Fuente: Tiempo Argentino

Comentarios

Entradas populares de este blog

Andrea Gilmour

Susana Torres Molina: Estática

Chamé Buendia: Last Call-última llamada