Como pez frente al anzuelo



Como pez frente al anzuelo

Un tema conocido, abordado con música y humor, por una exquisita intérprete

Una idea trillada puede llegar a buen puerto cuando encuentra a los artistas correctos. Este es el caso de Como pez frente al anzuelo . Desde el punto de vista argumental habría que incluirlo dentro de esa larga lista de espectáculos que tematizan sobre uno de los aparentes males contemporáneos: la dificultad que tienen las mujeres heterosexuales para conseguir un buen hombre. Es así el modo en el que la propuesta se presenta y su título en este sentido es más que elocuente, más allá de que quede como único juego de sorpresas posible el averiguar quién es el pez y quién la carnada en este juego que tan lejos está del romanticismo y tan cerca de una posición pragmática por momentos complicada.

Luego de una canción de apertura, Dolores Ocampo introduce a la platea en el tema de la noche: su larga historia en la búsqueda de un hombre, acompañándola para ello en un recorrido por algunos de sus ejemplares, cuál de todos más imperfectos. Con esta excusa recorre dramatúrgicamente diferentes situaciones vivenciales y máximas lingüísticas del estilo de "el que busca encuentra" y otras premisas próximas a un discurso new age , acompañándose por canciones que serán inevitablemente conocidas por el espectador.

Dicho esto, pongo el acento en lo que de maravilloso tiene Como pez frente al anzuelo que es precisamente sus artistas. Dolores Ocampo es una actriz y cantante exquisita, que sabe manejar dúctilmente tanto a la platea femenina como a la masculina (tratándose de una obra de género esta división será importante). Con su voz y sus dotes histriónicas podrá recorrer los momentos más tiernos, los más desoladores, así como también los más ridículos y absurdos. Probablemente el climax llegue cuando interprete "Rata de dos patas", canción inmortalizada por la siempre "bizarra" e imponente cantante mexicana, Paquita la del Barrio. Los músicos acompañan con sapiencia técnica y musical, pero también con energía actoral, cosa no siempre fácil en este tipo de teatro musical.

Como pez frente al anzuelo es apropiada para el día y la hora en la que se lo ofrece: un buen modo de terminar el domingo, con risas, emoción y talento; sin que demande demasiada atención a un espectador que si fue a pasar un buen rato, no se sentirá defraudado.

Fuente: La Nación

Funciones: domingos, a las 18 / Sala: Elkalfka espacio teatral, Lambare 866

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