Javier Zaín: ¿Qué hago?


El despertador de inquietudes

La aventura comienza al preguntar, plantea Javier Zaín en la obra musical que hoy presenta en la calle Corrientes, con libro, dirección y actuación a su cargo. ¿Qué hago?, es la pregunta que dispara la acción para Marcos Miko, un estresado oficinista que vive en un mundo rutinario en el que todo está planificado a la perfección. Tanto que el Dr. Flema le receta un descanso al aire libre para curarse el estrés. Montado en su moto-flecha, emprenderá un viaje que le planteará por primera vez en su vida preguntas clave: ¿qué hago? ¿qué tengo ganas de hacer? La historia de este hombre que descubre el valor de ir tras los propios deseos está narrada con una cantidad de recursos que incluyen teatro, musical, títeres, clown, mucho humor, en una dinámica puesta que incluye a público de diferentes edades.

“¿Qué hago? es una invitación a hacerse preguntas e ir tras las respuestas, es una motivación a la acción, al hacer, al despertar inquietudes que nos conduzcan al crecimiento y al aprendizaje”, define Zaín. Su personaje, asegura, representa algo así como la antítesis del momento en que surgió. “La idea apareció en unas vacaciones. Quería escribir un proyecto nuevo y la pregunta fue, justamente: ¿y ahora qué hago? Y me dije: voy a hacer lo que quiera. Lo que me haga feliz. Al personaje le pasa absolutamente lo contrario.”

Uno de los aspectos interesantes de la obra es que plantea diferentes niveles de lectura, para diferentes públicos. De hecho, está recomendada también para nenes muy chiquitos, a partir de dos años, y a la vez propone una historia con sus complejidades a los más grandes. El espectáculo, a partir de continuos cambios de lenguaje, entre canciones, títeres, rutina física, narraciones en off, y con un personaje principal que tiene mucho de clown, logra captar el interés de los más pequeños, con esa cantidad y diversidad de recursos. Para los más grandes, mientras tanto, ofrece un libro que abre preguntas y cuenta una historia con la que también los adultos pueden sentirse identificados. “La idea es que el espectáculo sea para la familia, ésa es la convocatoria. Busco integrarlos a todos en una experiencia que ojalá los modifique, les dé tema de conversación, les genere algún debate, y también los divierta. Como autor, entiendo el teatro como un espacio para lograr todas esas cosas”, explica Zaín.

Zaín ha recibido diferentes reconocimientos como dramaturgo, actor y director, a lo largo de sus 17 años de carrera, y en particular por esta obra. “Creo que me fui ubicando en un espacio poco habitado, el de teatro de autor para chicos, ese que honró el gran Hugo Midón. El reconocimiento que siento es a esa línea de trabajo, que implica escribir un libro, hacer una obra de teatro, no un show musical. Y trabajar armando equipos con profesionales de primera línea, donde todos los aspectos del montaje están cuidados.” Zaín destaca en este sentido el trabajo de Rosina Calabria, Lola Acheriteguy y Federico Scheinkerman como asistentes, además del de Esteban Rozenszain, a cargo de la música original. “Es un unipersonal, pero todos trabajamos a la par”, subraya.

Fuente: Página/12

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